El fin de semana de las estrellas se ha convertido en los últimos años en foco de críticas sobre el pobre nivel deportivo que ofrece el partido entre Este y Oeste, donde las estrellas de la NBA plantean un partido sin ningún tipo de intensidad. El 192-182 de la presente edición habla por sí mismo.
El nivel de los concursos, e incluso el formato completo del evento, se cuestiona. Un All Star Weekend que hace años se esperaba con interés y que cada vez genera menos expectación.
Algunos de nuestros colaboradores nos dejan su visión particular y abren vías de debate para que los lectores nos podáis dejar también vuestra visión sobre la situación actual del All Star y sobre cómo podría la NBA hacer evolucionar un evento que cada año pierde interés.
¿Cómo puede la NBA incentivar la competitividad en el All Star Game?
¿Está el formato de los concursos agotado?
¿Cómo hacer que el evento recupere el brillo de épocas pasadas?
¿Se ha reducido solo a un evento centrado en el marketing dejando totalmente de lado la faceta deportiva?
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Samuel Subiela
La frase de que un tiempo pasado fue mejor es quizás la mejor descripción posible para un All Star, el de New Orleans, que no pasará a la historia salvo que DeMarcus Cousins y Anthony Davis, la nueva pareja interior de los Pelicans, consigan dominar la NBA. Y es que el trade, que se produjo nada más finalizar el partido de las estrellas, es lo más destacado de un fin de semana que ha vuelto a demostrar que la NBA ha perdido un componente clásico de su historia que parece nunca volverá.
"Si para cambiar el fondo, se ha de cambiar la forma, la opinión de muchos es que, esa modificación siga adelante"
Esta vez, ni los triples, ni los mates, como en los últimos años, han salvado un All Star que vuelve a dejar la pregunta en el aire, ¿debe cambiar la NBA algo del fin de semana de las estrellas? Si para cambiar el fondo, se ha de cambiar la forma, la opinión de muchos es que, esa modificación siga adelante. La mejor liga del mundo, y probablemente la mejor organización del planeta, no puede permitirse otra chirigota de tal tamaño. Está claro que para el partido de rookies ya no existe solución posible, al menos imaginable, y que los concursos ya no enganchan como antaño, a no ser que aparezca una luz entre las sombras como lo fue el doble concurso de mates de Zach LaVine. Ni siquiera el de triples, con un cartel prácticamente inmejorable, parece que puede salvar un fin de semana en el que el baloncesto pasa a un segundo plano, superado por el espectáculo y la fiesta. En todos los sentidos.
Sobre la solución, parece una pregunta de difícil respuesta. En la actual NBA parece complicado que los jugadores seleccionados quieran competir, para complacer al aficionado más crítico, en una pachanga a riesgo de lesionarse, ya que, durante la temporada regular, el descanso en varios partidos se ha generalizado hasta parecer una norma. Y no es una justificación, es la realidad. Quien quiera disfrutar del All Star deberá entender la primera norma del fin de semana. La diversión absoluta sin ningún tipo de complicación y esfuerzo”.
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Sergio López
La NBA tiene que tomar medidas urgentes para reformar el All-Star. Durante los últimos años la fiesta se ha ido desmadrando hasta el punto de que muchos aficionados que antes esperaban semanas para que llegase el evento, ahora ni se plantean mirarlo. Aunque no todo es negativo, el formato de USA vs World en el partido de los Rookies y Sophomores es una buena idea para fomentar la competitividad y no da malos resultados. Asimismo, los concursos (habilidades, triples, mates) siguen siendo entretenidos, a pesar de que el nivel del Dunk Contest en ocasiones deja mucho que desear, pero el formato es el correcto.
Lo que debe cambiarse ya mismo es el partido de las estrellas, más allá de las elecciones de los jugadores y lo equivocadas que estas puedan ser o no (vamos a obviar el episodio Pachulia y troleos varios). Es, sin paliativos, una auténtica vergüenza el show (por llamarlo de alguna manera) que nos han ofrecido los astros de la liga durante los últimos años en el duelo que enfrenta Este vs Oeste. Los jugadores han establecido una norma no escrita de que en este encuentro no se defiende y prácticamente tampoco se corre, el resultado es un enfrentamiento entre estrellas que tiene menos tensión que una pachanga en cualquier barrio ordinario.
¿Cómo se arregla esto? ¿Qué hacer si los jugadores han perdido ese honor por demostrar que su conferencia es la mejor? Estamos hablando de unos jugadores que por miedo a lesionarse van andando. Quizás ignoran que por un día más que corran el riesgo de lesión no va a aumentar demasiado, de hecho, teniendo en cuenta el número de veces que juegan es simplemente ridículo este planteamiento. Lo que están haciendo es faltarles el respeto a los aficionados.
"Si los mejores de la liga han perdido esa competitividad que las leyendas del pasado sí tenían, lo que Adam Silver tiene que hacer es obligarles a competir. ¿Cómo? Haciendo que se jueguen algo"
Si los mejores de la liga han perdido esa competitividad que las leyendas del pasado sí tenían, lo que Adam Silver tiene que hacer es obligarles a competir. ¿Cómo? Haciendo que se jueguen algo: lo ideal sería que la conferencia que saliese victoriosa del choque se llevase también la ventaja de campo en las finales de la NBA. Puede ser un tanto injusto, pero si es el precio a pagar porque los jugadores se tomen en serio el encuentro, desde luego que merece la pena hacerlo.
Al final del día si la NBA es lo que es, es gracias a sus aficionados, y lo que tiene que buscar Silver y compañía es complacerlos a ellos. Para los menos radicales, también sería posible que, en lugar de jugarse la ventaja de campo, se pusiese en pugna dinero para ayudar a las ONG’s de jugadores/equipos o algo por el estilo, pero quizás ni así las estrellas se lo tomarían en serio.
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Evelio Reillo
Decepción. Es probablemente lo que año tras año piensan los aficionados a la NBA cuando llega el All Star Weekend. Un evento que, por protagonistas y magnitud, debería ser uno de los grandes (si no el más grande) del deporte mundial, se acaba convirtiendo en una especie de reunión VIP. Más allá de la magia que supone ver a las grandes estrellas de la NBA juntas en una cancha, el Partido de las Estrellas lleva una tendencia hacia el abismo que, espero, pronto llegará a su fin. Es inviable que un partido de baloncesto esté cerca de los 400 puntos. Ni por muy buenos que sean los dos equipos.
"Hoy en día no es más que una sucesión de highlights de 3 horas en el que cada mate parece que acaba un poco más con el sentimiento del partido"
Jose Navas
Estamos totalmente de acuerdo que la actual salud del partido de las estrellas se la NBA no pasa lo que se dice por su mejor momento. La falta de competitividad en los últimos años, han convertido este esperado acontecimiento en algo insulso, algo solo dedicado al marketing de camisetas, y de los nuevos modelos de zapatillas que los jugadores estrenan en este evento. En mi opinión la NBA debería de tomar cartas en el asunto, bien probando un formato de "Copa del Rey" a la NBA, como últimamente ha dejado caer el comisionado Silver, o bien, dándole al partido un bonus extra, algo como el de ganar el factor cancha en las finales para la conferencia ganadora.
"La NBA debería de tomar cartas en el asunto, bien probando un formato de "Copa del Rey" a la NBA, como últimamente ha dejado caer el comisionado Silver, o bien, dándole al partido un bonus extra"
Estamos ante un problema ya conocido para la NBA, pasó con el concurso de mates, aquellos años en los que el concurso se devaluó tanto como lo está esta "pachanga de las estrellas".
En cuanto al formato de concursos del sábado, para mi es el correcto, falta que jugadores de renombre se apunten al concurso de mates, pero la idea es excelente y tan solo será más o menos entretenido dependiendo del nivel de acierto.
Otra cosa que me gustaría que cambiase, es el partido de " rookies", en mi opinión, este formato USA vs World no nos deja comparar los dos últimos drafts, volvería al formato "Rookies vs Sophomores".
Señores y señoras amantes del baloncesto, amantes del espectáculo, les lanzo ahora a ustedes la pelota del debate.