No, no vienen los Reyes Magos, pero el curso NBA 2014-2015 viene cargadito de regalos como si de ellos se tratasen. Un banquete de 82 partidos a los que seguirá el siempre goloso postre de los Playoffs. Puede que a algunos se les atragante tanto mes de competición, y que a otros se les haga corto – psicológicamente demostrado que el venenillo de las vísperas alimenta más que lo propiamente deseado en sí –. La NBA se ha remozado de cara a su sexagésima novena edición y trae un amplio catálogo de capítulos a no perderse. La saga continúa. Diez cosas que ver antes del verano 2015.
10- El apellido Hornets vuelve a Charlotte
Salvo efecto moral, a priori el regreso de la nomenclatura Hornets a Charlotte no tendrá un impacto en los resultados de la temporada, pero sin duda alguna es uno de los estrenos (reestreno, en realidad) más llamativos que trae la NBA este año. Tras años de ausencia y reincorporación bajo el rostro de un felino tan magnánimo como el lince, la franquicia de Carolina del Norte se sentía huérfana de sus orígenes. Un clásico de los noventa que tuvo en sus filas grandes jugadores como Glen Rice, Vlade Divac o Baron Davis, y que llegó a alcanzar las semifinales de conferencia. Hoy, ese reto parece un tanto lejano todavía para una franquicia gobernada por Michael Jordan – que tantas veces les dejó en la estacada en los Playoffs de los noventa –, pero todos en Charlotte desean que las abejas regresen a casa con un curso exitoso. No caerse de los privilegiados ocho primeros del Este sería una honrosa bienvenida. Y como de bienvenida se trata: ¡Bienvenidos de nuevo, Hornets!
9- El enésimo asalto al anillo de los Knicks: Derek Fisher y Phil Jackson.
Lo cierto y verdad es que este epígrafe de novedad tiene más bien poco. De hecho, podría considerarse un clásico en el que lo único que bailan son los nombres protagonistas del reparto. Sin embargo, en la Gran Manzana se respira cierto atisbo de ilusión, bien cargado de un par de puñados de escepticismo. Ha vuelto Phil Jackson, uno de los hijos pródigo de los Knicks que conquistaran el anillo allá por el principio de los setenta. No se sentará en el banquillo – de momento –, pero sí lo hará una de sus mayores prolongaciones en la cancha a lo largo de su carrera como técnico: Derek Fisher. Un debutante que lleva siendo veterano incluso hasta cuando era joven – qué manera de sentirse viejo –. Fisher deberá trasladar a sus pupilos, hace meses, compañeros de profesión, el complejo sistema del triángulo ofensivo. Una tarea ardua pero que pocos como él podrían llevar. Talante, cordura y saber estar a los mandos del timón neoyorquino. He aquí lo más novedoso de un proyecto en el que el líder seguirá siendo Carmelo Anthony, con el contrato de su vida bajo el brazo. Líder de un plantel viciado en decepciones y fracasos que respirará savia nueva en los despachos y el banco. ¿Suficiente? Veremos.
8- Aterriza Andrew Wiggins
Las voces autorizadas dicen de él que está llamado a ser uno de los referentes futuros de la liga. De momento, Wiggins ha tenido una llegada bastante peculiar a la NBA, con un aterrizaje en una franquicia en reconstrucción que de la noche a la mañana, literalmente, pasó a ser el mayor aspirante al anillo. Se quedó sin sitio con el desembarco de LeBron James y su planificación para coronar a Cleveland en el trono NBA. Por la puerta de atrás el canadiense emigró a la fría Minnesota, donde le han acogido con los brazos abiertos. Un traspaso comparado con el que hicieron los Charlotte Hornets – qué casualidad – con Kobe Bryant en 1996. Palabras mayores. El alero agradecerá que le hicieran las maletas. Tiene tiempo para crecer, madurar y ser desde el principio el líder de una franquicia a la que llevar a lo más alto. El guión clásico para un número 1 del draft. No sabemos si será para tanto, pero desembarca en la NBA un nombre: Andrew Wiggins.
7- ¿Fin de ciclo?
En Miami Heat han vivido un verano con oleaje en sus costas tras cuatro años de paradisíaca tranquilidad. Lo que el talonario y la casualidad temporal unió en 2010, se ha roto con la marcha de LeBron James a casa. Los Heat han sido, con éxitos y fracasos (dos anillos y cuatro finales), los referentes de la liga en el ochenta por ciento del último lustro, y su batuta ya no será la más vista por el resto. El ‘Big Three’ que terminó de confirmar la moda de juntar estrellas y estrellas se ha deshecho, y de él quedan Dwyane Wade, alma de la franquicia, y Chris Bosh, con una renovación estratosférica. Bien reforzados con Luol Deng y Danny Granger, nadie se atreve a descartar a los Heat, cuyo triunfo sería de un mérito más que considerable. Sin embargo, el temor general es que en Florida asistirán al inicio de una decadencia lenta y progresiva, engañosa, pero decadencia, al fin y al cabo.
6- Kobe Bryant regresa con Michael Jordan en el punto de mira
En Los Angeles llevan años sin saber muy bien hacia dónde van, qué hacen ni qué pretenden. El entorno de los Lakers no pide un GPS, se conforma con una simple brújula que guíe una franquicia a la deriva. Entre tanto revuelto, regresa Kobe Bryant tras dos años prácticamente en blanco. Su estado físico es una incógnita, aunque en pretemporada parece estar sano. El escolta sabe desde hace tiempo que el anillo es inalcanzable, y probablemente por eso decidió renovar un contrato que ha provocado la sonrisa picarona de su cuenta bancaria. El objetivo de Kobe es simple, muy simple, e individual. Quiere ser el máximo anotador de la historia, título que posee Kareem Abdul-Jabbar y del que le separan 6687 puntos. Tiene dos años para conseguirlo, y aunque el reto parece mayúsculo, tendrá total libertad para lograrlo. Por lo pronto, esta temporada salvo contratiempo inesperado, se colará en el pódium al superar nada más y nada menos que… a Michael Jordan. Más leña al fuego.
5- New York 2015: Dos pabellones para un All-Star Weekend
Como de costumbre, febrero acogerá uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial. El All-Star Weekend, a celebrar desde el 13 al 15 de febrero, tendrá la peculiaridad de disputarse en una misma ciudad, pero en dos pabellones diferentes. New York fue seleccionada a finales de 2013, pero desde el principio se quería – una vez llegado los Nets a Brooklyn – que el fin de semana de las estrellas contara con algo especial, y así nació la doble sede. El trabajo conjunto entre Knicks y Nets – rivales en lo deportivo – promete dar un espectáculo a la altura de lo que se le presupone a la ciudad neoyorquina. Será la quinta vez que New York acoge la cita, aunque no siempre se celebró en los mismos lugares (el Madison Square Garden actual lo acogió en 1998, pero no en las anteriores tres ocasiones). El reparto de actividades se realizará con el partido de Rookies y Sophomores del viernes más los concursos del sábado en el Barclays Center de Brooklyn, mientras que el día grande, aquel que corona a unos jugadores de un estatus privilegiado, el All-Star Game, se disputará en el MSG de los Knicks.
4- Derrick Rose pende a los Bulls
Su caso es una de las historias más tristes de los dos últimos años. Todavía colea en el presente aquel pasado 27 de abril de 2012 en el que, con el partido decidido, Rose quedaba tendido en el suelo tras entrar a canasta y las aspiraciones de los Bulls quedaron hechas trizas. Tras un año en blanco, intentó regresar el pasado, con poco éxito, para volver a estar de baja toda la temporada. Ahora Derrick Rose, tras disputar el Mundial de 2014 en España, vuelve para liderar a unos Chicago Bulls huérfanos sin él. Alma y corazones rotos que desean pegar las grietas ahora que parecía que el anillo podía volver a la ciudad de los vientos desde que ‘Air Jordan’ pusiera su final en 1998. Los de Thibodeau se han reforzado muy bien, con Pau Gasol como principal refuerzo, y piezas de menor renombre pero que apuntan a dar un buen rendimiento y aupar de nuevo a Chicago hasta la élite. Ésa que se les ha desgarrado de las manos como se desgarró el ligamento anterior cruzado de Rose. La salud de éste – quizás en su última oportunidad de demostrar su recuperación – pende las esperanzas de unos Bulls que de ir bien, jugarán hasta bien entrado mayo como mínimo.
3- Un verano de 2015 sin demasiada expectación
Tras un verano revoltoso, de titulares diarios en medios de comunicación y madrugadas esperando novedades, para el año que viene se presentan unas vacaciones calmadas, sin muchos alicientes ni grandes nombres. En la agencia libre hay buenos nombres, pero casi todos bastante ligados a su situación actual. LeBron James y Kevin Love, con opciones de jugador, seguirán en Cleveland; LaMarcus Aldridge no tiene intención de salir de Portland, y la mayoría del resto de nombres más apetitosos tienen la condición de estar en libertad restringida, caso de Kawhi Leonard, Klay Thompson o Ricky Rubio. Por tanto, los dos grandes nombres serán los de Marc Gasol y Rajon Rondo, las piezas que en teoría más dispuestas estarían a un cambio de aires. Un tercero, aunque con demasiada mala prensa, será Rudy Gay. En la reserva, nombres a buen seguro apuntados en el blog de notas de muchos General Managers y que decidirán por sí mismos su futuro a través de player options o libertad absoluta como Brook Lopez, Roy Hibbert, DeAndré Jordan, Goran Dragic, Al Jefferson, etcétera. Hay material, sí, pero faltan equipos que tengan puesto en el verano de 2015 un punto de inflexión para sus proyectos. Dicho de otro modo, ninguna franquicia saldrá a medio gas esperando solucionar la papeleta en un nuevo periodo estival. Tampoco el draft de 2015 parece la fuente de la esperanza. Aunque para todo esto quedan muchos meses…
2- Los Spurs, a defender título
San Antonio Spurs consiguió un brillante título de campeón la temporada pasada. Un logro mastodóntico que culminó un proyecto que comenzara en 1997, que se dice pronto. Tim Duncan tiene una mano completa en la que alojar sus anillos, pero parece complicado que empiece a ocupar los dedos de su par. En Texas buscarán repetir fórmula con paciencia, buen baloncesto, clase para jugar y un estilo identitario que defienden a capa y espada. Un cóctel al que apenas han añadido retoques. La continuidad como apuesta. La continuidad de un equipo campeón. La continuidad de una dinastía de casi dos décadas. Este año no parecen los máximos candidatos a seguir en el trono, pero así llevan años y años, con el rótulo de que ya no les toca, que la despedida es inminente, y al final resulta que los viejos rockeros nunca mueren.
1- Como en casa, en ningún lado: LeBron James
Por encima de todo, esta temporada tiene un cambio, un nombre y una historia. La película del curso. El guión que se truncó hace cuatro años pero vuelve a retomarse para, en esta segunda parte, buscar ya sí el final feliz. LeBron James regresa a casa, a Cleveland, más hecho, más maduro y convertido, probablemente, en uno de los mejores cinco jugadores de la historia. Su capacidad de dominio sobre el juego, su crecimiento mental y el bagaje de ser campeón dos veces hacen que este regreso a casa sea muy especial. Como en la misiva en la que explicó su decisión: aquel joven que se marcha a la universidad y vuelve convertido en toda una persona. James afirmó que quería ayudar a los jóvenes de Cleveland a ganar. Ser el mentor que les ayude a ocupar el trono. La duda era si LeBron tendría la paciencia suficiente como para no ganar el anillo inmediatamente. La respuesta ha sido una revolución en el plantel y la llegada de un pilar como Kevin Love para ganar la NBA ya. Muchas piezas para el nuevo puzle en Ohio. La pieza central, la que manda, ordena, dirige, gobierna, ilusiona y marca el camino es LeBron James. Y todo esto, con un debutante en el banquillo que viene de cruzar el charco y de entender otro baloncesto: David Blatt. Cleveland Cavaliers, casi nada.