O.J. Mayo ha emborronado para siempre su carrera en la NBA. La competición ha anunciado oficialmente que el escolta de los Milwaukee Bucks no ha superado el programa anti-drogas, por lo que será despedido y suspendido. No será hasta la temporada 2018-2019, con 30 años, cuando Mayo podrá solicitar la readmisión en la liga norteamericana. Dos años de sanción y una mala fama para la eternidad.
Conocido por su personalidad conflictiva, Mayo, que en su temporada rookie prometía ser una futura estrella de la liga (número 3 del draft de 2008 tras Derrick Rose y Michael Beasley) promediando 18,5 puntos por partido, ha ido disminuyendo su nivel progresivamente a lo largo de los años, hasta firmar unos discretos 7,8 puntos y 2,9 asistencias durante la última temporada regular.
Tras pasar por Memphis, Dallas y Milwaukee, con tan solo 28 años, pone probablemetente el punto y final entre los mejores del mundo de la forma más triste.
El comunicado oficial de la competición:
