Golden State Warriors no quiere más problemas y se encargó de ponerle punto final al incidente entre Draymond Green y Jordan Poole. Éste último recibió un golpe en la cara en medio de un entrenamiento tras una discusión con el pivot. La medida que tomó la franquicia fue que Green no sea suspendido, aunque deberá pagar una multa, de la cual no se conoció el monto.

De esta manera, el interno, 4 veces campeón de la NBA y parte de una de las dinastías más grandes de todos los tiempos en la NBA, regresará a los entrenamientos este jueves después de tomarse un tiempo alejado del equipo, por su propia decisión. El entrenador del equipo, Steve Kerr, fue quien informó la medida disciplinaria en una rueda de prensa, aunque no precisó el monto de la multa.

Kerr expresó que el incidente entre ambos jugadores “fue la mayor crisis que tuvimos desde que soy entrenador aquí”. También, dijo que espera que el jugador pueda participar este viernes del último partido de la pretemporada contra Denver Nuggets y también de la noche inaugural, la próxima semana ante Los Ángeles Lakers.

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El entrenador aseguró que los implicados, además de la estrella de la franquicia, Stephen Curry y el gerente general Bob Myers, participaron en las conversaciones que condujeron a la decisión sobre la sanción al jugador de 32 años.

Previamente, Green se había reunido con todo el equipo para disculparse por la agresión a su compañero y por su actitud. “Fracasé como líder. Fracasé como hombre. Me equivoqué. Por eso, me disculpé con mi equipo. Me disculpé con Jordan”, manifestó tras el encuentro con sus compañeros.