Muchos de los recién llegados a la NBA recordará a Devin Harris como aquel muchacho que fue “humillado” en un playground londinense por una vieja gloria del baloncesto callejero. Ocurría en la visita que hacían los Nets a Londres, donde se enfrentarían en dos partidos a los Miami Heat, dentro del NBA Live Europe. Harris se encontraba en un clinic cuando fue retado por Stuart Tanner, una leyenda del streetball londinense. El vídeo dio la vuelta al mundo. Tanner le pasaba el balón entre las piernas a Harris y conseguía una espectacular canasta. Los titulares sensacionalistas hablaban de que una vieja gloria del basket callejero humillaba a un jugador de la NBA. Evidentemente esta anédota distaba mucho de la realidad. Así lo reconoció el propio Tanner: “Si Devin Harris hubiese querido jugar de verdad, me hubiera destrozado”.

Aunque no fue más que una mera anécdota en muchos aficionados les quedó esta imagen más que la de casi cuatro años al servicio de los Mavericks, equipo que lo consiguió a través del envío a Washington de Antawn Jamison a cambio de Stackhouse y Laettner. El intercambio incluía también la quinta elección de Wizards en el draft del 2004, que cayó en el base de Wisconsin. Devin Harris desempeñó en Texas una trayectoria ascendente. Fue, primero, digno reserva de Jason Terry para pasar a alternar titularidad la temporada pasada con el ex de los Hawks. Harris acumuló cerca de 15 puntos, 5 asistencias y 1.5 recuperaciones. Esto le valió ser utilizado como moneda de cambio para la llegada de Jason Kidd a Dallas. Cuban quería un jugador mediático para el asalto del título y Harris no dejaba de ser un jugador interesante con margen de mejora pero sin los intangibles de los grandes jugadores. El joven base pasaba de estar en un equipo con opciones a llegar lejos a jugar en una franquicia que estaba a años luz de aquel equipo que llegó en dos ocasiones a la final de la NBA. La atención sobre él disminuyó y su imagen quedó maltratada por un vídeo que no reflejaba la realidad.

Pero el bueno de Harris ha destapado el tarro de las esencias durante esta temporada. Los New Jersey Nets son segundos de la Atlantic Division y el combo guard de Wisconsin promedia 25 puntos, 6.4 asistencias y 1.3 robos en 13 partidos disputados. Tras un inicio dubitativo, llegaron los 38 puntos anotados ante los Pistons, dejando en evidencia a Iverson y Stuckey, quienes sólo podían pararle a base de personales. Harris aprovechó su gran capacidad de penetración y encestó 20 de 24 tiros libres. Los Nets derrotaban a los Pistons y Harris aparecía en todos los titulares de la jornada. En los dos siguientes partidos anotó 30 y 33 puntos en las victorias contra Atlanta y Cleveland. Dos partidos después volvía a conseguir la treintena en el triunfo ante Toronto y la traca final llegó con los 34 frente a Utah y los 47 contra los Phoenix Suns, con un inmaculado 17/17 en tiros libres, capturando además 7 rebotes y repartiendo 8 asistencias. Un dato a tener en cuenta. Los Nets siempre han ganado cuando Harris ha anotado 30 o más puntos y entre sus víctimas están Cleveland, Detroit, Utah y los Suns.

A Devin podemos clasificarlo como un base con vocación ofensiva, como ya se vio en la Universidad de Wisconsin, donde coincidió con Zach Morley. En su ultima temporada con los Badgers acabó promediando cerca de 20 puntos por partido y fue incluido en el segundo mejor equipo universitario. Aquella temporada consiguió 38 puntos ante Minnesota, su puntuación más alta durante sus tres años de colegial. Devin Harris ha sido siempre comparado con enormes bases de la talla de Gary Payton o Dwyane Wade y hay quien ve en él destellos de Barbosa. Su defensa y estilo de juego se asemejaría, tal vez, a Payton y su capacidad de penetración a la de bases como Paul, o incluso Wade pero sin la variedad de acabados que posee el base-escolta de los Heat. Más alejado de la comparativa se encuentra respecto a  Barbosa, un consumado anotador desde la línea de tres, lanzamiento del que no suele usar el base de los Nets como primera opción.

La eclosión del ex Maverick viene originada por el propio crecimiento como jugador pero sobre todo por el desempeño de un rol más importante después del traspaso de Richard Jefferson a los Bucks. Sin el gran alero, Carter ha recuperado galones perdidos y Harris se convierte no sólo en el director sino en la segunda o primera opción en el ataque de los Nets. La movilidad de Boone y  Simmons o Yi también le permite encontrar más huecos para hacer uso de su arma preferida, la penetración.

Su figura podría semejarse a la de Dana Barros, el gran combo guard de Sonics, Sixers, Celtics y Pistons durante la década de los 90. En Seattle fue reserva del gran Gary Payton hasta que un traspaso le situó en los entonces perdedores Sixers. En la temporada 94-95 fue nombrado Most Improved Player. En su gran año, también disputó el All Star Game y anotó 50 puntos ante los Rockets. Barros lideró al equipo en puntos, 20.6, asistencias, 7.5, y robos, 1.8. Era un base que podía defender bien, le gustaba penetrar y gozaba de un sensacional acierto en el tiro libre pero, a diferencia de Harris, poseía un gran lanzamiento de tres puntos (41% de global en su carrera). Su gran temporada le sirvió para volver a casa y jugar para los Celtics, donde nunca gozó del protagonismo que tuvo en Philadelphia.

Ahora bien, los actuales Nets son mucho mejores que aquellos Sixers (24-58). Si sigue con esta velocidad de crucero, conseguirá el trofeo al jugador más mejorado y tal vez el entrenador titular del Este le invite a jugar el All Star, hitos logrados por Barros. Sin embargo la figura de Harris tiene mucho más recorrido porque están haciendo ganadores al resto de jugadores (mejoras evidentes en Carter y Yi). De humillado a pasado a ser azote de los grandes, y , quien sabe, un base necesario para cualquier equipo que quiera ser campeón de la NBA.