A finales de la década de los 80, Richard Dumas era un prometedor jugador enrolado en la Universidad de Oklahoma State. En su año rookie en la NCAA, temporada 87-88, había promediado unos estupendos 17.4 puntos y 6.4 rebotes, muy buenos números para un recién llegado. En su segunda temporada, sus números no fueron a mejor, se estancaron en 15.7 puntos y 7 rebotes. Sin embargo, en la tercera temporada solamente pudo disputar 12 encuentros, bajando sus números hasta los 12.7 puntos y 5.4 rebotes. A partir de ese momento, no volvió a disputar ningún encuentro más en la liga universitaria norteamericana. La razón de ese bajón en su aportación numérica temporada tras temporada y su desaparición de la NCAA fue su problema con la bebida, que le llevó a ser expulsado de la liga. En este contexto, Dumas comenzó su andadura como jugador profesional de la peor de las maneras, por la puerta de atrás, emigrando nada menos que a Israel, donde jugó la temporada 90-91 con el Hapoel Halon. En la liga israelí demostró todo el baloncesto que llevaba dentro, promediando 20.9 puntos y 8 rebotes, convirtiéndose, gracias a sus cualidades atléticas y espectacular juego, en uno de los jugadores favoritos de la afición al baloncesto de aquel país (en el primero de los videos adjuntos en este artículo podemos ver a un joven Dumas haciendo las delicias de los aficionados hebreos con sus brincos).
Sus buenos números y la falta de problemas extradeportivos durante su forzoso primer año profesional en tierras hebreas llevaron a los dirigentes de los Suns a elegirle en la posición n.º 19 de la segunda ronda del draft del año 1992. La franquicia de Arizona quiso darle una oportunidad a Richard, pero este no les devolvió la confianza dada con la misma moneda; poco antes de comenzar la temporada 92-93, Dumas dio positivo por cocaína en un control realizado y fue suspendido por la liga, pasando prácticamente en blanco toda aquella temporada (disputó unos pocos partidos Wichita Falls de la CBA tras completar el programa de rehabilitación).
La franquicia del sol ofreció una nueva oportunidad a Dumas, incluyéndolo en su plantilla para la temporada 1992-1993. Los Suns habían completado, tal vez, el mejor equipo de su historia, con un cinco inicial muchos quilates, Kevin Johnson Dan Majerle Cedric Ceballos Charles Barkley Mark West, complementado por un banquillo lleno de veteranos del calibre de Frank Johnson, Danny Ainge y Tom Chambers. Junto a ellos, se había dado confianza a Dumas y a otro joven que tendría también una muy errática carrera profesional, nos referimos al orondo pívot Oliver Miller. En principio, Dumas parecía estar llamado a ser el alero suplente, cubriendo los minutos que necesitase descansar Cedric Ceballos. Sin embargo, su buen juego le permitió ser miembro del quinteto titular en nada menos que 32 de los 48 partidos que disputó en la liga regular de aquella temporada, promediando unos grandes 15.8 puntos (con un porcentaje de tiro de campo superior al 52 %) y 4.6 rebotes por partido. Esos números le permitieron ser elegido en el segundo quinteto rookie de aquella temporada.
No sólo fueron bien las cosas a nivel individual para Dumas, sino también en el colectivo, ya que los Suns, con 62 victorias y tan solo 20 derrotas, lograron ser la mejor franquicia de la NBA en la liga regular. Ahora tocaba ratificar esa superioridad en los Play-offs. Los Suns fueron superando ronda tras ronda, venciendo, no sin dificultad, a Lakers (3-2, superando un 0-2 en contra), Spurs (4-2) y Sonics (4-3, con unos increíbles 44 puntos y 24 rebotes de Barkley en el séptimo, y definitivo, encuentro), y alcanzando así las finales, en las que se enfrentarían a los temibles Bulls de Jordan, Pippen, Grant y compañía.
Después de unos play-offs un tanto discretos, el protagonismo de Richard Dumas iba a tener que ser mayor en las series finales. Cedric Ceballos, que estaba jugando con molestias, se había roto definitivamente en el sexto partido de las finales de conferencia, por lo que Richard iba a tener que ocupar su puesto en el quinteto titular, enfrentándose, cara a cara, con el mejor alero de la NBA en aquellos momentos, Scottie Pippen.
El resultado de aquellas finales todos lo conocemos; vencieron los Bulls 4-2 (inolvidable aquel lanzamiento de tres anotado por Paxson a pocos segundo para el final del sexto y definitivo encuentro). La aportación de Dumas en esas series merece una mención especial; dio la cara en todo momento, ofreciendo gran rendimiento, sobre todo en el primer encuentro, donde anotó 20 puntos y recogió 12 rebotes, y en el quinto, en el que anotó 25 puntos con un increíble 12 de 14 en tiros de campo. Todo ello le permitió ser conocido por los aficionados al baloncesto en todo el mundo, que se preguntaban de dónde había salido ese joven alero de buena mano y mejores condiciones físicas (en el segundo video podemos observar algunas de las espectaculares acciones de este jugador en aquellas finales). Parecía haber cogido el último tren y lo había aprovechado a las mil maravillas, solo cabía esperar sus progresos en próximas temporadas…
El jarro de agua fría para todos aquellos que confiaban en las condiciones de Richard llegó pocos meses después de aquella gran final; antes del comienzo de la liga regular era suspendido para toda aquella temporada (la 93-94) por consumo de drogas. El alero de Tulsa volvía a las andadas y ponía en peligro una vez más su prometedora carrera. Buscando la redención, el jugador volvía la temporada siguiente a la disciplina de los Suns, pero el nivel mostrado por el jugador durante la temporada 94-95 fue muy inferior al mostrado en su temporada rookie: solamente disputó 15 encuentros de liga regular (volvió a las canchas en marzo del 95), promediando unos mediocres 5,5 puntos y 1,9 rebotes. Paul Westphal confió más en jugadores veteranos y con una mayor ética de trabajo como Majerle, AC Green, Ainge o Danny Manning o en jóvenes pujantes como Wesley Person que en un jugador bajo sospecha como Dumas.
Cuando todo parecía perdido, John Lucas, entonces entrenador de los 76ers de Philadelphia, ofreció una última oportunidad a Dumas. Lucas parecía la persona idónea para recuperar a este, aún, joven jugador (26 años). Emblemático personaje que durante su carrera sufrió grandes problemas con las drogas, pero que tuvo la fuerza para rehabilitarse y volver a tener una segunda juventud deportiva en la NBA, había ocupado mucho tiempo tras su retiro en labores de asistencia a jugadores que estaban pasando por experiencias similares, ofreciendo su propias vivencias como ejemplo vivo de superación. De hecho, Lucas había tratado a Dumas en el pasado. Si este entrenador no conseguía recuperar a Dumas, nadie más podría hacerlo nunca. Y Lucas fracasó en su intento; Richard disputó únicamente 39 partidos, promediando 6.2 puntos y 2.5 rebotes en casi los 19 minutos que estuvo en la cancha por noche, escaso bagaje para un jugador que iba para all-star. Para colmo de males, fue de nuevo pillado in fraganti, dando positivo en los test de drogas y fue expulsado definitivamente de la liga. Ya no había marcha atrás, sus oportunidades habían acabado y lograr una carrera consistente en la NBA era ya una quimera para Dumas.
A partir de ese momento, la carrera profesional de Richard Dumas fue dando tumbos aquí y ahí (se recuerda, entre otras, una estancia suya en Polonia), con mucha más pena que gloria. Las pocas noticias que llegaron del ex jugador de Phoenix al gran público americano fueron ajenas al baloncesto; por ejemplo, en diciembre de 1998 fue detenido en un motel de Tulsa por posesión de crack.
El último destino profesional fue Westchester Wildfire de la USBL (liga menor americana), el equipo de John Starks, donde se retiró del baloncesto en 2003.
La historia se repite, lo que pudo ser y no fue.
| Apéndice: ¿Sabías qué? | ||
| Hasta finales de la década de los 90 la marihuana no fue objeto de análisis en los test anti-drogas realizados por la NBA. Como buen ejemplo de lo generalizado que estaba el consumo de esta droga entre los jugadores de la liga, valga esta perla soltada por nuestro protagonista en una entrevista concedida al New York Times en 1997: “Si analizasen el consumo de marihuana, probablemente no habría NBA” (“If they tested for marijuana, there would probably be no N.B.A.”). |
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