El sujeto ejerce sobre la base que le sostiene una presión superior a la de su propio peso, de esta forma consigue mantener su cuerpo en el aire durante un tiempo variable y determinado. Esto podría ser un comienzo, para poder explicar lo que nos pasa a cualquiera de nosotros cuando flexionamos las piernas e intentamos progresar en el aire.

Revisemos algo, antes hacia referencia a permanecer un periodo de tiempo en el aire mediante un salto, unos pocos segundos, algo muy limitado. Sin embargo ¿algún hombre ha llegado a volar alguna vez gracias a su propio impulso? Podríamos “relativizar” y frivolizar fácilmente, pero imagínense a un tipo de Memphis que espera en el centro de una cancha de baloncesto, que observa el parqué y de paso se asegura de que sus zapatillas deportivas estén bien ajustadas. Reprende una larga carrera hacia un objetivo concreto, la canasta, despega y en su punto más alto su talón se coloca a una distancia vertical de 140 centímetros respecto a la superficie ¿hablamos de un vuelo o un salto?

Hasta ahora conocíamos las proezas de un hombre que mostró al mundo que si te lo propones puedes superarte, y por qué no, puedes alcanzar tu sueño: machacar. Spub Webb nos enseñó que podía clavar el balón con sus 170 centímetros, pero también remarcó que lo verdaderamente meritorio era hacerlo “in traffic”, es decir, ante oponentes. Webb se elevaba para colgarse del aro tanto a dos pies como en carrera fijando su máximo salto en unos 125 centímetros.

Bueno, volviendo a nuestro héroe, se llama Michael Wilson y fue un Globetrotter desde que salió del College, el viejo Memphis, actual Memphis State, donde dejaba boquiabiertos a sus compañeros de equipo, Penny Hardaway (Phoenix) y Lorenze Wright (Memphis Grizzlies), por citar a los más conocidos. Allí the “Wild Thing” lideró sin demasiado esfuerzo a los Tigers en porcentaje de campo con un 57.3%, tan sencillo como elevarse y bajar el balón de muy arriba abajo. El chico era un verdadero espectáculo, pero exilió ejercicios de dominio de balón y tiro, así que Mannie Jackson, presidente de los Harlem Globetrotters, hizo lo propio para reclutarlo con sus muchachos, y así ha sido hasta hace bien poco.

En 1997 Wilson alzó su metro y 95 centímetros para ejecutar un mate en una canasta situada a 3 metros y 57 centímetros, recordar que la distancia oficial que separa el aro de baloncesto del suelo es de 3 metros y 5 centímetros. Aquello tuvo lugar en Birmingham, Inglaterra. Después del logro el de Tennesse se hizo la firme promesa de superar su marca e inscribir nuevamente un nuevo récord en el libro de los Guinness, y así fue, después de tres años, concretamente el día 1 de Abril del 2000, en la sede del próximo mundial, Indianápolis, Wilson machacó en una canasta situada a una altura de 3.65 metros.
Si consiguen algún video para ver a los “trotamundos” de Harlem entre espectáculos podrán ver a un Globertrotters, Michael Wilson, saltando por encima de compañeros para adornar sus mates y sobrepasando el aro con parte de su cabeza. Se dice que en una ocasión el alero superó su record nuevamente, pero todo ocurrió de forma esporádica en los Angeles, por consiguiente no fue reflejado en el libro Guinness.

Actualmente “Wild Thing” ya no piensa en volver a superarse. Jackie Jackson, un histórico “dunker” Globetrotter que le hizo algún que otro mate al estilo “In your face” a Wilt Chamberlain, ya ha delegado su protagonismo a Wilson, la prestigiosa revista norteamericana Slam le ha elegido en decimotercera posición en el ranking de mejores “matadores” de toda la historia… ¿imposible volar más alto?