Nada es eterno en la NBA, pero sí lo son los momentos que se viven en Boston. Si tuviéramos que escoger una ciudad de baloncesto muchos dirían Los Ángeles, pero la pasión y el sentimiento se vive en Boston. Defensa, presión, tensión y orgullo verde. Esos son los ingredientes y el ambiente que se vive en el Boston Garden (actual TD Garden).
El equipo más laureado de la historia de la mejor liga del mundo, con 21 campeonatos, vivirá un verano complicado y un futuro en el que solo se ven, a día de hoy, muchas nubes. La marcha hace una semana de Doc Rivers a los Clippers fue ya un primer toque de atención. Sin embargo, la puñalada, el golpe que ha asestado directamente al corazón de la afición verde es el adiós de Pierce y Garnett. Dos referencias, dos ídolos, dos ejemplos, dos leyendas. Danny Ainge no duda y cree que es el momento.
Se acaba definitivamente el Big Three. Los aficionados de los Celtics habían vuelto a soñar en 2007 con el trío Allen-Garnett-Pierce que se había formado y que, en 2008, alcanzó la gloria ganando, ni más ni menos, que al eterno rival: los Lakers. Habían tocado el cielo de nuevo con los dedos, volvían a dominar la NBA. 6 años después y tras la considerada como “traición” de Ray Allen al irse a Miami el verano pasado, Paul Pierce y Kevin Garnett cambiarán el verde por el negro de Brooklyn. El orgullo y el sentimiento por el revuelo mediático que conlleva el nuevo proyecto que Jason Kidd dirigirá desde el banquillo. No obstante, estas marchas son distintas. Aunque ambos han apostado por el cambio de aires, Ainge será el culpable y el señalado por la afición por dejarles escapar.
Vuelta al Olimpo
En 2006, el equipo tocó fondo con un 24-58 de balance en temporada regular, el quinto peor de su historia. La lotería del Draft le dio la espalda a los Celtics, que se quedaron sin poder escoger ni a Oden ni a Durant, por lo que Ainge no dudó en tirar la casa por la ventana y cambiar todos los esquemas previstos. Mandó a Delonte West, a Wally Szczerbiak y al número 5 del Draft a Seattle a cambio de Ray Allen. Luego, en julio, mandaba a Al Jefferson, Green, Telfair, Gomes y Ratliff a Minessota a cambio de Kevin Garnett.
Ahí empezó todo. Los Celtics arrasaron en temporada regular con un espectacular 66-16. Pierce, Allen y Garnett se entendieron, se complementaron y buscaban lo mismo: el anillo. Además, Posey, Cassell, Brown y House también ayudaban desde el banquillo. Llegaban los Playoffs y los Celtics tuvieron que derrotar a los Hawks, a los Cavaliers de Lebron y a unos Pistons que empezaban a ver cómo los Wallace, Prince, Hamilton y Billups empezaban a desintegrarse. El Este era territorio verde, pero en las Finales estaban unos Lakers que habían mejorado con la llegada de Pau Gasol. No hubo historia. Pierce se encargó de liderar una victoria por 4-2 y consiguiendo el MVP. 22 años después, los Celtics conquistaban de nuevo la NBA.
Venganza angelina y declive
En 2008, Orlando y Cleveland les pasaron por encima y en Boston empezaban a preguntarse si el Big Three se desmoronaba. Sin embargo, regresaron a lo más alto, aunque tras esa magnífica temporada, los Lakers tomaron venganza en 2009 y les ganaron en las Finales, aunque el proyecto seguía vivo.
Los siguientes años no han sido tampoco los mejores. La plantilla ha seguido envejeciendo, Rondo seguía sin dar ese salto anotador para suplir el declive físico lógico de las tres estrellas y aunque el equipo mantenía el nivel en temporada regular, los Playoffs se hacían cuesta arriba.
En verano del año pasado comenzaba el fin. Allen marchaba a Miami. Solo Pierce y Garnett mantenían a flote el barco, pero las victorias no llegaban. El físico achacaba las piernas de las leyendas verdes y Rondo, para más inri, se lesionaba. Llovía sobre mojado. Todo a contracorriente. En Playoffs, los Knicks no dieron opción.
La maldición del anterior Big Three
Ahora crece la incertidumbre, las dudas, el miedo y el recuerdo de esa década de los 90 y principio de siglo en la que Boston vivía inmerso en un túnel sin luz, en un bache cada vez más hondo y perdiendo aquello que siempre había caracterizado al verde: el orgullo. Rajon Rondo será el encargado de volver a hacer creer a la afición de los Celtics. Él será la piedra angular, el jugador que liderará a un equipo histórico.
Cuando el trío Bird, McHale y Parish dejó de existir, Boston tardó 22 años en ganar un anillo. ¿Vivirán de nuevo una odisea parecida? Solo el futuro nos lo dirá, pero Boston seguirá amando a sus Celtics y al baloncesto.
| Año | Balance temporada regular | Playoffs |
| 07/08 | 66-16 | Campeones (gana a Lakers) |
| 08/09 | 62-20 | Semifinales de Conferencia (pierde contra Orlando) |
| 09/10 | 50-32 | Pierde Finales NBA (pierde contra Lakers) |
| 10/11 | 56-26 | Semifinales de Conferencia (pierde contra Miami) |
|
11/12 |
39-27 |
Finales de Conferencia (pierde contra Miami( |
| 12/13 | 41-40 | Primera ronda (pierde contra Knicks) |