Como bien señala el titular, los Phoenix Suns no disfrutaban estadísticamente de un base como Ricky Rubio desde que un tal Steve Nash, en 2005, anotase al menos una docena de puntos, de rebotes y de asistencias.
Es el segundo triple-doble del base español en la temporada, y sin duda está siendo clave en la progresión de la franquicia de Arizona. Por contextualizar la última noche ante los líderes de la NBA, los Milwaukee Bucks: Ricky anotó 25 puntos, 13 rebotes y 13 asistencias en 38 minutos. Además, recuperó 3 balones y tuvo una única pérdida. En cuanto al porcentaje de tiro, 8/15 en tiros de campo y un impoluto 6/6 desde la línea de tiros libres.
TRIPLE-DOBLE de @rickyrubio9
25 PTS
13 REB
13 AST
Segundo TD de la temporada. ¡Victoria de los @lossuns que juegan en este #NBASaturdays! pic.twitter.com/Y5kc9RupFB— NBA Spain (@NBAspain) March 9, 2020
Gran parte de la producción anotadora de los Suns pasó por las manos de Rubio, quien marcó el mayor Offensive Rating del partido en cuanto a los minutos en cancha. Segundo máximo anotador del equipo, máximo reboteador, asistente y el que más balones recupero y el que menos perdió de su franquicia.
A seis partidos de Playoffs, que se antojan muy lejanos, no deben tomarse como la conclusión a una mala temporada. Sin entrar a analizar a los Phoenix Suns, vamos a dejar unos datos encima de la mesa a modo general para mostrar a Ricky Rubio como uno de los principales culpables de que el juego de los de Monty Williams es más efectivo y sólido tras la llegada del base. En comparación a la pasada temporada, los Phoenix Suns lanzan prácticamente los mismos tiros (87.4 por 87.8 la presente campaña) con un mayor porcentaje de acierto (45.9%-46.5%). Son un equipo más rápido, buscando la transición y los fast break points. Para ello cuenta con diversos cañoneros en las esquinas, algo que para un pasador de la talla de Ricky Rubio liga como anillo al dedo. Precisamente en la temporada 2018/19, los Phoenix Suns lanzaron 29.3 triples por partido, anotando una media de 9.6 (32.9%). Dicho porcentaje se eleva hasta el 35.3 en lo que llevamos de temporada, anotando 11.2 triples de 31.7 intentos. Run & Gun. Es precisamente uno de los culpables de que el juego sea más vistoso, más rápido y sólido, y colectivo. Los Suns promedian 27.2 asistencias por partido, casi cuatro más que en la pasada campaña, donde la gran mayoría de las alternativas ofensivas de Arizona pasaban por la inspiración individual de Devin Booker. Precisamente finalizaremos las aportaciones con el escolta de Phoenix, que personalmente, es uno de los grandes damnificados por el impacto de Rubio.
¡Vaya dos! Booker & Rubio: 61 puntos@DevinBook: 36 PTS, 8 AST @rickyrubio9: 25 PTS, 13 REB, 13 AST
— NBA Spain (@NBAspain) March 9, 2020
Los @Suns juegan este sábado a las 19:00 ante los Mavs en el #NBASaturdays pic.twitter.com/ndfIiF8g26
En cuanto a anotación se refiere, Booker tiene unas estadísticas similares (26.6 puntos por partido la pasada temporada por los 26.1 de la presente). Desglosando en el cuaderno de tiro, es donde podemos encontrar datos interesantes. La eficiencia en tiros de campo cambia en gran medida, con un porcentaje de 54.6 por el 52.1 del 2018/19. Asume menos el balón en ataque, tiene más compañeros para compartir dicha carga, como pueden ser Kelly Oubre Jr. DeAndre Ayton o el propio Ricky Rubio. Pese a lanzar menos, tiene un mayor porcentaje de acierto tanto en zona como desde el triple, lo que refleja un salto de madurez y en la toma de decisiones, dejando atrás la imagen de ser un tirador de élite y limitado en ello. Pierde menos balones, tira menos y anota de manera más eficiente.
Menos mal que llegó Ricky Rubio a Arizona, dejando atrás las especulaciones acerca de su decisión por ir a los Suns y su salario-rendimiento. Phoenix lo agradece, Ricky disfruta, y los Suns tienen un interesante proyecto por delante. Esperamos volver a escribir pronto acerca de una nueva hazaña plasmada en triple-doble del catalán.