Resumen a 30 horas de intensa negociación durante 3 días: "La diferencia que separa a ambas partes es muy grande", reza Adam Silver, segundo de abordo, que acaba sentenciando: "Estamos entristecidos en nombre del baloncesto".

Con David Stern, ausente por gripe; con un mediador, George Cohen, con muchos dolores de cabeza tras su función pacificadora; con una futura gira de estrellas (Lebron James, Dwyane Wade, Kobe Bryant, Amare Stoudemire, Chris Paul…) en ciernes, y con la sensación de que las buenas voluntades se quedan en una nube virtual, y que la el muro que divide a patronal y sindicatos reposa todavía en un campo de minas.

El 50% de los ingresos vinculados con el baloncesto -el archipopular BRI– que pretenden los propietarios como tope a la baja vs el 52.5% que quieren los jugadores, es un ocho mil de la prehistoria del alpinismo.

Hay decepción en muchos jugadores ante el inmovilismo del duro sindicato defendido con uñas y dientes por Hunter y Fisher, uienes acusan a los propietarios de mentir a los jugadores. Muy duro, en este sentido, el base de los Lakers"Habéis sido engañados. Todo lo que se ha dicho es mentira. No es cierto que nos hayamos plantado en el 52,5%. Los propietarios no tienen intención de moverse del 50%. No estamos dispuestos a firmar un acuerdo injusto".

El fantasma del lockout anterior puede que se presente por una Navidad muy dickeniana. Pronto podrían anunciarse más cancelaciones de partidos, más retrasos y quebraderos de cabeza…

Muchos se preguntan quién será el Ebenezer Scrooge en todo este asunto