"Es difícil para mí llevar la voz cantante porque mi rol en el equipo ha sido la tercera, cuarta o quinta opción muchas veces".

A Los Angeles Lakers les ha mirado un tuerto. La historiografía narra que sus vecinos Clippers eran los que gestionaban mal sus recursos, los que no sabían elegir en el draft, los que siempre como sus estrellas se rompían en mil pedazos…

Se presentaban al inicio de la temporada como el equipo galáctico, si se permite ésta desafortunada comparativa llegada del mundo del fútbol. Los Lakers sacrificaban el futuro incierto que destilaba Andrew Bynum para añadir a su roster al pívot con el físico más dominante de la competición. Dwight Howard había tocado techo en los Magic, muy lejos de poderle ofrecer el anillo que le podían regalar en su nuevo destino. Para nutrirle de balones se confió en Steve Nash, 'the eight wonder of basketball'. Un hombre capaz de mejorar mucho a sus compañeros y tal vez el jugador idóneo, pero tal vez hace un par de años, cuando era capaz de correr y pensar a la vez a velocidades vertiginosas. Antawn Jamison llegaba como veterano resultón. El Lamar Odom de la temporada del último anillo. Un escudero fallido de LeBron James que vivió su mejor baloncesto junto con Gilbert Arenas y Caron Butler en los Wizards. Como complementos, el triplista Jodie Meeks y Earl Clark y Chris Duhon, los sobrantes en el traspaso de Superman, Mike Brown y Mitch Kupchack dieron un voto de confianza a Steve Blake, Jordan Hill y Darius Morris. Kobe Bryant y Pau Gasol no contaban con un mal equipo, a priori.

Con estos mimbres y con muchas esperanzas se iniciaba la reconquista del anillo. Había que fortalecer la lucha en el Oeste para poder enfrentarse con éxito a los intocables Heat. Los Thunder no eran (son) mediáticos y los Spurs son eternamente viejos. Aunque se era consciente del nivel pujante de Clippers y Grizzlies, se apostó por conceder crédito a estos renovados púrpura y oro. Pero el inicio de curso supuso un duro revés y aparecieron goteras en el palacete de papel. La que empezó a caer era de aúpa y la pesadilla terminó tras el 4-0 contra los eternamente viejos Spurs.

Pero, ¿eran tan malos los Lakers?

La nefasta temporada del pariente rico  es el cúmulo de muchas circunstancias. Posiblemente antes no eran el mejor equipo, pero tampoco eran merecedores de este triste fin de ciclo (otro recurso facilón que se prodiga en la futbolería). Veamos algunas de las razones:

1- No confianza en el técnico. Mike Brown no le pudo dar el anillo a LeBron y pocos creyeron en sus habilidades para devolver al equipo a la lucha por el título. Se demostró claramente tras el 1-5. Los nuevos fichajes no ayudaban a su forma de interpretar el baloncesto pese a contar como ayudante al afamado Eddie Jordan.

2- ¿Peor el remedio que la enfermedad? La llegada de Mike D'Antoni, el máximo exponente del run and gun, quiso aplicar su filosofía sin tener las piezas adecuadas. Al menos, sanas. El desaprovechar a Pau Gasol fue uno de los muchos desaciertos. Tuvo su momento de gloria en los Suns, con Steve Nash y un grupo de buenos jugadores con piernas y entregados a la ofensiva, pero su paso por New York fue un desastre. Al nivel que su primer año Laker.

3- De acuerdo que la decisión de sacarse de encima al imberbe Andrew Bynum ha sido un acierto, pero el primer año de Dwight Howard deja mal regusto. Sobre todo porque sus defectos se han visto aumentados con D'Antoni. La burlesca sobre su mal uso del tiro libre pudo parecer anecdótica, pero ya denotaba una desconfianza sobre el papel 'salvador' del pívot de anchos hombros y codos punzantes.

4- Anulación de Pau Gasol. Empezando por el técnico y siguiendo con fans y algún que otro compañero. Clave en el viraje que emprendieron los Lakers desde su llegada. Fundamental en los dos anillos, como lo fue Shaquille O'Neal cuando aterrizó en la cosmopolita ciudad californiana. Cuando ha estado bien se nos ha mostrado determinante. Tal como es él. Su futuro parece estar lejos, pese a lo que diga Bryant.

5- Kobedependencia. Pero el equipo ha perdido muchos partidos con él anotando muchos puntos ¿Poca confianza de la Mamba Negra en sus compañeros? ¿Única opción ofensiva fiable para el técnico en los Lakers del 2012-13? Ha ganado partidos, pero también los ha perdido. Sus 27 puntos de media tienen mucho mérito aunque ha gustado más como pasador.

6- Lesiones. Demasiadas. Parecían el 'Pariente Pobre' en este aspecto. Kobe Bryant, con 78 partidos, ha sido el que más ha jugado y cayó en el momento clave, antes del inicio de los Playoffs. Pau Gasol se quedó en 49 y Steve Nash, en 50, arrastrando problemas físicos anteriores. Su refresco, Steve Blake se ha perdido casi 40 partidos. Dwight Howard también jugó con dolores heredados y Metta World Peace no ha andado muy fino.

7- Mirar al banquillo…y no encontrar a nadie. Poca aportación de jugadores fichados para mejorar al equipo como Jodie Meeks o Antawn Jamison. Nulo relevo en los pívots, con un Robert Sacre que vivió algún momento de gloria siendo titular en 3 partidos. Lejos quedan los tiempos de Lamar Odom o Trevor Ariza.

X- El lector puede añadir cuantas causas estime oportunas. También expresar su disconformidad con las esgrimidas.

El futuro

Seguramente pasa por una amnistía como primer movimiento de cara al próximo curso. Descontando los 19 millones de Howard (agente libre), el payroll de la plantilla está en 79 millones para la próxima temporada. Un poco mejor que en el actual curso. La intención es convencer a Howard para que se quede y se deberá hacer con un caramelo muy goloso. La primera solución que pasa por la cabeza es la posibilidad de finiquitar un contrato con indemnización. Sólo Kobe Bryant, Pau Gasol, Metta World Peace (MWP) y Steve Blake están en el roster desde julio del 2011, cuando finalizó el pasado convenio colectivo. Sólo uno de ellos podría ser amnistiado. El sueldo de Blake (4 millones) y el de MWP (7 millones) son asumibles. Kobe Bryant cobrará 30 millones de dólares el próximo curso, pero es intocable así que todas las miradas apuntan a los 19 millones que recibiría el pívot catalán en su último año de contrato.

Bryant ya ha manifestado su deseo de que el núcleo importante de jugadores continúe de cara al próximo curso. Pau Gasol ha manifestado su deseo de ganar un anillo con los Lakers, pero el estado de la cuestión hacia el jugador de Sant Boi no le es nada favorable.

El éxito no reside sólo en atraer a estrellas sino en consolidar la segunda fila. Ahí han pinchado

Si la apuesta es mantener el bloque, cabe añadir un base que siente a Steve Nash (su rol debería ser el de un gran refuerzo desde el banquillo). Vemos que el revalorizado Jarrett Jack está en el mercado y también José Calderón ¿Podrían ir a por Chris Paul y sus 18 millones? También desprenderse de algunos jugadores con los que no van a ningún sitio como los Jamison, Ebanks, Morris, Duhon, Blake…y acertar más en los intercambios menores.

La selección de personal no ha sido el fuerte de esta franquicia. Mucha habilidad para traer a grandes figuras como Shaquille O'Neal, Pau Gasol, Lamar Odom o Dwight Howard (tampoco vamos a minimizarlo ahora), pero menos ojo par descubrir a jugadores. Tal vez la apuesta más arriesgada fue ceder a Vlado Divac a los Hornets para quedarse con un Kobe Bryant con todo por demostrar. Es ahora de que se saquen de la manga jugadores de menor nivel, pero que den fiabilidad al banquillo.

Un técnico nuevo no le vendría nada mal al cuadro angelino, pero Mitch Kupchak ya se ha encargado de borrar las esperanzas de cambio de muchos de sus detractores: "Estará de vuelta. Creo que ha hecho un gran trabajo. No ha habido ningún debate al respecto". Amén.

Dejando conjeturas aparte y visto lo sucedido en esta campaña, hay mucho trabajo por hacer, empezando por marcar claramente los objetivos sin edificar castillos en el aire.

"No tengo miedo" ante lo que venga, dice Gasol.