Una de las características más habituales en todo ser humano es su interés por lo nuevo. Todas las personas estamos ávidas de descubrir nuevos intereses, aficiones o amigos. A pesar de ello, no nos aburrimos de lo viejo, de lo que ya conocemos y tampoco queremos perderlo.

El aficionado a la NBA tiene los mismos deseos. No conseguimos quitarnos la melancólica sensación que sentimos al conocer la retirada de tres mitos como Bryant, Duncan y Garnett. Al mismo tiempo, queremos seguir disfrutando del talento conocido que les sobra a LeBron, Curry o Durant. Y también estamos deseosos de descubrir a las nuevas figuras que nos harán seguir perdiendo horas de sueño en la siguiente década. Solobasket trae una lista de 10 aspirantes al All-Star en los próximos años.

KARL-ANTHONY TOWNS – MINNESOTA TIMBERWOLVES

Era el primero que nos venía a la mente a todos.  El Rookie del Año más unánime de la década. Un jugador que desprende un aroma a referencia interior que sobrepasará los límites de su época. Towns lo tiene todo para ser un futuro MVP de la liga y un modelo para los hombres altos de esta época. Con 211 centímetros y 113 kilos, el dominicano es un multiusos en pista. Tiene unos movimientos al poste muy pulidos, un gran instinto para el rebote, un gran posicionamiento defensivo, una visión de juego espectacular para su estatura y una inteligencia en pista propia de un veterano.

En su primer año en la liga promedió 18,3 puntos, 10,5 rebotes y 1,7 tapones en 32 minutos de juego. Números de All-Star para un chico que solo tenía 19 años. Asusta pensar que solo puede mejorar. Sus movimientos, colocación y cabeza nos han recordado a todos al añorado Tim Duncan. Y además llega al banquillo de Minnesota toda una referencia como Thibaudeau.

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DEVIN BOOKER – PHOENIX SUNS

El impacto de Booker no ha sido tan numérico como el de Towns, pero su juego visual nos ha enamorado a todos. El escolta de solo 19 años de los Suns llegó a la liga con el perfil de tirador, pero ha demostrado mucho más. Le costó despegar debido a la presencia de Brandon Knight y Eric Bledsoe, pero sus lesiones despajaron el camino a un jugador que hace de la elegancia su estilo de juego. Booker tiene un endiablado bote de balón, una refinada mecánica de tiro y una visión de juego muy amplia. Eso le ha llevado a promediar 13,8 puntos y 2,6 asistencias en 27,7 minutos de juego. Deberá trabajar en su principal punto débil, la defensa, para ser uno de los mejores combos de la próxima década.

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KRISTAPS PORZINGIS – NEW YORK KNICKS

El ala-pívot letón de los Knicks sorprendió a todos en su año rookie. Después de ser elegido en la cuarta posición del draft de 2015, fue abucheado por el público neoyorquino que presenciaba el evento. A las pocas semanas de competición, ya había cambiado los pitos por aplausos en una de las canchas más exigentes de la NBA, el mítico Madison Square Garden. Un interior de 2,16 que tiene la movilidad y el rango de tiro de un escolta solo puede triunfar en una NBA que tiende cada vez más al juego aposicional. 14,3 puntos y 7,3 rebotes con 20 años solo auguran un reluciente futuro para una de las próximas grandes estrellas internacionales de la NBA.

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GIANNIS ANTETOKOUNMPO – MILWAUKEE BUCKS

Y si de extranjeros hablamos, debemos mencionar al griego Antetokounmpo, que renovó por los Bucks hace unos días. Con ello, el equipo de Jason Kidd se asegura la presencia de un jugador multidimensional que va creciendo año a año. Llegado hace tres temporadas a la NBA desde la segunda división griega, el alero de 2,11 solo tiene que seguir mejorando y ampliando su ya de por sí larga lista de cualidades para convertirse en un All-Star permanente. Además, esta temporada tendrá más responsabilidades, ya que la larga lesión de Kris Middleton le hará disfrutar de más minutos en pista.

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BRANDON INGRAM – LOS ANGELES LAKERS

Cuando el desempeño en pista de un jugador recuerda tanto al de una de las grandes superestrellas de la historia, es imposible no frotarse las manos con la carrera que pueda tener. El último número 2 del draft llega a los Lakers dispuesto a devolver a la franquicia de púrpura y oro a la élite de la liga. Las comparaciones con Kevin Durant se hacían desde que debutó con Duke, debido a que Ingram es un alero de 2,06 delgadísimo, de menos de 90 kilos, pero con un talento que le convierte en el favorito para hacerse con el rookie del año. Un jugador muy elástico, con un gran tiro y que ayuda al rebote. Todo ello con 19 años recién cumplidos.

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D’ANGELO RUSSELL – LOS ANGELES LAKERS

Y si de talento puro hablamos, los Lakers han juntado a la pareja más prometedora de la liga. El base zurdo de 1,96 no tuvo una temporada rookie ideal, pero dejó destellos de lo que puede aportar con unos años más de experiencia. Promedió 13,2 puntos, 3,3 asistencias y un porcentaje del 41% en tiros de campo en 28,2 minutos. Unas estadísticas que se puede quedar cortas para una futura gran estrella, pero la temporada de Russell debemos analizarla con mayor profundidad. En un equipo que hizo la peor temporada de su historia y con un entrenador que no le dio los galones que debía haber tenido, D’Angelo no lo hizo tan mal.

El mayor problema ha venido por su actitud. Su polémica con Nick Young provocó las críticas de todos y sus abiertos reproches a su entrenador no tuvieron justificación. Aun así, con 20 años es el mejor jugador joven de la liga en la combinación bote-tiro-pase. Si la prensa habla más de Russell por esas cualidades que por sus escándalos, no hay duda de que será uno de los mejores bases de los próximos años.

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RUDY GOBERT – UTAH JAZZ

Hay partidos que cambian una carrera y muchos de ellos suelen ser en competiciones internacionales. La defensa de Marc Gasol sobre Sofoklis Schortsanitis en la final del Mundial de 2006 relanzó su carrera. Lo mismo le pasó a Gobert en los cuartos de final del Mundial 2014. Los hermanos Gasol e Ibaka se encontraron con un semidesconocido rival que les amargó la tarde y las esperanzas de España en su Mundial.

Gobert es hoy en día uno de los mejores pívots defensivos de la NBA. Sus 216 centímetros y su elasticidad es una combinación muy difícil de superar. Eso le hace tener unas estadísticas de rebotes y tapones altísimas, pero el francés debería mejorar en ataque para poder ser uno de los mejores pívots de la liga. El año pasado solo promedió 9,1 puntos en 31,7 minutos, cifras que debe aumentar para que los Jazz tengan más probabilidades de llegar a playoffs.

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STEVEN ADAMS – OKLAHOMA CITY THUNDER

Y si de pívots defensivos hablamos, aquí tenemos al mayor dolor de muelas de los dos mejores equipos del pasado año. El neozelandés se ha convertido en un fenómeno mediático de la NBA y no solo por su look de la vieja escuela. Un portento físico de 2,13 metros y 116 kilos de puro músculo que no duda en utilizar en cada acción. Si Gobert se dio a conocer en un partido, Adams lo hizo en los pasados playoffs. Subió sus prestaciones hasta los 10,1 puntos y 9,5 rebotes en 30 minutos, le amargó la existencia a superestrellas como Leonard, Aldridge o Curry y se convirtió en el animador oficial de uno de las aficiones más ruidosas de la NBA. Si continúa en esa línea y va añadiendo aspectos técnicos a su rudo juego, no hay duda de que se seguirá hablando mucho de Steven Adams.

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DENNIS SCHRÖDER – ATLANTA HAWKS

La deseada oportunidad le ha llegado. Por fin, con 23 años se convierte en el base titular de un equipo NBA. Los Hawks decidieron traspasar a Jeff Teague para dejar hueco a esta fuerza de la naturaleza que se caracterizaba por revolucionar los partidos. El base alemán solía salir desde el banquillo para dar una marcha más al juego de Atlanta, pero ahora deberá aumentar mucho su impacto en un tiempo mayor de juego.

Las dudas vienen por las características del juego de Atlanta. En un equipo que había hecho del movimiento de balón su estilo de juego, Schröder es todo lo contrario. Esa circunstancia era muy positiva para dar un ligero cambio a un sistema que podía volverse previsible. Pero con el rol de base titular puede que el alemán deba cambiar ligeramente su impulsivo juego para adaptarse a las exigencias de Budenholzer. Si lo hace y combina su descaro y velocidad con el orden y el altruismo de los Hawks, su techo en la liga puede ser altísimo.

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JAHLIL OKAFOR – PHILADELPHIA 76ERS

Y dejo para el último puesto a una debilidad personal, un jugador que recuerda a los grandes posteadores del siglo XX. Una delicia disfrutar de los dulces movimientos de pívot de los Sixers, que no son tan apreciados en esta época del espaciado ofensivo y los interiores atléticos y pobres en la faceta técnica. El pasado ya pudimos disfrutar de sus 17,5 puntos y 7 rebotes por partido, en un equipo a la deriva que jugaba por y para él. Este año, con la lesión de Ben Simmons, la situación no parece que vaya a cambiar mucho, y su impacto debería subir con la presencia de un pasador de élite, Sergio Rodríguez.

Sus problemas vienen, como en la mayoría de jugadores jóvenes, por su actitud. Su estado de forma es mejorable y debería perder peso para ganar rapidez y atleticismo. Además, su pasotismo en la defensa y el rebote es algo que debe quedar atrás para que pueda explotar como el mayor talento ofensivo en la posición de pívot desde hace más de una década.

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