Los Ángeles Lakers 99 – 91 Detroit Pistons (con prórroga)

Kobe Bryant finta, hace un dribling hacia atrás, suspensión, 2" para consumar la derrota y… el triple entra limpio: prórroga. El miedo a perder planeaba por el Staples Center como un buitre de mal agüero, con la pesada carga de la historia y la estadística sobre los cansados hombros de los chicos de Phil Jackson. Nunca en las finales NBA un equipo remontó un 0-2 en contra. Esta vez fue Larry Brown el que cometió un error, el que estuvo lento de reflejos al no ordenar que los Pistons hicieran falta a Kobe.

La defensa, clave de nuevo… esta vez por su ausencia

Los Lakers pasaron de 30% en tiro a casi un 48%, mientras los Pistons se mantenían en torno a su sempiterno 40%. Por ahí -más el mencionado error de Brown- se entiende el agujero de Detroit. Bueno, y porque las megaestrellas purpuradas sabían que tenían que ganar o los ataques mediáticos iban a dejar pequeños los de Michael Moore a George W. Bush. Así, Karl Malone aumentó su producción a 9+9, mientras el damnificado por la derrota anterior fue Gary Payton (2pt en sólo 27′, incluida la prórroga). Además de Derek Fisher (7pt en 25′), uno de los que más participó en la victoria fue el rookie Luke Walton (2m03, Arizona’03), quien en 27′ repartió 8 asistencias y 7pt sin fallo, incluida la canasta del triunfo final en la prórroga. Por si fuera poco, el banco angelino produjo más que el contrario: increíble 19-10.

Kobe (33pt y 7as) y Shaquille O’Neal (29pt y 7rb) no sólo estuvieron a su nivel, sino que se pusieron las pilas en defensa. Richard Hamilton (26pt en 10/25, 8rb), Rasheed Wallace (11pt en 5/14, 7rb) y Chauncey Billups (27pt en 6/15, 9as) lideraron a los suyos fallando demasiados tiros, que generalmente no se convirtieron en canastas fáciles tras rebote ofensivo (9-19 rebotes en ataque): mérito de la cerrada defensa de Jackson. Tayshaun Prince se vio desbordado por el partido (5pt en 47′), y probablemente el único que estuvo a su nivel fue el de siempre: Ben Wallace (12pt en 5/11, 14rb, 2rob, 2tap, 0pér).

Que nadie se llame a error: los Pistons pudieron y hasta merecieron ganar

Tras un primer tiempo ligeramente mejor -y totalmente distinto del primer partido- para los Lakers (44-36 al descanso), Detroit recortó distancias en el tercer cuarto, hasta igualar y remontar en el último período: 79-77 a 3:46 del final. El genio de Kobe, quien anotó 14 de sus 33pt entre el último cuarto y la prórroga, dio a los Lakers la posibilidad de empatar la eliminatoria. No fue suficiente: el miedo a perder cundió en el Staples Center, que volvió a enmudecer. (Es conocido que este pabellón no es de los más ruidosos, nada que ver con Portland o Indianápolis, o las ciudades semi-europeas de la Costa Este. Las estrellas se despeinan si gritan o aplauden mucho…) Se llegó al último minuto con 83-89, con la cabeza de los purpurados en el agujero de la soga, esperando que el suelo desapareciera cualquier momento.

Y nadie sabe cómo, pero desapareció la defensa de los Pistons. O’Neal anotó su primera canasta del cuarto período a 36" del final, con tiro libre incluido, que ponía un 86-89. El subsiguiente tiro de Billups no entró, y al rescate como siempre llegó Robin Kobe Hood, a 2" del final, lanzando la flecha salvadora desde muy lejos. En la ciudad del cine, donde las películas siempre acaban bien (como quieren los productores, mejor dicho), dio en el blanco, cortó la soga y los Lakers pudieron respirar. En la prórroga, O’Neal con 6pt fue imparable, lo que sumado a varios errores de los Pistons dio un 8-2 definitivo.

Y ahora, tres partidos en la Motown

El partido ha durado tanto (más de tres horas) que no hemos podido recuperar comentarios de protagonistas. La serie continúa en Detroit durante tres partidos, y después, si hiciera falta, los dos últimos volverían a California. El próximo encuentro será mañana, jueves, en el Palace de Auburn Hills, en Detroit.