El verde domina el estado de Wisconsin donde las áreas agrícolas y ganadores son el principal eje vertebrador junto con la masa forestal. Y eso que es el color rojizo de la arenisca del río Meskousing (nombre original) es el que acaba dando nombre al Estado. La más industrial Milwaukee conserva ese verde como color dominante de su franquicia de baloncesto profesional, los Bucks. La mascota, un cervatillo abundante en los bosques del norte.

La franquicia que se tiñó de dorado con Alcindor y Robertson; que volvió a recuperar el color en la piel con Cummings, Moncrief, Pierce, Sikma y Pressley, primero, y con Cassell, Allen y Robinson, después, ha acabado por teñirse de un gris muy feucho. En los últimos 14 años el mayor logro ha sido caer con mejor o peor fortuna en primera ronda de Playoffs. En el Este. Tal vez ni la hubieran olido en el Oeste.

En esta temporada el fracaso también era previsible, como en otras temporadas, pero permitido e incluso consentido ante las posibilidades que se abren de cara al próximo draft. Pincharon en el gran evento del 2003 (LeBron, Wade, Stoudemire, Bosh, Carmelo...) El hecho de clasificarse para los playoffs no les permitió estar en la lotería y pujar por el premio gordo. Posiblemente la mejor apuesta era T.J. Ford, sobre el papel, ya que buscaban la reconstrucción desde el puesto de base y Hinrich ya estaba pillado (Mo Williams no era primer plato a priori). No salió bien.

Verde viento, verdes ramas

Esta temporada no se les escapará la lotería y optarán al premio gordo con más papeletas que nadie (atentos al duelo Sixers-Bucks). Curso desastroso en el primer año de Larry Drew como coach. Sin Monta Ellis ni Brandon Jennings. Y sin Teague. Con el 'pasadito de forma' O.J. Mayo y Brandon Knight. Con muchos problemas físicos y de conducta de su gran esperanza abajo, Larry Sanders; con la progresión de John Henson, pero con el temor de que algo malo ocurra; con desmotivaciones para Ilyasova, Pachulia, Neal, Butler…con demasiados minutos para Kris Middleton.

Pero con un soplo de aire fresco, de un verde radiante, en la persona del griego Giannis Antetokounmpo. El joven heleno se ha convertido en la gran distracción para los fans. The 'Greek Freak', como se le ha bautizado en Milwaukee, es la principal nota de divertimento en una nueva tragedia milwakiana; el paño que seca las lágrimas ante tanta derrota. El jugador más joven de la NBA llega un poco cansado al tramo final de la competición, pero con ganas de seguir siendo uno de los pocos elementos salvables de la revolución que se espera para la próxima temporada.

Giannis ha combiando las posiciones de escolta y alero bajo y no sólo ha fascinado por su capacidad atlética sino por su manejo de balón, incluso a velocidad de crucero. The Greek Freak ha protagonizado numerosos coast to coast. Tras rebote o tapón. Corriendo al galope con la pelota controlada. Pasando y recibiendo. Materializando con la belleza de una contundencia que siempre es más brillante en la NBA.

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La prensa local se pregunta si estamos ante un nuevo Scottie Pippen o Tashaun Prince. La comparación con el primero, con un año rookie semejante al del griego, es bastante comprometida por no decir arriesgada. Se puede asemejar al modelo Prince, pero no ahora. Llega tiempo de poda. Cortar los vicios que no dejan crecer y dar espacio para que todo fluya en la dirección correcta, siempre bajo la tutela de los especialistas técnicos.

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Coach Drew, sin embargo, no huye a la arriesgada comparativa con uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA: "Lo que imagino viéndole es a un modelo de Scottie Pippen, alguien que puede jugar de uno, dos y tres. Que puede inciar la jugada ofensiva. Coger un rebote, correr toda la cancha y finalizar la jugada. Eso es lo que veo en Giannis, si alcanza todo su potencial". 

Soñar no cuesta dinero y los Bucks quieren seguir haciéndolo con alguien cuyo verdadero kilómetro 0 empezaba en esta temporada. Precipitado o no en su decisión y en la de su agente, Alex Saratsis, Giannis era un caramelo que no se podía dejar escapar. Confianza acérrima en este 'chico Youtube' que la temporada pasada sorprendía desde la segunda división griega. Que fue captado por el CAI Zaragoza, que sin embargo no pudo disfrutar del diamante en bruto.

La ambición llega a donde no alcanza todavía la técnica: "No quiero ser un buen jugador. Quiero ser un grande". Tampoco las ganas por aprender, del juego y de las costumbres; de la cultura, de la gastronomía…Hambre.

– "Hey tío, vamos a ver a Giannis. A ver con qué nos sorprende hoy".

A pesar de que el viejo Bradley Center tiene la peor entreda de todas las franquicias, Giannis es el principal reclamo. Una de las pocas gotas de ilusión que quedan en un vaso que se tornó reseco con el devenir de los cursos. No esperan que sea su hombre franquicia (quién sabe) pero sí alguien al que aferrarse para seguir soñando.

Verde, que te quiero verde.