Acercándonos cada día más al llamado trade deadline, fecha límite del mercado de traspasos NBA, nos encontramos con un intercambio de jugadores secundarios. Gordan Giricek, jugador croata de los Utah Jazz, ha sido enviado a Philadelphia, junto a una futura primera ronda (protegida) del draft, a cambio de Kyle Korver.

Giricek había desaparecido de la rotación de los Jazz en las últimas semanas, incluso fuera de la convocatoria durante tres encuentros tras un altercado con Jerry Sloan en el partido ante Charlotte el pasado día 19, y había dejado claro su descontento. Korver representa el tipo de jugador que buscaban en Utah con el fichaje de Giricek: un especialista en el tiro cuya principal virtud sea la anotación. Dado el rendimiento de ambos jugadores en las últimas temporadas, es clara la mejora de los de Salt Lake City.

Por su parte, los Sixers se encuentran en pleno proceso de reconstrucción. Este verano se acaba el contrato que aún le siguen pagando a Webber pese a llevar un año fuera de la franquicia, y la marcha de Korver es un mal aceptable (como, en cierto modo, lo era la marcha de Iverson el año pasado). Sin ser un contrato desorbitado, su renovación por cerca de 22 millones firmada en el 2005 no estaba dando los resultados deseados desde la franquicia, pues el jugador se había mostrado estancado en su juego, y sólo las rachas de anotación desde el lanzamiento exterior destacaban en un juego algo unidimensional. A falta de saber cómo termina la renovación de Iguodala, y gracias al hecho de que el contrato de Giricek acaba este curso, los Sixers se encuentran en una situación ideal de mercado para el verano del 2008, donde su nuevo GM, Ed Stefanski (en el cargo desde hace escasas semanas tras el cese de Billy King) está obligado a mejorar notablemente su plantilla, con margen salarial como para luchar por las piezas de mercado más apetecibles en el mes de julio.

En un primer vistazo, un traspaso que beneficia a ambos equipos, con miradas muy diferentes: los Jazz, con urgencias a la hora de mejorar su presente (fuera de playoffs, a partido y medio de distancia con la octava posición del Oeste, en poder de los Warriors en la actualidad, y tras jugar las finales de conferencia la temporada pasada), y los Sixers con vistas al futuro próximo.

Clásica y habitual operación en la NBA.