¿Están al tanto del fulgurante ascenso de los Denver Nuggets? ¿De las sensaciones que están dejando los Toronto Raptors? Los Kings están saliendo inesperadamente del pozo; el improvisado proyecto en Brooklyn está dando sus primeros frutos; los Lakers, por razones obvias, han dejado de provocar risas en la afición rival y vergüenza en la propia. Esta temporada está siendo fascinante por muchas razones, pero quizás la más interesante, como sucede cada año, es contemplar el desarrollo de los equipos que escapan de la parte baja, abandonan la zona media o dejan de ser un buen conjunto para alcanzar la categoría de aspirante al título.
Junto a las franquicias arriba nombradas se encuentra el actual poseedor del mejor balance de la liga. Los Milwaukee Bucks han estado varios años -desde la explosión de Giannis Antetokounmpo– inmersos en un mar de incertidumbre; las limitaciones del entrenador Jason Kidd, el complicado caso de Jabari Parker o las dudas sobre los jugadores que rodeaban al griego instalaron al equipo en la incómoda mediocridad del que se sabe con más potencial del que sugieren sus resultados.
¿Cómo han transformado esa delicada maraña en un porcentaje de victorias que roza el 75%? La respuesta es muy sencilla: Mike Budenholzer. Giannis no ha dado un espectacular salto de calidad, Middleton está rindiendo a un nivel similar al que lleva años en su condición de infravalorado y el bloque básico del equipo es el mismo que el año pasado, salvo la importante adición de Brook Lopez. El mayor rendimiento que están ofreciendo todos los jugadores se debe, en esencia, a un diseño de juego que supera en todos los aspectos al propuesto por Kidd; donde antes había calma, conservadurismo y freno de mano, ahora hay velocidad y dinamismo. En defensa la mejora está siendo espectacular -tienen el mejor dato de la liga en defensive rating- pero es en ataque donde la mano de Budenholzer se aprecia con un simple vistazo. El juego ofensivo de los Bucks, en planteamiento y en ejecución, es muy distinto al de las últimas temporadas.
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la ideología del espacio
Tu mejor jugador es un espécimen aposicional de 2,11 metros de altura con un molde físico jamás visto y claras limitaciones en el lanzamiento exterior. ¿Qué puedes hacer para maximizar sus virtudes? Darle espacio para operar en su hábitat natural: la pintura. Este objetivo, tan simple, es el que ha dado forma al estilo de los Bucks. Conceder espacios a Giannis no necesariamente para que anote más, sino para generar ventajas y articular el resto del ataque. El esquema de Milwaukee está siendo básico, pero efectivo. Cinco jugadores abiertos, la constante amenaza del triple (todos los jugadores usados por Budenholzer, salvo Antetokounmpo, pueden tirar de tres con solvencia) y vías abiertas para las entradas a canasta de sus jugadores.
Giannis no está anotando más que antes -con 26.6 se queda algo por debajo de su media del año pasado-, pero está desplegando una efectividad nunca antes vista. Su 57.5% en tiros de campo es, de lejos, la mejor marca de su carrera; esta cifra se ve afectada por su paupérrimo 19.8% en triples, pero la acompaña un dato absurdo: a menos de cinco pies del aro (algo más de un metro y medio), su acierto es del 73.1%. Teniendo en cuenta que es el jugador que más lanza desde esa distancia (11.2 por partido, y solo otros dos jugadores en toda la liga superan los 10), estos datos nos dan una idea de qué clase de influencia tiene el griego en la pintura.
Como decíamos, su propia anotación no es la única ventaja de conceder más espacios a Giannis. Antetokounmpo está consiguiendo la mejor marca de su carrera en asistencias, llegando hasta las 5.8 por noche. Cuando recibe el balón con terreno por delante, los rivales suelen lanzarle el dos contra uno, pues esto puede suceder si no lo hacen:
youtube://v/1ABv4BK1_Zs
Aunque aún debe pulir su toma de decisiones, Antetokounmpo ha mejorado su interpretación del juego y está asistiendo a sus compañeros con facilidad. Una vez que está en la pintura, el equipo contrario debe decidir entre presionarle con dos o más hombres o dejar a un solo defensor para hacerle frente. Para lo segundo solo queda rezar, pero lo primero, si Giannis es rápido al dar el primer pase, lleva a una situación de ventaja con cuatro jugadores listos para lanzar e inabarcables espacios en los que cortar a canasta. Resumiendo: elige tu veneno.
los triples no son solo para exteriores
Dos son las premisas ofensivas de estos Bucks: abrir el campo y vaciar la zona. Las consecuencias naturales han sido maximizar los lanzamientos en la pintura y los triples y reducir al mínimo la incidencia de la media distancia, siguiendo el ejemplo de los Houston Rockets. Milwaukee es el segundo equipo que más triples lanza -37.8 por partido- y anota -13.2-, siguiendo muy de cerca a los tejanos. Pero hay una diferencia: Houston ha abrazado el triple como mantra vital siguiendo un proceso natural; en los Bucks, el lanzamiento de tres ha sido más bien un efectivo resultado del deseo de generar espacios. Esto es inseparable de Antetokounmpo, pues todos los esfuerzos para abrir el campo van encaminados a aumentar su productividad en la zona; pero el resto de jugadores, además de aprender desde el primer momento la importancia de alimentar a Giannis, han asumido un papel que también les beneficia enormemente a ellos. Y nadie ejemplifica mejor esa adaptación que Brook López.
Más de uno se llevará las manos a la cabeza al ver que en un ataque de los Bucks no hay nadie ejerciendo el papel de pívot al uso y que el que debería asumir esas funciones está lanzando triples con stepback a ocho metros del aro. En una reconversión sin precedentes -ha pasado de no usar el lanzamiento de tres durante sus primeras ocho temporadas a aferrarse a él como principal recurso ofensivo-, Lopez se ha convertido en un pívot tan inusual como sorprendentemente adecuado para su equipo. Es el jugador que más triples por partido anota y lanza en Milwaukee (2.6 y 6.5 respectivamente) con un 39% de acierto, una cifra excelente para el volumen en el que se mueve. Pero su valor, más allá de su efectividad al lanzar, radica en los espacios que genera: obliga al pívot rival a permanecer cerca de él, y dado que está prácticamente todo el tiempo de posesión más allá de la línea de tres, provoca que el jugador más alto del otro equipo esté más lejos del aro y no pueda llegar a tiempo a las ayudas.
Esta jugada está diseñada para un triple frontal de Brook Lopez; algo normal en jugadores más pequeños, pero que puede descolocar al tratarse de un pívot que asume este lanzamiento como algo perfectamente convertible:
youtube://v/m1aWjfViFeM
vías al aro
Brook Lopez no es el único que puede abrir la cancha con su lanzamiento exterior: todos los jugadores que participan en la rotación, salvo Antetokounmpo, son una amenaza desde el triple. Es de esperar que Giannis acabe desarrollando un tiro bastante más fiable que el que ahora posee, pero mientras tanto necesita explanadas ofensivas donde avanzar hasta comerse el aro, y en la tesitura actual es donde mejor se mueve. Aquí un ejemplo con cuatro jugadores abiertos y un simple bloqueo para dar ventaja al griego en su acometida a la pintura:
youtube://v/P36f0J9htPE
Pero estos espacios no solo benefician a Giannis. Jugadores como Eric Bledsoe (aunque antes hemos dicho que todos pueden tirar, rectificamos: a Bledsoe le gusta tirar, pero su porcentaje de tres no llega al 30%) viven ofensivamente de su incidencia en la pintura. El base está anotando el 72.4% de los tiros que intenta en la zona restringida, uno de los mejores datos entre jugadores exteriores. Y al igual que pasaba con Giannis, hay una razón muy simple por la que Bledsoe está anotando con más facilidad que nunca cerca del aro: con cinco jugadores abiertos, las ayudas tardan más tiempo en llegar, la pintura está menos poblada y jugadores potentes en uno contra uno consiguen lanzamientos más sencillos. Volvemos, como siempre, a la importancia de los espacios.
Aquí tenemos un ejemplo: un ataque estancado y pases inofensivos entre dos jugadores, pero cuando Bledsoe se decide a atacar el aro, apenas encuentra oposición y las ayudas no llegan. El único jugador que permanece dentro de la línea de tres puntos es Antetokounmpo, preparado para recibir el balón y destrozar la canasta rival, por lo que su defensor debe estar pendiente de él:
youtube://v/Zk52beIcRR0
Otra de las claves del ataque de Milwaukee radica en la inteligencia de dos jugadores multifuncionales e increíblemente polivalentes: Khris Middleton y Malcolm Brogdon. El primero, como decíamos antes, ha vivido bajo la condición de infravalorado toda su carrera; aunque está por debajo de sus medias anotadoras de la temporada pasada (17.4 este año por 20.1 el anterior), sus cualidades como desatascador (puede anotar de tres, de media distancia, jugar al poste y crear sus propios tiros) le convierten, quizás, en el jugador con más talento puro de la plantilla a la hora de anotar. Siempre ha estado bajo la sombra de Giannis, pero Middleton ha demostrado saber adaptarse a cualquier situación y dar un paso atrás cuando son otros los que deben brillar.
Más interesante es la labor de Malcolm Brogdon y su convivencia con Eric Bledsoe. Brodgon empezó su andadura en la liga como base, pero gracias a su polivalencia y su excelente juego sin balón puede jugar sin problemas al lado de un perfil más incisivo como el de Bledsoe. Aunque este último nunca ha sido un base al uso, en la práctica suele ser el que inicia las jugadas y asume funciones en esa posición. Los Bucks, quinto equipo de la liga en asistencias (26.2 por noche), no tienen un director de juego como tal, pues ya os habréis dado cuenta de que no son un equipo corriente; pero tampoco lo necesitan, pues las posiciones en Milwaukee se difuminan y todos pueden hacer un poco de todo.
Otros jugadores como George Hill o el sorprendente DJ Wilson no son derroches andantes de talento, pero son muy inteligentes y comprenden el juego ofensivo con y sin balón. Aquí tenemos un ejemplo en una jugada que empieza, como casi siempre, con cinco hombres abiertos:
youtube://v/qhACC_5EyMk
El juego que están practicando los Bucks y que tan buenos resultados está ofreciendo no es más que una aplicación de algunos de los principios básicos del baloncesto: abrir la pista, dividir la zona, generar espacios y aprovechar las ventajas. Por supuesto, estas premisas tan simples no tendrían tanto resultado sin alguien capaz de convertirlas en una realidad –Antetokounmpo-; eso es lo que a Kidd se le escapó y Budenholzer ha sabido potenciar: una bestia en la pintura que necesita tiradores a su lado para alcanzar unas cotas de efectividad estratosféricas. Un juego vertical -son el quinto equipo que más penetra a canasta-, abono permanente al triple y una defensa conservadora y segura que les permite estar entre los conjuntos que más anotan al contraataque (17.1 puntos).
Milwaukee no es el equipo que más pasa el balón ni el que cuenta con el diseño ofensivo más complejo, pero ahí radica su efectividad: en un baloncesto simple y sencillo que aprovecha las cualidades de los jugadores disponibles. Esta primera mitad de temporada ha servido para sacar a los Bucks de la mediocridad e instalarlos en la clase alta de la NBA. ¿Podrán mantener este nivel y convertirse en aspirantes de pleno derecho una vez que comiencen los PlayOffs? Como siempre, el tiempo nos hará salir de dudas; de momento es suficiente con disfrutar los resultados de estos Bucks y la manera en la que han llegado a ellos.