El comienzo hace breves fechas del Ramadán musulmán y su coincidencia en fechas con los Juegos Olímpicos ha hecho surgir la discusión acerca del efecto que puede tener su respeto en el rendimiento de los deportistas profesionales.
Como sabrá el lector, el Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán lunar, periodo en el que los seguidores de esta fe religiosa deben practicar el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol. El año en el calendario lunar es 11 días más corto que en el calendario solar, por lo que las fechas del calendario musulmán no coinciden todos los años con las fechas del calendario gregoriano, el que se utiliza en la sociedad occidental. Interpretando de forma ortodoxa los mandatos de la fe islámica todo mayor edad deberá respetar el Ramadán, no probando comida ni bebida durante las horas de sol.
¿Qué ocurre cuando un deportista profesional desea llevar a cabo el Ramadán por motivos de conciencia? Evidentemente el deportista está ejerciendo su libertad religiosa, derecho fundamental que esta consagrado en todas las constituciones de países democráticos (en el caso español, en el artículo 16 de la Constitución española de 1978) y en los principales textos internacionales sobre Derechos Humanos, como la Declaración Universal de Derechos Humanos o el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. En el caso de que un club profesional concreto prohibiese el ejercicio de esta obligación de fe, se estaría vulnerando un derecho fundamental. De hecho, ya tenemos antecedentes en nuestro baloncesto, cuando un técnico ACB negó la posibilidad de respetar el Ramadán a un jugador extranjero de su plantilla (omitiremos nombres). Esa prohibición podría argumentarse en los efectos negativos que pudiera tener ese ayuno en el rendimiento de ese deportista profesional a nómina por la entidad. Pero, ¿está probado ese efecto nocivo?
La experiencia de Shareef Abdur-Rahim nos da las claves para una respuesta con una base tangible. Abdur Rahim (11 de diciembre de 1976) fue un profesional sin tacha que jugó en la NBA desde1996 a 2008 (Grizzlies, Hawks, Blazers y Kings). Un modelo de ciudadano y de jugador, llegó a ser All-Star en 2002 y durante varias temporadas fue uno de los mejores 4-s de toda la NBA. Acabó su carrera con unos promedios totales de 18.1 puntos y 7.5 rebotes por encuentro. Fervoroso creyente de la fe islámica, respetó el Ramadán durante toda su carrera, desde su época en la NCAA hasta la NBA. Jamás tuvo problemas para llevar a cabo ese mandato religioso. En ese periodo concreto, Abdur-Rahim llegaba a no probar líquido durante los encuentros que se disputaban en horario diurno sin que esto supusiese una merma en su rendimiento. Muy al contrario. Durante su carrera NBA se analizó sus números cuando llegaba este periodo y se concluyó que durante el mes de Ramadán no solo no se mantenían las estadísticas que firmaba Abdur-Rahim habitualmente, sino que mejoraban. Este periodo y sus obligaciones inherentes parecían aumentar la concentración en el juego de nuestro protagonista, acallando todas las voces que criticaban esta actitud.
Otro inolvidable jugador también quiso respetar a rajatabla sus creencias religiosas en época de Ramadán. Nos referimos a Hakeem Olajuwon (21 ode enero de 1963). El poste nigeriano abrazó la fe islámica a comienzos de los noventa (incluyendo la "h" inicial en su nombre) y a partir de ese momento vivió con gran devoción sus creencias, sin que guardar ayuno durante el día en ese periodo concreto perjudicase su rendimiento. El propio jugador afirmaba que durante el Ramadán se sentía "mejor jugador, más centrado en el juego".
Este tipo de situaciones, que pueden parecer anecdóticas, van a tender a aumentar en el futuro. Vivimos en una sociedad heterogénea, multicultural, donde la pluralidad religiosa y cultural es tangible y tiene influencia en todos los aspectos de la vida social, incluyendo en el deporte. Los dirigentes y cuerpos técnicos de los clubes y federaciones van a tener que lidiar con esta problemática y deberán gestionar la diversidad de manera efectiva y, sobre todo, con conocimiento de causa. Sin tomar decisiones que puede vulnerar derechos fundamentales desde la mayor de las ignorancias. En este sentido, apliquemos el Acomodamiento o Ajuste Razonable (Reasonable accommodation), una noción jurídica extendida en la jurisprudencia canadiense que tiene como objetivo flexibilizar normas laborales con el fin de anular aquellas discriminaciones indirectas que puedan producirse al aplicarse dichos preceptos. En la búsqueda del respeto de la libertad de conciencia de todo ciudadano, se podrían aplicar excepciones a estas normas de obligatorio cumplimiento, siempre y cuando esto no afectase al rendimiento en el trabajo. Cosa que Abdur-Rahim logró probar en el caso del Ramadán.
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