Los dos hombres habían demandado a Iverson y exigían una indemnización de 20 millones de dólares, pero el propio jugador, que se vio obligado a comparecer ante el juez la pasada semana, negó su participación y declaró que él no había observado la pelea y que los demandantes lo único que buscaban era aprovecharse de su fama y de dinero.
Finalmente, la sentencia contra el escolta y su guardaespaldas (Jason Kane) obliga a cubrir los gastos médicos ocasionados a uno de los demandantes, Marlin Godfrey.
Iverson se enfrenta ahora a otro juicio, esta vez en Hampton en el estado de Virginia, por otra pelea que casualmente sucedió dos semanas antes de la ocurrida en Washington.