A mediados del mes de Marzo de 1995, nacía en el seno de una familia al sur de Chicago, el que es a día de hoy el menor de 5 hermanos, Jabari Parker. Desde bien pequeño practicó varios deportes, el chaval parecía destinado a ello, y con 7 años probó suerte con el baloncesto, poco después estaba jugando con chicos 3 años mayores que él.
Fue entonces cuando llamó a su puerta el Simeon Vocational, un centro de estudios destacado sobre todo por su ámbito deportivo, pero que tenía una regla muy clara. El primer año de instituto, ninguna de sus futuras estrellas jugaría en ninguno de sus equipos, se centrarían simplemente en los estudios y a partir del segundo año ya podrían formar parte de el equipo si llevaban al día sus asignaturas. Jugadores como Nick Anderson o Derrick Rose tuvieron que cumplir este requisito para poder permanecer en las filas de este instituto. Pero sin embargo, la madurez de Parker y sobre todo su talento innato para este deporte, hicieron que le fuese concedida una excepción y desde el primer año que entró, esta jugando con el equipo de baloncesto.
Se le conoce como un chico modesto, desde el primer día, lleva el agua a todos los entrenamientos y partidos y la reparte el mismo entre sus compañeros, al principio se pensaba que era para crear una buena imagen, pero conforme pasan los meses se dan cuenta que nace de el mismo, no lo hace por crearse una imagen falsa de chico bueno.
Hace unos meses, recibió la llamada de Mike Krzyzewski, mas conocido como Coach K, seleccionador de USA y entrenador universitario con más victorias a sus espaldas, una eminencia en Estados Unidos, y es que Coach K, quiere seguir muy de cerca la evolución de esta posible futura estrella. La madre de Parker le dijo lo siguiente:
“¿Sabes quién es este tío? Tienes que respetarle. Parecía que tú le estuvieses entrevistando”
Su hijo no había aguantado ni dos minutos al teléfono con Coach K. Y es que Jabari estuvo tranquilo. Quizá demasiado teniendo en cuenta el calibre de la situación.
“¿Por qué no te mostraste más entusiasmado? No te educamos en el respeto a los mayores?”
A lo que Jabari respondió.
“Por favor mamá, no entres en todo este tema. Coach K no es Jesús. Solamente un ser humano”
Palabras del sujeto de estas líneas, consciente de la naturaleza del caos que vive ahora mismo. A un año y pocos meses de terminar sus años de instituto y enrolarse en algún programa universitario. Intenta no verse arrastrado por la marea de periodistas, aficionados, amistades y halagos que pueden truncar el rendimiento en la base. E incluso es él, muchacho de 16 primaveras, quien advierte en sus círculos de creerse alguien distinto porque llegue la fama.
Con esto, demuestra que el chico tiene una muy buena formación y sobre todo es respetuoso, no es la típica estrella afroamericana que alardea de ser el próximo Michael Jordan, no. Y es que Jabari tuvo una formación muy estricta en su hogar, el único problema que se le plantea, esque es mormón, y siguiendo los pasos de su religión, al ser mayor de edad, tiene que estar dos años fuera de su casa propagando ‘’la palabra del señor’’ lo que conlleva a estar 2 años también sin jugar a baloncesto… El propio jugador asegura que ahora mismo no se preocupa de ese tema, sino de mejorar y crecer, pero habrá que ver si esta creencia le hace frenar en su progresión.
¿Estaremos ante la próxima estrella de la NBA?