Un estudio del Wall Street Journal ha puesto de relieve que jugar en la NBA es una cuestión de familia. Tras analizar la biografía y el árbol genealógico de todos los jugadores que componen la liga, este medio de comunicación ha comprobado que nada menos que el 48.8% están relacionados familiarmente con deportistas o ex deportistas de elite. Un porcentaje mucho mayor que en otras ligas del deporte profesional norteamericano, como la NFL (17.5%) o la MLB (14.5%).
Este artículo argumenta que la razón principal es la altura. La estatura media de los jugadores de la NBA es de 1.98, unos 23 centímetros superior a la media de la ciudadanía norteamericana. Y es que una característica física como la de altura es facilmente trasladable a los descedientes, con lo que aumenta las posibilidades de tener hijos e hijas con una estatura superior a la media.
