sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor…"
Elegido recientemente mejor jugador de la semana por el Oeste después de liderar a los Rockets en un inmaculado 4-0 (19.3 puntos, 7.5 asistencias, 7.3 rebotes), Kyle Lowry empieza a recolectar todo lo sembrado. Los 28 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias contra los Jazz han sido la guinda -hasta la fecha- en la temporada de su consagración.
Por fin soplan vientos favorables para este timonel con rango de capitán. Pasó dos temporadas en Vilanova, coincidiendo con Allan Ray y Randy Foye. Con unos promedios de casi 10 puntos, 3.8 rebotes y 3 asistencias decidió dar el salto a profesionales (bajo la representación del polémico Andy Miller). Su habilidad para el rebote era un extra más en un perfil de base con muchas posibilidades en la NBA. En sus dos años había exhibido unas buenas cualidades defensivas pese al handicap de su estatura (1.83) y buena capacidad para desenvolverse con éxito en las cercanías del aro. Se encontra, sin embargo, lejos de ser un base anotador.
Los Grizzlies decidieron reforzar una dirección titubeante en manos de un Damon Stoudamire lejos de su explendendor canadiense, eligiéndolo en el draft del 2006. Temporada para olvidar ya que sólo jugó 10 partidos por culpa de una lesión en su muñeca izquierda. Además, el balance del curso los Grizzlies (22-60) era para hacer las maletas y huir.
Superada la lesión, el nuevo obstáculo que se le plantea a Lowry viene a través del draft. 10 partidos son un aval insuficiente para confiar en un recién llegado por lo que los Grizzlies vuelven a apostar por dar solidez al puesto de base con la elección de Mike Conley jr, que había maravillado en Ohio State. El tiempo ha ido dando la razón a Memphis, pero en aquel momento Conley estaba todavía muy por hacer mientras que ya empezaba a adivinarse la calidad de Lowry. Aún así, el hijo del mítico atleta fue el elegido por Iavaroni para dirigir los partidos desde un inicio, compartiendo tareas con Stoudamire. El menudo base de Philadelphia quedaba como tercera opción.
2008-2009. La apuesta por Conley sigue sin funcionar. Un Iavaroni con la soga al cuello da un virage y coloca a Lowry como starter. Su inicio de titularidad prácticamente coinciden con una racha de 4 victorias cosecutivas. Espejismo monumental en un árido desierto. La dinámica de los Grizzlies no cambia y de nuevo las derrotas y desesperación.
El relevo del coach Iavaroni por Lionel Hollins supone otro paso atrás para las aspiraciones del Wildcat. La única solución era un cambio de aires y la lesión del también menudo Jameer Nelson en los Magic obra el milagro. Orlando necesita un base con urgencia y consigue hacerse con Rafer Alston, director de los Rockets. Memphis también entra en esta operación a tres bandas que transporta a Lowry a Texas. Bendito trade deadline.
La salida de Alston permite a Aaron Brooks confirmar todo lo que se esperaba de él. Anotación en estado puro desde la posición de point guard. Lowry se queda como segundo, otra vez, aunque en una franquicia de nivel medio alto, con un buen entrenador y con el empeño de empezar a hacer bien las cosas. Rick Adelman tampoco se volcó demasiado en Brooks y fue bastante equitativo en el reparto de tiempos ya que disponía de un abanico de bases interesante.
Su primera temporada completa en los Rockets -la pasada- confirmó a Brooks como uno de los mejores bases de la competición y a Lowry como un gran reserva. Buenos números off the bench: 9 puntos, 3.6 rebotes, 4.5 asistencias y 1 recuperación en 24 minutos de media.
Vientos favorables
El jugador con más progresión del curso 2009-10 parecía intocable hasta que su lesión a principios de esta temporada cargó de responsabilidades a nuestro protagonista. Lowry empezó con 7 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 3 recuperaciones contra los Knicks. La irrupción no fue contundente aunque pronto llegaría su primer gran partido en el que los niveles de testosterona andaban por las nubes.
Contra ‘sus’ Grizzlies se fue hasta los 28 puntos, 12 puntos, 3 rebotes y 2 recuperaciones, con un gran 4/5 en triples.
Unos días después establecía su tope de asistencias, 18, de nuevo contra los Grizzlies. Dos recaditos para Hollins en un muy breve espacio de tiempo. El base de los Rockets adornó su actuación con 17 puntos y 5 recuperaciones. Sabía defender, también pasar y empezaba a demostrar que no era manco anotando. Más adelante llegarían dos partidos más contra los Grizzlies en los que tendría un protagonismo menor aunque el balance colectivo (3-1) era más que satisfactorio.
Luego llegaron los 36 puntos en la derrota ante Philadelphia, su 7/11 en triples contra los Suns (32 puntos), el triple doble contra los Jazz y, lo más importante, sus 12 partidos consecutivos anotando en dobles dígitos. Su mes de marzo es para enmarcar. Promedia 20.4 puntos, 7.9 asistencias, 5.3 rebotes y 1.2 recuperaciones y los Rockets llevan un balance de 7 victorias y 3 derrotas. Actualmente compiten -de nuevo- con los Grizzlies por la última posición de playoffs…sin su estrella Yao Ming, pero con una plantilla repleta de buenos secundarios.
Después del triple doble contra los Jazz, Adelman alabó la actuación de su jugador: "Ha sido el hombre sobre el que nos hemos apoyado. Él es nuestro director".
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar."
Con los playoffs como objetivo, Lowry ya ha sido condecorado por Adelman como capitán del navio tejano para guiarles a tal puerto. Si lo consiguen, será en parte gracias a la progresión experimentada por este antiguo inquilino del banquillo. El que finalmente encontró la felicidad cuando todo dejoó de torcerse.