En la NBA, como en cualquier otra liga, los fanáticos tienen un rol importante en los partidos, ya que generan el clima en los estadios y pueden influir en la mente de los jugadores que, aunque sean profesionales, nunca dejan de pensar en el contexto de abucheos o de aliento que se traslada al parqué.
Con el regreso del público a los estadios, tras los protocolos por la pandemia del coronavirus Covid-19, los fans otra vez se volvieron claves. En los Playoffs, eso se multiplica por 1000 y se genera un clima tan enardecido que los jugadores no pueden abstraerse fácilmente. En ese contexto, el TD Garden de Boston es uno de los escenarios más bulliciosos gracias a la mítica que ganaron producto de haber recibido una gran cantidad de series de Playoffs, haciendo que sea una verdadera pesadilla para los equipos visitantes.
kyrie irving visitando el td garden
En el primer partido de la serie de Playoffs NBA 2022 que este año enfrenta a Celtics y Nets, Kyrie Irving experimentó la hostilidad del Garden. La particularidad de esto es que el base jugó con el uniforme verde desde 2017 hasta 2019. Pasó de ser la gran figura del equipo que los llevaría a conquistar el campeonato 18º, a ser el enemigo público número 1 de la ciudad. Un cambio de héroe a villano que tuvo su mejor representación en el partido 17 de abril que tuvo un emocionante final, contrario al segundo duelo que ganó Boston con contundencia.
El base de 30 años fue responsable de 8 de los últimos 10 puntos de los neoyorquinos en el primer partido, incluyendo un triple magnífico que puso a Brooklyn a las puertas de la victoria. Sin embargo, la defensa de Ime Udoka no permitió que Irving sea el último en reír. Una jugada inverosímil a 12 segundos del final, terminó con una bandeja de Jayson Tatum para poner el 1 a 0 en la serie. El segundo partido fue en el TD Garden la diferencia fue aún mayor, ya que terminó 114 a 105 en favor de los locales. Kyrie sólo anotó 10 puntos y fue la burla de los fanáticos de los verdes.
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el comienzo de la historia de irving en boston
La llegada de Kyrie Irving a Boston sucedió en agosto de 2017 y fue vista como una revolución en la Conferencia Este, ya que convertía a los Celtics en un claro candidato al anillo al contar con el base campeón en Cleveland. De esta forma, los de Massachusetts querían ponerle fin a la hegemonía de LeBron James en el este.
Con un elenco de jóvenes que habían sido capaces de alcanzar las Finales de Conferencia por primera vez desde 2012, Celtics había conseguido a uno de los nombres más cotizados en la agencia libre, como era Gordon Hayward. Fue así que el GM de ese momento, Danny Ainge, logró formar un equipo contendiente con dos figuras como Irving y Hayward para acompañar a un esperanzador núcleo joven. Sin embargo, ese sueño se esfumó a los 5 minutos y 15 segundos de arrancar el curso, concretamente con la pérdida de Hayward por una lesión.
Por si fuera poco, Kyrie también fue baja en esa temporada, en la que tuvo que pasar por el quirófano para que operaran su rodilla derecha, algo que le descartó para el resto del torneo.
Hasta ese momento, Irving parecía querer terminar su carrera en Boston. Durante la pretemporada 2018-2019, sorprendió a la gerencia anunciando en público su intención de renovar su contrato. “¿Quién no querría ser parte de esto?”, comentó en conversación con ESPN. “¿Quién no querría ser parte de Jaylen Brown y Jayson Tatum y Al Horford y Gordon Hayward?”.
Sin embargo, ese cuento de hadas pareció terminar y se conocieron detalles sobre una mala relación entre los jugadores. Luego de algunas declaraciones cruzadas entre los miembros del grupo y una química que se notaba inexistente en la cancha, Kyrie se convirtió en agente libre en la offseason de 2019 y todos los rumores apuntaban a que pretendía unir fuerzas con otra estrella en un lugar alejado de Boston. Así fue como la afición se fue distanciando del jugador al que tanto quería. Una relación que terminó de romperse en el primer partido de la serie de Playoffs ante Milwaukee Bucks.
Sumado a todo esto, en el transcurso de aquella temporada el abuelo de Kyrie falleció, por lo que su mente estaba más centrada en estar junto a su familia en Nueva Jersey que en competir por el campeonato. De ahí que cuando se abrió la Agencia Libre, el base aceptó el destino más cercano geográficamente de los suyos: Brooklyn Nets.
Su salida generó un revuelo entre los fanáticos que nunca le perdonaron haberse ido luego de sus declaraciones de amor ante la mítica franquicia. Irving no jugaría ninguno de los dos partidos de temporada contra Boston en su primera temporada con Brooklyn. Algunos creyeron que el base trataba de evitar enfrentarse a la afición del TD Garden, pero en realidad estaba lidiando con una lesión en uno de sus hombros, la cual lo dejó fuera de juego prácticamente todo el campeonato. A partir de ese momento se creó un ambiente más que tóxico y la relación de cordialidad que en el pasado hubo entre fans y jugador se rompió para siempre.
Los Playoffs NBA de este año evidenciaron ese vínculo desaparecido en un clima hostil como hace mucho no se veía. El destino quiso que Kyrie tuviera que enfrentar a los Celtics en Primera Ronda, en una eliminatoria cargada de simbolismo. Los aficionados crearon un ambiente propicio para el surgimiento de una rivalidad eterna entre ellos y el jugador de Nets. Los mensajes de la grada le afectaron a Irving. “No tengo porqué tolerar los insultos, es algo que nos afecta”, declaró tras el primer partido de la serie que ahora se trasladará a Brooklyn, ciudad en la que Kyrie es mejor recibido.