No había peor escenario posible. Después de perder a Rajon Rondo y LeBron James el día de Navidad ante Golden State Warriors, la young core tomaba el mando de la franquicia. Numerosos debates se formaron en el entorno de Lonzo Ball, Kyle Kuzma y Brandon Ingram. Y el base estaba tomando galones de liderazgo, y se encontraba cómodo en cancha, sabiendo su rol en base a las necesidades del equipo. En el peor momento, Lonzo Ball.
Su lesión llega en el peor momento, no solamente por el nivel que estaba alcanzando, sino por la manera en la que hacía funcionar la mecánica de la franquicia angelina.
Lonzo Ball: líder de Los Ángeles Lakers
El carácter y coraje que derrocha en la pista es digno de mención. No es el jugador más espectacular, el que más anota o mejores mates realiza, ni un intimidador en la pintura. Su IQ le permite mejorar en todas las facetas del juego, y hace mejor a sus compañeros, sacando el mayor rendimiento de ellos.
Desde el comienzo de la Regular Season, Lonzo se ha caracterizado por ser un excelente defensor, limitando la capacidad anotadora de sus rivales cuando están junto a él en pista. En el apartado ofensivo, sus números han ido aumentando a cada partido que jugaban. El propio Lonzo Ball afirmó que si tiene que aportar más en anotación (ante la ausencia de LeBron James y Kyle Kuzma en diversos partidos), no tiene ningún problema en adaptarse a lo que el entrenador y el partido necesiten que haga, puede hacerlo.
Si un miembro de la young core ha dado un paso al frente para liderar a la franquicia tras la lesión de LeBron James, no es otro que Lonzo Ball.
Las estadísticas son prueba de su progresión
Tomando como referencia el partido en el que LeBron James se lesiona ante GSW (13 partidos), Lonzo Ball ha promediado 12.4 puntos, 6.1 rebotes 7.2 asistencias y 1.4 robos en 33.4 minutos de juego. Su talón de Aquiles ha sido el tiro exterior, marcando unos pobres porcentajes de acierto en el triple. En esta temporada, el base promedia un 33% de acierto, mejorando los promedios de la pasada temporada. La faceta en la que no ha mejorado es desde la línea de tiros libres, donde marca un 41.7%, ante el 45.1% de la temporada 2017/18.
Rozando el triple-doble en diversos partidos
Logró uno en la victoria ante Charlotte Hornets ( 16 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias), y asume galones de anotación en numerosos partidos, como el 20+ 9+12 ante Sacramento Kings. Otros partidos como los de Dallas Mavericks (21+7+5), 13+9+8 ante Cleveland Cavaliers o 18+6+10 en el partido que ganaron a OKC en la prórroga.
Su faceta organizadora está al máximo nivel, al igual que el año pasado, pero sus números en anotación están a la altura, teniendo en cuenta que su equipos necesita cubrir el apartado anotador hasta que vuelva su jugador franquicia.
El potencial que está demostrando Lonzo está sirviendo para que los dirigentes de Los Ángeles Lakers no le tengan en conversaciones para considerar hacer traspasos.
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Se acabaron los rumores de traspaso
Si bien se emparejaba el nombre de Lonzo Ball a un rumor de traspaso para los Lakers, su lesión a falta de 2 semanas para que cierre el mercado, además de su rendimiento durante la primera mitad de la temporada, han desvanecido dichas opciones. Ha estado inmerso en los rumores de traspaso de Anthony Davis o Carmelo Anthony, ya que ambos equipos verían con muy buenos ojos la incorporación del ex de UCLA.
Lo único bueno: Rajon Rondo está de vuelta
Después de esos 13 partidos sin el Rey, los Lakers han ganado 5 partidos y han perdido 8 de ellos. Tras disputar la tercera y cuarta plaza antes de Navidad, la lesión de James ha mermado a unos Lakers que necesitan un líder con urgencia. La creación de juego e IQ estará cubierto por el que debe ser el nuevo líder de los Lakers hasta que ellos vuelvan. Su nombre: Rajon Rondo.
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