De origen francés y situada en la desembocadura del Mississippi, New Orleans es una de las más conocidas e históricas ciudades de Estados Unidos. Capital del estado de Louisiana, antaño vasto territorio siempre en disputa entre españoles y franceses, New Orleans es conocida por ser la capital del Jazz y por ser una de las ciudades más multiculturales del país. Pese a este bagaje, por diversas razones no ha terminado de cuajar ni de tener estabilidad allí una franquicia de la NBA, a diferencia de otras grandes ciudades estadounidenses.
A pesar de existir en el estado de Louisiana cierta tradición baloncestística, gracias en gran medida a la universidad de Louisiana State de la que han salido jugadores como Bob Petit, Pete Maravich o, más recientemente, Shaquille O´Neal, la primera experiencia NBA no llega hasta 1974, cuando un grupo de empresarios, liderado por Sam Battistone da forma a la primera franquicia en New Orleans. El nombre elegido no podía ser más representativo de la ciudad: New Orleans Jazz. De cara a ganarse el apoyo incondicional de la ciudad, el primer fichaje sonado del equipo para el año de debut en la liga fue el del ídolo local Pete Maravich. Leyenda universitaria en Louisiana, el genial Pistol no había iniciado con muy buen pie su andadura NBA en los Atlanta Hawks, donde su heterodoxo juego no era del agrado ni del equipo ni de la prensa de la ciudad. Fue en New Orleans donde Maravich comenzó a dar rienda suelta a su imaginación y a forjar su leyenda en simbiosis con una ciudad que, gracias a él, se identificó rápidamente con el equipo hasta el punto de tener que mudarse del pequeño pabellón Loyola Field House al enorme Louisiana Superdome a causa de la masiva afluencia de público.
No obstante, pese a la gran ilusión inicial y las buenas temporadas de Maravich (máximo anotador de la NBA en 1977), los resultados no fueron tan buenos como se esperaba, casi siempre en la cola de la conferencia. Los intentos de unir a Maravich con otra estrella resultaron ser fallidos, pues ni el controvertido Spencer Haywood ni Gail Goodrich rindieron en los Jazz. La adquisición de Goodrich fue, por otro lado, uno de los traspasos más desafortunados en la historia de la NBA; los Jazz adquirieron a un buen jugador, pero ya muy veterano y de vuelta de todo, mientras que los Lakers recibieron a cambio una primera ronda del draft de 1979 con la que elegirían a un tal Earvin Johnson. A los malos resultados hay que unir que la mujer de Battistone, que ejercía sobre él una gran influencia, no estaba a gusto en New Orleans y añoraba su Utah natal. Así, en 1979, Battistone traslada la franquicia a Salt Lake City y la historia posterior del equipo ya la conocemos. Sólo cinco años duró la primera aventura de la NBA en New Orleans. Y nada menos que 23 pasaron hasta que la cuna de Louis Armstrong vio de nuevo un partido de la NBA.
La oportunidad llegó de la mano de los Hornets. George Shinn, propietario de la franquicia, tenía abierto un contencioso con la ciudad de Charlotte a causa de la construcción de un nuevo pabellón. Tras llegar a un punto en el que las partes eran irreconciliables, Shinn decide llevarse la franquicia a otra ciudad. En un principio, el nombre de Louiseville cobró mucha fuerza como destino, pero finalmente fue New Orleans la ciudad agraciada. Así, el 30 de Octubre de 2002 la NBA se inicia una nueva aventura NBA en New Orleans en un encuentro muy emotivo por varios motivos. Primero, porque el rival era Utah Jazz. Y segundo, porque se aprovechó este partido para retirar el número siete del inolvidable Pete Maravich, fallecido de un ataque cardiaco en 1988.
Los Hornets además venían de Charlotte con una base muy sólida formada por jugadores como David Wesley, P.J. Brown y, sobre todo, Jamaal Mashburn y Baron Davis. Por primera vez, se vieron Play-offs en Louisiana. No obstante, poco duró la alegría, apareciendo el principal mal del equipo en las últimas temporadas: las lesiones. Mashburn sufrió una gravísima lesión que le costó la retirada y los problemas físicos tampoco fueron ajenos a Davis. La temporada 2004/2005 fue un desastre, con sólo 18 victorias, con Davis traspasado y, lo que es peor, con una afluencia muy pobre de público. Aunque la gran tragedia se produciría en septiembre de aquel año, la llegada a la ciudad del huracán Katrina. Los Hornets no fueron ajenos al mayor desastre natural acaecido en Estados Unidos en los últimos años que dejó asolada New Orleans con miles de muertos y desaparecidos y, a causa de ello, la franquicia se trasladó temporalmente a Oklahoma City, aunque puntualmente también jugaron partidos en Baton Rouge y en la propia New Orleans.
Este año, la franquicia ha vuelto definitivamente a New Orleans y con renovadas ilusiones. Los dos años en Oklahoma han traído una nueva estrella a los Hornets, Chris Paul, así como los fichajes de Tyson Chandler y, para esta temporada, Pedja Stojakovic y Morris Peterson. Paul, un base eléctrico y muy completo, pese a su baja estatura, está llamado a ser uno de los mejores playmakers de la liga durante la próxima década y si las lesiones le respetan tanto a él como al resto del equipo, los Hornets podrían regresar a la post-temporada este año mismo. Además, la NBA ha premiado a la ciudad con la celebración del próximo all-star. ¿Ha llegado por fin el momento en el que una franquicia encuentra estabilidad en New Orleans?