You woke up this morning, got yourself a gun; Mama always said youd be the Chosen One. She said you\’re one in a million, you\’ve got to burn to shine, but you were born under a bad sign, with a blue moon in your eyes. Como el final de The Sopranos, es posible que el culebrón del rumoreado traspaso de Kobe Bryant tenga lecturas algo más profundas o más elaboradas que la simple especulación sobre su posible destino.
Las sucesivas declaraciones públicas de los principales actores de esta tragicomedia sobre la posibilidad de un cambio de aires del jugador han provocado un torbellino de suposiciones sobre sus opciones de destino: Chicago Bulls parece uno de los principales favoritos, así como Washington Wizards, Dallas Mavericks, Phoenix Suns, New York Knicks y seguramente alguno más que me dejo o que se ha sumado a la lista desde el momento de escribir estas líneas.
Algunos análisis, no todos, mencionan al menos las dificultades de un traspaso así, y será bueno recordarlo: el contrato de Kobe Bryant incluye una cláusula que le permite vetar cualquier traspaso que no le guste, asimismo incluye otra por la cual en caso de traspaso cobraría automáticamente una prima del 15% de lo que le quede de contrato, y finalmente tiene una cláusula de rescisión unilateral del contrato dentro de dos temporadas. A pesar de que la atención de la prensa se ha centrado en la capacidad de veto, el mayor obstáculo puede ser la trade kicker (así llamada por su facilidad para mandar un posible traspaso a la papelera de un puntapié): Kobe tiene una cláusula por la que en caso de traspaso cobraría una prima del 15% de su salario, que son unos $10 millones repartidos en tres temporadas a partes iguales. Además, como se trata de una cláusula firmada antes del 2005, esa prima puede superar el salario máximo de la NBA (algo que no es posible en cláusulas posteriores).
Recientemente vivimos una situación similar con Kevin Garnett, que tenía una cláusula igual (en su caso, el 15% suponían $6.75 millones a cobrar en una sola temporada). Fiel a su fama, fue este trade kicker el que imposibilitó el traspaso a los Suns: con el luxury tax, los Suns deberían pagar una cantidad total que estaría entre los $10 y los $13 millones, dependiendo de los jugadores de los que se desprendieran en el traspaso. Estamos hablando de $10-$13 millones adicionales, a los que habría que sumar el salario de Kevin Garnett (más de $20 millones), más los jugadores enviados a los Wolves como coste total del traspaso. No es de extrañar que los Suns se echaran atrás, y que incluso los Celtics estuvieran a punto de cancelar el traspaso si no se lograba renegociar la cláusula.
Como el pateador de traspasos hace virtualmente imposible intercambiar al jugador, el convenio de la CBA permite que éste renuncie a cobrar la cantidad de la cláusula si y sólo si es necesario para cuadrar salarios en el traspaso. Por supuesto, eso no significa que se produzca una renuncia auténtica; los jugadores de la NBA no se han hecho famosos por perdonar minolles y minolles. Kevin Garnett renunció a su trade kicker a cambio de una extensión de su contrato en el que se repartía el cobro íntegro de los $6.75 millones en varias temporadas, y eso sólo gracias a que los Celtics aceptaron asumir un duro golpe en forma del impuesto de lujo.
¿Qué significa eso en el caso de Bryant? El equipo que desee fichar a Kobe deberá incluir un contrato alto y largo para no hundirse irremisiblemente bajo el peso del impuesto de lujo, pero al mismo tiempo que sea un jugador que interese a Lakers y cuya marcha no incomode a Bryant. Luego tendrían que asumir el salario de Kobe más la bonificación por traspaso, y renegociar su contrato para eliminar la cláusula de rescisión anticipada. Súmese a todo eso los costes adicionales del impuesto de lujo en el que probablemente incurriría la pobre franquicia. Triste es de pedir etc. etc.
Por ejemplo, los Bulls. Chicago tendría que meter en el traspaso un contrato grande para minimizar el efecto a largo plazo del impuesto de lujo: dado que los Lakers no aceptarían a Ben Wallace y los Bulls no quieren deshacerse de Kirk Hinrich, el elegido podría ser Andrés Nocioni, que por cierto no puede ser traspasado antes del 15 de Diciembre. Los Bulls tampoco podrían extender el contrato de Ben Gordon hasta estar seguros de que no iba a entrar en el trato, ya que hacerlo lo convertiría en base-year compensation player y esencialmente imposible de traspasar; pero por otro lado, no hacerlo antes del 31 de Octubre haría a Gordon agente libre restringido el verano que viene. Asimismo, los Bulls afrontarían un difícil situación dentro de dos temporadas con las renovaciones de Thomas, Sefolosha y Noah llegando a un equipo en una situación salarial angustiosa; los aficionados de los Bulls que se oponen al traspaso de sus jóvenes promesas se podrían encontrar en la situación de verlas marchar un par de años después a otros equipos con menos carga salarial. En resumen, que además de los jugadores que entraran en el traspaso, los Bulls deberían asumir un coste monetario muy elevado y sin posibilidad de cambios relevantes en el futuro previsible. Cualquier otro equipo interesado afrontará dificultades al menos parecidas, y eso sin entrar en temas generales sobre lo poco que gusta reforzar a rivales de división o conferencia como los Suns y cosillas así.
Por eso no es sorprendente que cuando ESPN le pidió a Sam Smith del Chicago Tribune que estuviera localizable para aparecer en antena en el momento que se anunciara el traspaso, Smith se fuera tranquilamente a la cama.
Además la cadena de acontecimientos que nos ha traído hasta aquí admite más de una lectura; recapitulando: además de la famosa petición de traspaso por parte de Kobe Bryant, luego desmentida y ratificada alternativamente, tenemos el vídeo menos visto del mundo donde Kobe llamaba idiota al Dr Jerry Buss, propietario de los Lakers. También hemos tenido el cruce de comentarios entre Jim Buss, que criticaba unas declaraciones de Phil Jackson poco elogiosas sobre miembros de la plantilla, y Kurt Rambis y Jeannie Buss, asistente y novia de Jackson que salieron en su defensa. Luego hemos tenido el verano que se ha marcado Phil Jackson, criticando la falta de refuerzos del equipo y apuntando directamente al hijísimo como máximo responsable y siendo el máximo sospechoso de instigar una delirante columna de Sam Smith en la que medio en broma se le sugería a Kobe saltarse la temporada completa como protesta. Y finalmente lo hemos redondeado todo con las declaraciones de Jerry Buss que han disparado la actual serie de rumores.
Básicamente, en su reunión anual con los periodistas en Hawaii, Buss relató los pormenores de una reunión celebrada con Kobe Bryant en Junio, en la cual el jugador ratificó su deseo de marcharse y Buss lo condicionó a recibir una oferta por un valor similar al de Kobe. Molesto por la revelación de una conversación supuestamente secreta, el jugador alegó molestias en la rodilla para faltar a los siguientes entrenamientos de pretemporada, antes de reintegrarse a la disciplina del equipo y desmentir los rumores sobre que había vaciado su taquilla.
Estos últimos desarrollos han desencadenado un cambio en la situación tal y como se entendía hasta el momento: según Peter Vecsey, Phil Jackson se ha molestado por la ausencia de los entrenamientos, y le prohibió a Kobe la vuelta al gimnasio hasta que estuviera preparado para dedicarse incondicionalmente a la preparación. Jackson ha llegado a criticar públicamente el grado de compromiso y capacidad de concentración del jugador (lo que ha sido considerado por Charles Barkley como un punto sin retorno), a lo que Kobe Bryant ha respondido con un estoy listo para jugar y punto. Bueno, quizás sea un punto y coma, ya que es innegable que su rendimiento en pretemporada ha sido muy inferior al ofrecido en el Torneo de las Américas..
Hasta ahora, la alianza entre Kobe y Phil Jackson era uno de los factores más determinantes de la situación interna de los Lakers. Existía un miedo muy real a que Jackson utilizara a Kobe como ariete de manera similar a como utilizó su alianza con Jordan para desencadenar un apocalipsis mediático que acabó con la carrera de Krause y que Reinsdorf ha tardado diez años en superar, mientras el bueno de Phil pescaba otros tres anillitos en Los Ángeles. Sin embargo, Jerry Buss (contando a West, ¿queda alguien que no se llame Jerry en esta historia?) ha introducido una cuña entre jugador y entrenador con sus declaraciones, de forma que en el peor de los casos, si el traspaso se demora y deviene en una guerra de desgaste a través de la prensa, no se enfrentará a una alianza entre su jugador estrella y su entrenador estrella.
Divide y vencerás: con un contrato que solamente cubre la presente temporada, Phil Jackson ya ha anunciado estar dispuesto a entrenar a unos Lakers sin Kobe, y también parece preparado para implementar un ataque menos estático y más veloz como llevan pidiendo los Buss desde hace años. Tex Winter siempre ha mantenido que el triángulo admite un juego de contraataque, pero hasta ahora Jackson se había resistido quizás por sus carencias tácticas (el propio zen master admite ser mucho mejor entrenador defensivo que ofensivo). Mientras, Kobe Bryant se queda sin aliados dentro y fuera de la franquicia ya que sus valedores ante los medios eran Jackson y Winter, que cuentan con la alianza de notables columnas periodísticas.
Roland Lazenby, autor de varios libros sobre Phil Jackson y los Lakers, cree que Jerry Buss no está tan interesado en traspasar a Kobe como en imponer la presencia de su hijo Jim en la franquicia como heredero y nuevo gerente; probablemente sus declaraciones indican que ve el órdago de Kobe, y que si no queda otro remedio sacrificará a quien tenga que sacrificar para alcanzar sus objetivos, aunque la misma dificultad de cuadrar un traspaso le deja un margen de posibilidad. Mark Heisler de LA Times considera ésa una interpretación rebuscada y cree básicamente que Kobe ha cruzado la línea con Buss: la falta de respeto en público. El propietario que traspasó fulminantemente a Shaquille ONeal por señalarle con el dedo está más que dispuesto a hacer lo mismo con Kobe Bryant.
Hay pocas cosas seguras en la NBA. Una es que los Clippers siempre pierden, y otra es que cuando hasta Sam traspaso loco Smith dice que esto va para largo, es que aún no es hora de especular con posibles canjes.