La temporada de los Lakers ha terminado mucho antes de lo que todos esperábamos. El vigente campeón había mejorado el equipo, pero también habían salido una serie de piezas que han demostrado ser más valiosas de lo que parecían. Las largas lesiones de LeBron y Davis durante la temporada regular les hicieron bajar muchos puestos, pero los bisoños Suns parecían el rival ideal para un equipo cuyas estrellas debían recuperar el tono físico. Tras ponerse por delante en la eliminatoria, un nuevo percance de Davis enterró las posibilidades angelinas. Los campeones, eliminados a las primeras de cambio. ¿Volverán a ser candidatos al anillo?
43 PUNTOS
8/9 T3Qué partidazo de Devin Booker y sólo llevamos tres cuartos. #TiempoDePlayoffs pic.twitter.com/oaAUumAWsv
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No solo fue culpa de las lesiones
La sensación general es que nos hemos quedado sin los Lakers por las lesiones. Evidentemente, de haber estado LeBron y Davis en plenas condiciones otro gallo hubiera cantado. Habrían tenido una mejor posición en la liga regular y serían máximos favoritos a repetir título. Pero si escarbamos un poco vemos que la temporada de los Lakers ha dejado bastantes dudas.
En la temporada 2019-20, los Lakers fueron 11.º en ratio ofensivo, con 111,7 puntos por cada 100 posesiones. En la actual, se han quedado en el puesto 24.º, con 109. Un desastre en ataque que hemos visto ampliado en playoffs, donde han acabado con 102,6, solo por encima de los Knicks y los Heat. En muchos momentos hemos visto el ataque muy atascado, demasiado dependiente de la inspiración individual de LeBron, Davis o Schröder (3.º en tiros intentados tras bote), donde escaseaba el juego colectivo (penúltimo en asistencias) y no había posiciones claras de tiro (4.º en tiros punteados). Un equipo demasiado previsible, cuyo ataque ha sido fácil de parar para unos Suns que han sido un buen equipo defensivo (6.º)
En defensa, las cosas no han ido mucho mejor. A pesar de ser el punto fuerte del equipo (1.º en ratio defensivo en la liga regular), eso no se ha extrapolado a los playoffs (5.º). Las bajas de Howard y McGee, a pesar de ser jugadores secundarios, ha provocado un agujero en la defensa en la pintura de los californianos, cuyos rivales han anotado un 66,7% de los tiros debajo del aro (4.º peores de la NBA).
DEANDRE AYTON
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Un verano con trabajo por delante
Como había comentado, la gerencia de los Lakers no debería limitarse a análisis simplistas en los que justifiquen su temprana derrota solo por las lesiones. Pero la situación no es fácil este verano y Rob Pelinka tendrá que tomar decisiones delicadas. LeBron James y Anthony Davis son indiscutibles, seguirán siendo las estrellas de equipo y tienen contratos largos y caros (76 millones entre los dos la temporada que viene). Pero a partir de ahí todo son dudas.
Entre los jugadores que terminan contrato, Schröder es la situación más complicada. No ha hecho una mala temporada (15,4 puntos, 5,8 asistencias) y es un buen generador de juego que destaca especialmente en penetraciones. Además, es rápido de piernas para defender y puede abrir el campo cuando genere LeBron, sin ser un destacado jugador en el triple (36,3% en catch&shoot). Pero los Lakers le ofrecieron renovar el verano pasado por 20 millones por temporada, oferta que el alemán rechazó. No parece que, con el salario comprometido en las estrellas, le puedan repetir esa oferta de nuevo. No cabe duda de que querrán renovarlo, pero si el mercado para el alemán es amplio, los Lakers pueden perder a su base titular a cambio de nada.
Otro caso digno de mención es Alex Caruso. Con solo 2 millones y medio de salario, el escolta ha rendido por encima de sus emolumentos. Su esfuerzo e impacto en el juego de equipo es mayor que sus números (6,4 puntos, 2,8 asistencias) y tiene otra baza importante a su favor, se lleva muy bien con LeBron. Como en el caso de Schröder, el mercado dictará el contrato que se lleve Caruso, que priorizará un contrato largo y de varios millones al año a seguir en los Lakers.
Alex Caruso es un gran cortador al aro. Sabe bien cuándo hacerlo y siempre mira la pelota. Ideal para jugar con LeBron. pic.twitter.com/gpRrKvNOn5
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Talen Horton-Tucker también termina contrato. Con un millón y medio de sueldo anual, el escolta también buscará un contrato bien pagado y minutos de juego. Pelinka deberá convencer al escolta de que puede hacerse un hueco en la liga a la vez que aspira al anillo, pero es la renovación que veo más improbable, ya que THT priorizará los minutos de juego y las estadísticas a superar rondas en playoffs.
Otros jugadores como Matthews, Morris o Drummond también terminan contrato. No habrá problema para renovar a los dos primeros si aceptan el rol secundario de este año por el salario mínimo y en el caso del pívot, gran decepción de año, lo más probable será que salga sin oferta de renovación siquiera.
Jugadores con contrato, pero con un pie fuera
Además de LeBron y Davis, hay otros jugadores con contrato, pero su futuro no está nada claro en Hollywood. El futuro del puesto de pívot puede cambiar radicalmente, como pasó el verano pasado. Marc Gasol tiene por delante otro año de contrato por 2,6 millones. El catalán no ha tenido un año fácil, con menos minutos de los deseados y escasa trascendencia en el juego angelino. Además, el affaire Drummond le ha dejado fuera de la rotación en varios partidos. Vogel sabe que Marc puede seguir aportando este año, pero también podría ser traspasado o incluso cortado. Con los cantos de sirena procedentes de Barcelona, quizá sea una opción que Marc esté barajando.
Montrezl Harrell llegó como uno de los grandes fichajes de año, pero su rendimiento ha dejado muchas dudas. No se discute su energía y capacidad anotadora debajo del aro, pero hoy en día se les pide a los pívots una cierta fiabilidad en el tiro y protección del aro en defensa, algo que Harrell nunca ha dado. Por ello, tras la llegada de Drummond sus minutos descendieron bastante. Tiene una player option por 10 millones, que el año pasado parecía barata, pero tras este convulso año no parece que ningún equipo le pueda ofrecer más, con lo que es probable que acepte. Veremos si Pelinka logra, en ese caso, traspasar a Harrell por un pívot de corte más defensivo, lo que necesitan los Lakers como la espuma.
Montrezl Harrell does the same dunk every time I swear pic.twitter.com/zV81sYq1bF
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Otros jugadores con contrato son Kyle Kuzma y Kentavious Caldwell-Pope, dos escuderos de lujo en el anillo, que no han logrado rendir esta temporada a la misma altura. Kuzma es un jugador con talento que no termina de romper. Este año, sin LeBron y Davis en muchos partidos, podía haber liderado el ataque del equipo, pero no estuvo a la altura. El pasado otoño se le renovó por 39 millones y tres años, pero tras la devaluación general del oro y púrpura de esta temporada, es difícil que haya equipos dispuestos a acoger ese contrato.
En el caso de Caldwell-Pope, se le pide defensa, que siempre da, y tiro, que este año ha sido un desastre (21% en triples). Es un jugador muy apropiado para jugar con estrellas, pero ni le podemos considerar una estrella defensiva ni aporta gran cosa al ataque si no tiene confianza. Como en el caso de Kuzma, buscar un traspaso con dos años y 27 millones por delante es tarea casi imposible.
Como vemos, el verano de los Lakers se presenta atareado, pero con los refuerzos adecuados y si tienen la suerte de evitar las lesiones la temporada que viene, los Lakers volverán a presentar candidatura al anillo.