Una de las noticias que no nos gusta comunicar ha llegado recientemente, tras el anuncio del pívot de los Brooklyn Nets, LaMarcus Aldridge, donde comenta los problemas cardíacos que sufrió tras uno de sus últimos partidos, por lo que antepone su salud a su pasión.

7 apariciones en el All-Star, 6 veces All-NBA y una carrera marcada por su primera etapa en Portland Trail Blazers, equipo que lo drafteó en 2006, hasta 2015 que firmó por los San Antonio Spurs, para dar por finalizada su carrera en Brooklyn Nets tras dos semanas en el equipo, LaMarcus se marcha con casi 20.000 puntos, 8.478 rebotes, 2.034 asistencias, 1.140 tapones en 1.029 partidos.
La carrera de Aldridge comenzó de manera similar en cuanto a problemas de salud. Al llegar a la NBA le diagnosticaron arritmias provocadas por el síndrome de Wolff-Parkinson-White. La afección es poco común, y su ritmo cardíaco es más rápido. Por norma general, no tienen riesgo grave en la vida de quien la padece, pero puede agravarse con gran facilidad.
Como el propio jugador comenta en su carta de despedida vía Twitter, lo que sintió aquella noche fue uno de los episodios más aterradores de su vida y, tras 15 años poniendo el baloncesto por delante de todo, es el momento de anteponer la salud y disfrutar de su familia, nunca sabes cuando se van a acabar las cosas.