Esta madrugada la NBA daba su pistoletazo de salida y lo hacía con sorpresa. El gran favorito caía derrotado y no de cualquier manera. Esta es la 4º derrota consecutiva (teniendo en cuenta las finales) de unos Warriors, que poco o nada se parecen a los de las 73 victorias. Aquellos Warriors empezaron de una manera aplastante. Con una voracidad jamás antes vista y batiendo todo récord que se les pusiera por delante.
Con un inicio de temporada brutal, consiguieron encadenar 24 victorias sin conocer la derrota (la primera llegaría el 12 de diciembre). Una maquina casi perfecta, que alcanzaba su plenitud cuando formaba con la Death Lineup (142 puntos por cada 100 posesiones y un 72.3% de tiro efectivo). El Oracle Arena, donde se pasaron 430 días sin conocer la derrota, era un fortín inquebrantable, tan solo 2 derrotas en toda la Regular Season. En la noche de ayer, los de Oakland demostraron que tienen mucho trabajo por delante. Quizás la derrota frente a los Spurs haya sido lo mejor que les podía pasar. Una cura de humildad para un equipo que saltó al parquet creyendo que todo estaba hecho. Nada más lejos de la realidad. Los de Steve Kerr tienen un problema a la hora de proteger su aro y lo saben.
Uno de los daños colaterales de la llegada de Kevin Durant, fue la salida de Andrew Bogut. Su lugar lo ocupa ahora un Zaza Pachulia que pese a ser un gran defensor, no es un protector de aro. Anoche los Spurs anotaron 26 puntos tras rebote ofensivo y LaMarcus Aldridge (8) consiguió tan solo un rebote en ataque menos que todo los Warriors (9) juntos. En total los de San Antonio (55) capturaron 20 rebotes más que los de Oakland (35). Este fue uno de los factores que inclinaron la balanza a favor de los del Álamo, pero no el único. El arma más mortífera de los Warriors, el triple, ayer se mostró con el punto de mira desviado, firmando un pobre 21.2% (7/33). El año pasado, los californianos sumaban 40 puntos por noche desde la línea de 3, anotando 13.1 triples de los 31.6 que intentaban, un espectacular 41.6%.
El banquillo fue otro de los factores determinantes para explicar la abultada derrota. Mientras que los suplentes de los de negro y plata sumaron 54 puntos, la segunda unidad de los Golden State tan solo sumó 16. De los 100 puntos que anotó el equipo que dirige Steve Kerr, 82 llevaron la firma del “Big Four”. Una dependencia demasiado grande para unos Warriors que deberán buscar equilibrio. Ajustar la defensa, cerrar mejor el rebote, mejorar los porcentajes de 3 puntos, aumentar la aportación del banquillo y mejorar la circulación del balón, deberían de ser alguna de las cosas a mejorar por estos nuevos Warriors. De todas formas, cabe recordar que estamos ante el primer partido de temporada regular y que queda mucho por delante. A nada que mejoren en los puntos que hemos hecho hincapié, veremos a unos Warriors muy diferentes a los de esta madrugada.
Algunos ejemplos de la comodidad con la que los Spurs vieron aro esta noche gracias a la frágil defensa warrior
First game of the season was a fun one! #GoSpursGo pic.twitter.com/DPNQkua1Qd
— San Antonio Spurs (@spurs) 26 de octubre de 2016