Un buen ataque suele robar la atención del espectador; al fin y al cabo, este juego va de meter más puntos que el rival. Pero también de recibir menos. En los primeros compases de esta temporada 2018/19, que está siendo un verdadero frenesí anotador, varios equipos han surgido como potencias defensivas. Son muchos los detalles en los que nos podemos fijar y muchas las estructuras dignas de analizar, pero nos centraremos en las cinco franquicias con mejor defensive rating. En esta primera entrega, ponemos la lupa sobre Milwaukee Bucks y Oklahoma City Thunder.
Milwaukee Bucks
Los vientos de cambio que Budenholzer ha traído a la ciudad no dejan espacios sin cubrir. Si en ataque ha dinamizado y oxigenado el juego de los Bucks, el paso adelante en defensa ha sido igual de importante. Lo es, sobre todo, porque la franquicia llevaba varios años dando la sensación de tener piezas suficientes para marcar las diferencias atrás, pero nunca conseguían dar el salto. ¿Era un cambio de entrenador lo único que se necesitaba?
Milwaukee tiene, con 104.0, el tercer mejor defensive rating de la NBA; el año pasado registraron 109.1. Jugadores como Giannis Antetokounmpo, por físico, o Khris Middleton, por fundamentos, son un incordio para los rivales. Pero el cambio más sorprendente e inesperado se ha producido en la pintura. La pasada temporada fueron uno de los equipos que más puntos en la zona permitieron por partido (47.3); en este curso 2018/19, son los segundos que menos lo hacen, con 39.7 puntos por partido. Y lo están consiguiendo de una manera un tanto curiosa: con John Henson, pívot con un notable impacto como protector del aro, pasando de jugar casi 26 minutos por partido el año pasado a 14.1 en este; esos minutos han ido para Brook Lopez, un jugador que durante toda su carrera ha arrastrado consigo la fama de ser un defensor endeble en la pintura.
Milwaukee es el equipo que menos tiros por partido permite (23.2), recibe (13.1) y con el porcentaje de acierto más bajo (56.3%) dentro de la zona restringida. Es decir, son una auténtica muralla alrededor de su aro propio. También son los que menos puntos por partido permite al contraataque (10.2). Controlando el rebote –primeros con 41.3 rebotes defensivos por partido, el 75.3% de los disponibles- se aseguran minimizar las segundas oportunidades del rival (cuarto equipo que menos puntos recibe por encuentro en estas situaciones con 11.3).

El gran punto débil de estos Bucks está siendo la defensa de la línea de tres. El esquema se centra en proteger la pintura, algo que en lo que están siendo fantásticos, pero al mismo tiempo permite una gran cantidad de tiros liberados. Milwaukee es el equipo que más triples abiertos (los denominados wide open threes, en los que el defensor está a más de 6 pies de distancia del tirador, algo más de 1,82 metros) permite por partido, 21.1, de los cuales el rival acierta 7.8 –segundo peor registro de la competición. Y esos triples abiertos suponen el 23.6% sobre el volumen total que intenta el equipo contrario. Es decir, de cada cuatro tiros de tres que intenta el rival, uno es sin oposición. En total, el 39.1% del volumen de lanzamientos recibidos son triples, encajando 13 por encuentro (segundo peor dato de la liga).
El equipo funciona por dentro, el sistema de ayudas cierra líneas interiores y están sabiendo proteger la pintura (cuarto equipo que más tapones coloca por partido con 6.4, de los cuales casi la mitad es obra de Brook Lopez y Giannis). Sin embargo, el gran problema llega en la defensa exterior. Middleton es un defensor de élite y Brogdon tiene argumentos para llegar a serlo, pero Eric Bledsoe, base titular del equipo, es una carga en este aspecto, pues lo vemos con frecuencia quedarse rezagado en bloqueos indirectos o perdiendo de vista a sus emparejamientos.
Es de esperar que, conforme el equipo vaya cogiendo más consistencia y las nuevas ideas de Budenholzer se asienten, los ajustes lleguen y se mejore la defensa del triple. De momento, una gran parte del trabajo ya está hecho: usar el físico y la versatilidad de sus jugadores para, al fin, ser un verdadero problema atrás.
Oklahoma City Thunder
Los Thunder se han ganado a pulso una fama a la que llegaron de manera lógica y natural y la han aceptado sin mostrar ningún indicio de pretender renegar de ella. Son un equipo vertical y físico que vive de un ataque abocado al aclarado y una defensa basada en el potencial atlético de sus jugadores. Y pese a contar con superestrellas ofensivas como Russell Westbrook o Paul George, gran parte de sus opciones de llegar lejos este año pasan por mantener una defensa de élite.
Mientras que el curso pasado acabaron novenos en la clasificación de rating defensivo con una marca de 106.3, esta temporada se han aupado a la segunda posición (103.5). Pero si con los Bucks decíamos que su sistema estaba orientado a proteger la pintura, concediendo así muchos tiros abiertos, con los Thunder ocurre lo contrario. Es la novena franquicia que más puntos por partido concede en la zona con 49.4; la temporada pasada fueron el octavo mejor equipo en este aspecto, pues solo permitieron una media de 43.5. En Steven Adams tienen a un verdadero ancla interior, un jugador que acepta el trabajo sucio y es eficiente en él, pero también es uno de los más “solicitados” por los rivales: es el quinto pívot de la liga que más tiros defiende a menos de tres metros del aro, 9.4 por partido, permitiendo anotar 5.8 de esos tiros (también quinto en la lista).

Este sistema defensivo, que invita al rival a acercarse al aro –aunque eso conlleve recibir una gran cantidad de puntos por dentro-, también hace que se reduzcan los tiros de media distancia del rival, que prácticamente acaba tirando solo en la pintura o más allá de la línea de tres puntos. Los Thunder son el décimo equipo que menos tiros lanzados permite desde media distancia (12.7, de los que los rivales solo anotan 4.4, quinto mejor registro de la liga).
Pero si bien la telaraña defensiva de los de Billy Donovan se muestra más laxa en la zona, la situación es bien distinta en el tiro exterior. Oklahoma es el tercer equipo que menos tiros de tres recibe por partido (9.5), dejando al rival en un 32.5% de acierto. La mejora ha sido drástica respecto a la temporada pasada, en la que los rivales anotaron de media 11.2 triples con un 36.7% de acierto. Gracias al buen papel que están desempeñando jugadores como Jerami Grant o Terrance Ferguson, el equipo está sabiendo cubrir la baja de Andre Roberson (miembro del segundo mejor quinteto defensivo de la NBA en 2017).
Los Thunder también están sabiendo aprovechar las cualidades físicas de sus jugadores para trasladarlas al otro lado de la pista: son el equipo que más robos por partido consigue (11.5), y el que más puntos anota tras pérdida del rival (21.9). Jugadores como Paul George, segundo máximo ladrón de la liga con 2.5 robos de media y uno de los mejores two-way players en la NBA, facilitan esa tarea.
La defensa de estos Thunder, por lo tanto, permite muchos tiros en la pintura y desde el triple, aunque con bajos porcentajes permitidos a los rivales, mientras que la incidencia de la media distancia se reduce al máximo. Con la defensa exterior dando excelentes resultados, ahora jugadores como Nerlens Noel deben ayudar a optimizar los tiros permitidos dentro de la zona. De momento, y a falta de frescura en ataque, el desempeño atrás está siendo la gran baza del equipo durante este inicio de temporada.