SAN ANTONIO SPURS 110-95 MIAMI HEAT (1-0)
youtube://v/JQShykKl7Qk
Banderas sobre el parquet. Una voz recitando el himno. Todas las miradas confluían en el santuario de los Spurs. A un lado, formando una hilera, la anarquía de Miami Heat. Al otro, en otra hilera semejante, el contraste altruista de San Antonio Spurs. Balón al aire. Las Finales de la NBA volvían a su cita anual. El primer grito de la narración se lo llevaba Bosh tras cinco puntos seguidos, incluido triple desde la esquina. No le pudo en estos primeros compases la abrumadora presión de un AT&T Center absolutamente entregado. Miami Heat quiso construir su imperio desde atrás, a base de una intensidad que daba a luz recuperaciones merced, todo sea dicho, a unas pérdidas poco congruentes de la escuadra local. Los Spurs no hacían gala a eso que se le presupone como experiencia, pero para su suerte Miami Heat se perdía en malas decisiones y tiros forzados. Entre defecto y defecto, equilibrio (10-11, minuto 5).
Manu Ginóbili irrumpiría en el choque tras tiempo muerto. Asistencia a Tim Duncan y dos triples consecutivos con el defensor trasvasándole el aliento a su espigada nariz desataron la locura en Texas en el primer gran arrebato de pasión. Miami se recuperó tras la sesión terapéutica de Spoelstra con un parcial de 0-6 justo cuando las segundas unidades hacían acto de presencia. Sin embargo, Ginóbili entonaba su tango particular y bailaba con triples desde la pista. Otro más y otras dos asistencias que permitía a sus compañeros producir, bastantes perdidos en la cadena de montaje. En los Heat, ni LeBron se hallaba como encargado. Lanzamientos forzados, errores y un pequeño atisbo de desesperación cerraban su primer cuarto (26-20).
youtube://v/btWEQh1B8Bg
Con la misma medicina respondió Miami. Dosis perimetral con Ray Allen como ejecutor de la receta. Los Spurs habían perdido el dominio dentro de la inestabilidad propia del devenir del juego. Spoelstra había dado con el engranaje y su segunda unidad funcionaba como de costumbre. Anárquica, a cuentagotas, pero efectiva. El partido contaba con errores tontos entre tanto acierto triple, muestra de ello la falta de cinco segundos sin sacar por parte de los Heat. Muñecas inspiradas, cabezas buscando el verso. Wade, con una bandeja tras reverso provocaba el revés en el marcador (36-38, minuto 17).
Tras la calma impuesta por Popovich a sus pupilos en un tiempo muerto, los Spurs recuperaron su mejor versión. Sí, ésa cuya circulación de balón danza campante borrando la vista del defensor. El trono en el marcador estaba de vuelta. Todo ello, con sus estandartes de siempre. Añejo. Gran Reserva. Leyendas. Otra, la de Ray Allen, era la que salvaba los muebles a los Heat, que detenían la mudanza prematura. LeBron comenzó a despertar, a base de coraje y casta, de sacarse la espina que tenía atravesada. Espina que para los Heat tenía forma de esfera naranja lanzado más allá del perímetro. Y la red volvía a temblar. Boris Diaw dominaba esos detalles en los que nadie se fija. La IQ del baloncesto. Un lector de aplicación. Intangibles por bandera. La rareza en Miami era más palpable cuando hasta Ray Allen erró tiros libre de marca desde el triple. Demasiados condicionantes para unos Heat incómodos, como en casa ajena, nunca mejor dicho, pero vivos. Muy vivos (54-49).
La reanudación trajo rachas, inspiraciones efímeras. Si San Antonio comenzó con cuatro puntos consecutivos que ponían, por primera vez, el partido en un hilo de romperse, Miami Heat, tras triple de Rashard Lewis, y luego de Dwyane Wade, volvió a rozar la igualdad y recordarle a su rival que ninguno de los dos podría fumarse ni la más angustiosa calada. Chalmers, sofocado, cometía su cuarta falta personal, su particular cruz para el debut. Mientras que Danny Green se obsesionaba con anotar algún tiro exterior, LeBron hizo una obra de arte en suspensión desde la esquina. El choque estaba en sus cabales más inestables (62-62, minuto 30).
Los Spurs sufrieron un pequeño momento de dudas en el que Miami hizo del ritmo del partido algo suyo. Las pérdidas de balón habían borrado la coherencia texana como planteamiento en el partido y sólo un pequeño golpe inesperado de baloncesto ofensivo de Tiago Splitter anclaba de alguna forma en el partido a los Spurs (74-78).
Hasta el mayor gigante tiene momentos de debilidad. La sensación es que Miami necesitaba, en efecto, muy poco para tener el devenir de las Finales en su mano. Con lo que no contaba era con el sensacional momento de Splitter, que marcaría un antes y un después en el partido. Cuando peor estaban los Spurs, cuando el hilo estaba tan tenso que parecía abandonar a cada lado tras la rotura, el brasileño hizo las veces de interior puro para bombardear la zona de unos Heat no tenían ni el más mínimo argumento para rebatirle. Por más que Chris Bosh continuara sumando puntos a base de una mano impecable (84-86, minuto 40).
La revolución ya estaba en marcha. Tan sólo faltaba tomar la plaza. La bandera la llevaba Danny Green, desacertado en sus intervenciones hasta el momento. Dos triples consecutivos más un mate obligaban a Spoelstra a intentar poner cordura a los suyos, completamente sobrepasados. Jamás volverían al choque. No lo harían porque, para los que anden bien de memoria, la sangría de lanzamientos triples por parte de San Antonio Spurs no encontraba médico de urgencias. Médico que necesitaba un LeBron James con espamos musculares. Un triple de Chalmers a falta de 2:46 para el final del encuentro fue la última canasta de Miami, y por entonces ya perdían por cuatro (99-95, minuto 45).
Lo que hubo de venir fue placer puro por parte del conjunto local. Leonard y Parker anotaban sendos triples por cabeza para cerrar la primera batalla de las Finales NBA. La primera herida, forjada en la larga distancia, se la llevo en el pecho Miami Heat. La anarquía no pudo con el altruismo. Y es que, entre tanto contraste, inexorablemente si uno gana, tiene que haber un perdedor (110-95).
El fallo en el aire acondicionado en la arena, sufrido por todos los jugadores y el público, fue la nota extradeportiva del evento. Popovich, al respecto:
youtube://v/hgfyhQPJgzs