Tras varios meses de tira y afloja, que por momentos parecían hacer peligrar seriamente la disputa de la temporada 2011/2012, después de más de quince horas de reunión y ya inmersos en la madrugada estadounidense, el pasado fin de semana NBA y los representantes legales de la NBPA llegaban a un principio de acuerdo que garantizaría el retorno a la actividad, y por tanto el fin del “lockout”.
Pocos detalles se han ido conociendo hasta ahora acerca del nuevo convenio colectivo, pero sí los suficientes como para valorar ya alguno de sus puntos. De hecho, Sports Illustrated, publicaba un resumen de lo acordado. Y el mayor experto en temas salariales dentro de la prensa norteamericana, Larry Coon, ya ha escrito sus primeras impresiones al respecto.
Desde solobasket.com, también queremos trasladar nuestra opinión. Con la prudencia necesaria, dado que quedan muchos puntos por tratar y no se conocen todos los datos a evaluar; y desde mi modesto punto de vista, el cual puede ser o no compartido.
Pero lo primero que debemos mencionar es la duración del acuerdo. El nuevo CBA estará vigente la próxima década, teniendo opción ambas partes a romper lo acordado, al sexto año. Es decir, se asegura la competición hasta el 2022 (ó 2017)
(I) Reparto de beneficios (%BRI)
Quien haya seguido o leído cualquier nota acerca del lockout, se habrá cansado de ver como las siglas BRI, aparecían en todas y cada una de las menciones sobre el conflicto. Lo que groso modo podríamos definir como “ingresos relacionados con el baloncesto”, ha paralizado los primeros encuentros entre las partes negociadoras debido a la enorme distancia inicial en las pretensiones de ambas partes, en cuanto al porcentaje o parte de la tarta que correspondía a cada sector.
Finalmente los jugadores se aseguran siempre estar en la horquilla del 49-51%. Pero sin poder superar el valor más alto de dicho intervalo, en ningún caso. A excepción de esta primera temporada, donde alcanzará el 51.15%.
Cabe preguntarse por tanto, porqué la NPBA puso el grito en el cielo ante aquel ultimatum del 50-50 lanzado por David Stern, alargando las negociaciones y tensando la cuerda, para al final firmar exactamente eso.
(II) Modificación de las reglas para el cálculo de la multa por sobrepasar luxury tax
Se acabó aquello del dólar por dólar. Eso sí, dejando como margen las dos primeras temporadas bajo el nuevo CBA (2011/2012 y 2012/2013)
Así, el cálculo de la penalización derivada, aumentará esa proporción dependiendo de la cantidad que la franquicia sobrepase dicho límite. Es decir, la multa crecerá de manera directamente proporcional al gasto “extra” que cada propietario o equipo decida realizar (marcado en una serie de intervalos. Ejemplo: de 0 a 5$ millones, así, hasta 15-20$ millones). Elevando por tanto la proporción desde el 1.50$-1$ hasta el 3.25$-1$. E incluso superándola si el gasto se excede en cantidades todavía mayores y/o en el tiempo.
¿Qué puede provocar dicho cambio? A priori parece una medida encaminada a una contención del gasto. Todo el mundo tiene en mente que modelos como los Mavs de Cuban, o los Knicks de Isaiah Thomas, hicieron del extra money su “modus operandi”, llevando a cabo operaciones como las de Steve Francis, Stephon Marbury o Tyson Chandler. ¿Hasta dónde serán capaces de llegar ahora?
(III) Modificación/aparición de expcepciones salariales
A nadie se le escapa que la conocida como “Mid Level Exception” ha sido el clavo al que agarrarse por parte de las franquicias que superaban el cap, para tratar de incorporar jugadores de cierto nivel que les ayudasen a mantenerse en la zona noble, o ir un paso más allá en los objetivos del equipo.
Es cierto, que podían destinar la cuantía total de dicha excepción a más de un jugador. Pero no es menos cierto, que la inmensa mayoría de ocasiones se apostaba por invertirla al completo en una única pieza. Como ejemplos recientes tenemos a Steve Blake (LAL) o Antonio McDyess (SAS).
Ahora tendremos que diferenciar cantidades e incrementos de la Mid Level, en función si el equipo supera la luxury tax o no. Reduciéndose en ambos casos el montante total, el número de años máximo y el crecimiento porcentual año a año.
¿Resultado? Más contención en el gasto, haciendo hincapié en la barrera que marca el impuesto de lujo y también dotar de cierto margen de error a los GM. A nadie se le escapa el "caso Brian Cardinal” y su contrato por seis temporadas y 38$ millones.
Otra gran novedad, es la creación de la llamada Mid-Level Exception for Room Teams. Destinada a aquellas franquicias, que estando por debajo del cap (y sin derecho por tanto a otras excepciones), hagan uso de todo ese espacio salarial. Dándoles la posibilidad de invertir en uno o varios jugadores, “un pellizco más”. Se habla de un contrato de dos años de duración máxima, empezando en 2.5$ millones e incremento del 3% anual.
Uniéndolo a este punto, quizá debemos citar que en líneas generales este CBA implica en casi todo tipo de contratos; duraciones, comienzos e incrementos porcentuales inferiores al del 2005.
(IV) Amnesty Rule
El concepto de la Amnesty Rule (o mal llamada “Allan Houston’s rule”), también varía significativamente. Ahora, las franquicias podrán despedir a un jugador y que su contrato desaparezca de los libros por completo; dejando de contar para el límite salarial, pero también para la luxury tax. Eso sí, los jugadores elegidos, deberán haber firmado sus acuerdos bajo el anterior CBA.
Además, aquellos jugadores que sean cortados amparándose en esta regla, irán a parar a una especie de “waivers”. En el que los equipos que no superen el límite salarial, tendrán preferencia para destinar ofertas por parte del contrato que el jugador tenía en vigor (nunca por la totalidad del mismo). Siendo la franquicia que ejecuta la amnesty rule, quién pagaría el resto del salario.
Dichos cambios, son un guiño importante a todas aquellas franquicias y GM que cargan con una importante losa sobre sus hombros. De hecho, no han tardado en sucederse artículos con hipotéticas listas en las que nombrar a jugadores destinatarios de tal acontecimiento. Así, los Gilbert Arenas, Rashard Lewis, Brandon Roy, o DeSagana Diop aparecen en casi todas.
En algunos foros, también se defiende que la nueva implementación podría ayudar a igualar la competición; ya que implicaría el trasvase de jugadores de valía a coste mínimo o muy reducido. Pero llegados a este punto, se agolpan varias preguntas y dudas. ¿Cuántas franquicias y cuáles estarán por debajo del límite salarial? Teniendo en cuenta, que las nuevas penalizaciones por sobrepasar la barrera del impuesto de lujo, no entran en vigor hasta la 2013/2014, ¿cuántos damnificados de cierto nivel tendremos en estas dos primeras temporadas?
(V) Limitación del escenario “sign and trade”
También se cambia el escenario a la hora de realizar este tipo de operaciones. Las cuales el verano pasado posibilitaron la llegada de LeBron James y Chris Bosh, a los Heat de Miami.
Dejando nuevamente, dos temporadas de margen, ningún equipo podrá adquirir a un jugador bajo esta fórmula si una vez firmado el acuerdo, el equipo que recibe a dicho jugador supera la luxury tax en más de 4$ millones. Al mismo tiempo, se reduce la duración máxima (4 años) y el incremento porcentual (4.5%)
Como los rumores de todo un verano, van a ser servidos en apenas una quincena. La aparición de Dwight Howard y Deron Williams, negro sobre blanco, no ha tardado en sucederse.
Sí se seguirán permitiendo sin una limitación tan severa, aunque sí con pequeños retoques, los extension&trade (ejemplo: Carmelo Anthony)
Estos cinco pequeños epígrafes, no son más que una mínima parte de todo lo hablado en múltiples mesas de negociación. Sin mencionar han quedado otros detalles algo inferiores, pero no por ello menos importantes, como por ejemplo: cantidad mínima a destinar en salarios por las franquicias, reducción del tiempo máximo para igualar una oferta a un RFA a tres días (ojo Marc Gasol), establecer las cuantías de las QO según méritos, aumento del tiempo de espera a un año para que un jugador traspasado y cortado, regrese a su franquicia original (Brent Barry y los Spurs), la aparición del “designated player” o la reducción de dinero en efectivo a incluir en los traspasos a un total de 3$ millones por temporada (recordad movimiento Sergio Rodríguez, noche del draft).
Al igual que aspectos meramente formales como la retirada de la demanda (ya está en marcha), la reunificación del sindicato de jugadores, o aprobar un calendario formal y de pretemporada. Así como las B-list (controles antidoping, límite de edad) pendientes de aprobación. Billy Hunter, en una carta a los miembros de la NPBA, adelanta algunos detalles y fechas en las que abordarán dichos temas.
Tiempo tendremos para ir analizando todas estas cuestiones. Dado que la complejidad de lo expuesto así lo requiere.
Para finalizar, estaría bien incluir un pequeño ejercicio. En el que tomando como base los acuerdos alcanzados, "recalculamos" todas las cifras que hemos mencionado y seguiremos mencionando durante muchos meses más. Nos permitirá evaluar, la disposición aproximada en el que la liga podría quedar. El resultado sería el siguiente:
El tope salarial en la NBA el curso pasado era 57 millones de dólares, la barrera del impuesto de lujo empezaba cuando los salarios superaban los 70.3 millones y la cantidad mínima de una franquicia destinada a salarios debía ser 43.5 millones de dólares.
Con las cantidades negociadas para el próximo curso (51.15% del BRI, y bajada en los próximos años) la cosa hubiese cambiado: 52.9 millones el tope salarial (sólo Clippers y Kings estuvieron por debajo), 46.9 millones de tope mínimo en salarios si nos vamos a la barrera del 90% (Sacramento no hubiese llegado, ya superaba por poco la barrera anterior) y la barrera del impuesto de lujo llegaría con los 65.1 millones de dólares (hasta 20 franquicias están por encima de esa cantidad el pasado curso, con los Lakers superando en más de 25 millones)
Lo que parece claro, es que Stern, en la que ha sido su última negociación, no ha salido perdedor. Y en aquellos puntos claves para la liga y propietarios, ha logrado salirse con la suya. Asegurándose la productividad y el negocio, al menos diez años más.