Los habitantes de la ciudad de Oklahoma votarán para decidir si el nuevo estadio del Thunder se financiará con un impuesto a las ventas que alcanzará el 1%. De esa manera, pretenden que los ciudadanos aporten 70 millones de los 900 millones de dólares que costará la obra que finalizará en 2030.

La votación se llevará a cabo este martes y la intención es que los habitantes de Oklahoma decidan si quieren aportar en la construcción de un nuevo estadio de mayor capacidad y confort que el actual, en el que el Thunder disputa sus partidos.

¿POR QUÉ EL THUNDER PODRÍA IRSE DE OKLAHOMA?

Los propietarios de la franquicia desembolsarían 50 millones de dólares, o el equivalente al 5% del proyecto. En caso de que la votación resulte afirmativa, el equipo aseguraría su futuro en Oklahoma por los próximos 25 años. De no ser así, nada asegura que el Thunder no se mude a una ciudad con un mercado más grande, como sucedió con los SuperSonics.

La franquicia emplazada actualmente en Oklahoma fue adquirida en 2006 por un grupo de empresarios locales encabezados por Clay Bennett por un valor de 325 millones de dólares. Ahora, está valorada en más de 3.000 millones de dólares, según Forbes.

Los dueños del Thunder ganaron casi 2.700 millones de dólares en 17 años, y esa es la principal razón por la que muchos habitantes de la ciudad no aprobarían el cobro de un impuesto para la construcción de un nuevo estadio de propiedad pública.

El Gobierno de Oklahoma desea que el nuevo pabellón se convierta en un lugar para conciertos y otras actividades de entretenimiento cuando no sea utilizado por el Thunder.

¿Qué pasa si los vecinos de Oklahoma votan en contra de ese impuesto? Bueno, es probable que la franquicia abandone la ciudad y elija un polo de mayor atractivo financiero.