La temporada universitaria 1981-1982 nacía en medio de la polémica entre las televisiones, el basket colegial se había convertido en un producto televisivo de primer nivel y las todopoderosas NBC y CBS se enzarzaron en una guerrilla por los derechos de retransmisión que afectó a los calendarios de las universidades, saturados de encuentros fuera de conferencia ante los mejores equipos de la competición, siempre a la busca de un producto atractivo para las audiencias.

La llegada de dos nuevas estrellas, llamadas a marcar una época, acaso la más brillante de la historia, no hacían sino incrementar la desbordante expectación.

En el plano estrictamente deportivo, el campeón INDIANA volvía lleno de bajas, pues ISIAH THOMAS se declaró pro, saltándose los dos últimos años de su ciclo, RAY TOLBERT se licenció y LANDON TURNER sufrió un accidente automovilístico durante el verano que puso fin a su carrera universitaria. BOBBY KNIGHT, en la cúspide de su carrera, había recibido una jugosísima oferta de la CBS para narrar partidos, pero el poder del banquillo le hizo declinarla, asumiendo el reto de dirigir a unos HOOSIERS diezmados.

En estas, la elección de NORTH CAROLINA como nº 1 era obvia, la baja de AL WOOD como líder del equipo la cubría JAMES WORTHY, ni más ni menos, que ya había dado muestras de su excelencia durante sus dos primeros años, mientras que los BLACK, DOHERTY y PERKINS aseguraban calidad y experiencia.

La guinda del pastel la ponía un chaval que llegaba con referencias, pero de quien no se esperaba acabara convirtiéndose en el mejor jugador de la historia gloriosa de los TAR HEELS: el indescriptible MICHAEL JORDAN, he can do it all.

No era de extrañar que muchos se preguntasen si este era el mejor equipo de la historia de UNC, por encima incluso del de 1975-76, con los WALTER DAVIS, MITCH KUPCHACK, PHIL FORD y cía.

Nº 2 nacional era la legendaria UCLA, LARRY FARMER tomaba las riendas de un equipo que recibía al siete pies STUART GRAY como un nuevo WALTON- el tiempo demostraría lo arrojado de dicha expectativa- y mantenía una plantilla liderada por el celérico ROD FOSTER, con un excelente trío de forwards en MIKE SANDERS, DARREN DAYE y KENNY FIELDS, tres atletas no exentos de calidad como no había en el basket colegial.

DENNY CRUM colocaba a sus CARDINALS como nº 3, muchos de los campeones del 80 seguían en el equipo JERRY EAVES, RODNEY McCRAY, DEREK SMITH y en el juego exterior la llegada del freshman MILT WAGNER prometía lucha por el puesto de escolta con el sophomore LANCASTER GORDON, un talento que tardaba en despertar. LOUISVILLE iniciaba el año con muchas esperanzas de reeditar éxito.

Para el puesto nº 4 se presentaba la candidatura de KENTUCKY, que estaba a la espera de la evolución de la lesión de tibia de su 7-1 SAM BOWIE para formar pareja con el orondo MEL TURPIN, que ya por entonces empezaba a mostrar su escasa actividad neuronal, y había pasado un año en blanco por malas notas. Con DIRK MINNIFIELD para repartir y JIM MASTER para tirotear el aro contrario, los WILDCATS esperaban un nuevo asalto al título.

Un nuevo poder universitario asomaba por el horizonte: los HOYAS de GEORGETOWN, un centro de gran prestigio académico que no había hecho gran cosa en lo deportivo hasta la llegada de JOHN THOMPSON, un enorme negro, de suaves formas y gran amante de la defensa. Sin duda, (la llegada de una leyenda del recruiting como PAT EWING, un espécimen aterrador de 7-0 y 250 libras, haría las delicias del técnico. Por fuera el All America SLEEPY FLOYD y el Freshman of the year en la Big East, FRED BROWN, pondrían los puntos que el valladar reclutado haría sudar a los contrarios.

El gran papel jugado por los HAWKEYES en el Tnmt. anterior, les hacía merecedores de un 6º puesto. LUTE OLSON había conseguido crear un equipo a base de jugadores inteligentes y entregados a su causa) como el base STEVE ARNOLD, el alero BOB HANSEN y el pívot KEVIN BOYLE. Y las estrellas empezaron a llegar atraídas por el programa, y así el escolta STEVE CARFINO y los pivots MICHAEL PAYNE y GREGG STOKES se sumaban al esqueleto del equipo que alcanzara la Final Four, para delirio del Iowa Field House.

La posición nº 7 del ranking se reservaba para una pandilla de talentosos atletas, en busca de un guión que llevara la palabra “campeonato” impresa. WICHITA STATE presentaba una pareja de forwards inigualable: ANTOINE CARR y CLIFF “Good News” LEVINGSTON, y adicionaba al MVP del Mcdonalds All America de ese año, el base zurdo AUBREY SHERROD, otra máquina anotadora. Para poner kilos y defensa se traía al gigantesco GREG DREILING (7-1) y, a la chita callando, llegaba al campus de los SHOCKERS un chico de cabeza pelada y mirada penetrante: XAVIER McDANIEL. En definitiva, cinco futuros pros en manos de un coach, GENE SMITHSON, que habría de saber conjugar egos si quería salir vivo de esa merienda de negros.

Con o sin flores en el pelo, SAN FRANCISCO se colaba en el Top Ten gracias a la extraña pareja que conformaban el excelente base QUINTÍN DAYLEY, un hombre de físico engañoso, ancho pero atlético, que había anotado casi 23 puntos por noche en el ejercicio anterior, y el talentoso aunque delicado center WALLACE BRYANT, hombre de referencia en el juego interior, capaz de lo mejor, si concentrado, o de lo peor, si se dejaba llevar. Buenos tiempos para FRISCO, tras varios años recordando la dicha pasada en los tan felices como lejanos días de BILL RUSSELL.

Otra cara fresca aparecía en el puesto 9º, la universidad de TULSA, siempre a la sombra de los vecinos SOONERS, asomaba al palcoscénico nacional, de la mano de un técnico mágico conocido por sus “forty minutes of hell”, una defensa asfixiante que, dos décadas más tarde, le llevarían al anillo en otras tierras, no muy lejanas. NOLAN RICHARDON reunía un equipo donde el talento lo ponían PAUL PRESSEY, elegante y físico escolta, y GREGG STEWART, puras seda bajo los aros, y el resto se aplicaba a la dura tarea de aniquilar al equipo contrario a base de dureza y presión.

La decepción del año pasado se cobraba su factura, y VIRGINIA bajaba al 10 º puesto, RALPH SAMPSON ya no tenía a Jeff Lamp al lado, pero gente como JEFF JONES, HOTEL WILSON y el freshman JIM MILLER deberían convertirse en escuderos del mayor talento nacional, sobre cuyo carácter empezaban a cernirse dudas tras sus desapariciones en momentos clave de la temporada anterior.

Fuera de este elenco de favoritos quedaban equipos como GEORGIA (donde DOMINIQUE WILKINS había decidido volver a pesar de los cantos de sirena de la NBA), MINNESOTA, UNLV, VILLANOVA o DEPAUL, a la espera de dar la sorpresa en un año que reunía talento para derrochar y que continuaremos en su exposición en el segundo capítulo.

Hacer click para leer anteriores entregas:

NCAA 80-81: Un Hoosier en la corte de los Reyes (capítulo I)

NCAA 80-81 (2ª Parte): The mighty have fallen (Almost)

El planeta de los simios

Operación KINGFISH

NCAA 80-81: Llegó la batalla, llegó la Final Four