Michael Olowokandi ha sido, desde que debutó en la NBA, uno de los jugadores más controvertidos de la liga. Su status de número uno del draft de 1998 nunca se ha visto refrendado por grandes actuaciones en la liga estadounidense. En ninguno de los tres equipos por los que ha pasado -Clippers, Wolves y Celtics- ha ofrecido el rendimiento que de una primera elección se espera.
Ahora, con 31 años, este pívot de 2.13 nacido en el Reino Unido y de origen nigeriano, busca seguir en la NBA al precio que sea… nunca mejor dicho. Tras finalizar contrato y quedar como agente libre, Olowokandi ha hecho oídos sordos a ofertas para jugar en Europa y sigue probando suerte en los campus de pretemporada de las franquicias NBA.
Tras la más que probable salida de Daniel Santiago de Unicaja, su nombre fue uno de los que sonaron con más fuerza para sustituirlo. Sin embargo, sus anhelos de seguir en la NBA le lleveron a intentarlo de nuevo, esta vez con los Phoenix Suns.
Como el interés en la prueba no partió de la franquicia de Arizona, según informa el diario Arizona Central, el jugador se pagó el desplazamiento y todos los costes para estar en algunos partidos de entrenamiento, declarando que “a su edad ya no se trata del dinero” -ha ganado mucho con sus anteriores contratos- “sino de ser capaz de competir.”
Curiosamente, se da la circunstancia de que uno de los jugadores que forman parte de la plantilla de los Suns es Sean Marks, pívot del mismo draft que The Kandi Man elegido en el puesto 43.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Olowokandi, los Suns tienen ya 13 contratos garantizados y no parece que fichar al pívot inglés sea una opción para ellos.