Hace 22 años, este mito del baloncesto se sentaría para una entrevista con muchísima más facilidad. A sus ya 63 años, Paul Westhead ya no es el joven entrenador que empezó a entrenar en Los Angeles con los Lakers de un también joven Earvin Johnson. Un título de la NBA con el gran "Magic" y Kareem Abdul-Jabbar fue su enorme comienzo. Otro título nacional, esta vez en la WNBA con Phoenix Mercury, cerró otro paso más que recordado. A su larga edad, la retirada aún no es un pensamiento para este auténtico amante del baloncesto en todas sus formas. Pero de un baloncesto especial: SU baloncesto. Correr, tirar, correr, defender, correr y volver a tirar. El objetivo: lanzar muchas más veces a canasta que su rival. Y con los 200 puntos como objetivo aún no conseguido en su carrera. Él es ‘The Guru of Go’
-Muy buenas tardes, señor Westhead y muchísimas gracias por concedernos esta entrevista. En primer lugar, centrémenos en el presente. Han participado en los partidos de exhibición Nacex del 28º Torneig Unnim en Sant Julià de Vilatorta. ¿Por qué la universidad de Oregon elige este torneo y población para su preparación?
Bien, siendo honestos, nuestra agencia de viajes nos guía en muchas de las cosas que hacemos, como hoteles y visitas, y nos dijeron que, si veníamos en agosto-septiembre, éste era el mejor torneo del mundo. Que debíamos jugar en este torneo. Que seguramente, podrían conseguirnos buenos partidos en otros sitios, pero que aquí tendríamos los mejores partidos que podíamos esperar. Nos recomendaron altamente ir a este torneo, que hacía 28 años que estaban trabajando muy bien y que era el mejor sitio dónde podíamos ir.
-Si pudiera, ¿volvería a este torneo de nuevo en el futuro?
Sí, absolutamente. Pero hay una norma de restricción de la NCAA que tan sólo nos permite movernos cada cuatro años. Así que, ¡ojalá pueda volver! (se ríe)
-Oregon ha finalizado en este torneo su tour por España. ¿Cuáles son sus sensaciones finales sobre el equipo y este viaje?
He hablado con el equipo después de este último partido y les he comentado que estaba gratamente sorprendido con ellas y el rendimiento ofrecido durante todo este tour. Nunca sabes cómo llegaran a ser los jugadores jóvenes, cómo actuarán, cómo representarán la universidad de Oregon fuera de los EEUU, pero ellas han llegado aquí, han jugado bien, se han divertido y son conscientes de que han mejorado como equipo desde la sonrisa y felicidad. Nos hemos divertido mucho no únicamente jugando a baloncesto. Aquí permitimos que las jugadoras se diviertan dentro y fuera. Es más que su trabajo, no deben únicamente jugar y vivir rodeadas al baloncesto, llegando a casa y viendo más baloncesto en la televisión. Viajar nos permite conocer la belleza de otros países.
-Vamos a mirar ahora en su pasado. Primero de todo, usted es el único entrenador de la historia capaz de ganar la NBA y la WNBA. ¿Cuál es su secreto?
Entrenar suficientes equipos, en suficientes proyectos y tener suerte. Creo que no hay un secreto. Ganar campeonatos es algo realmente duro y difícil de conseguir. En el que conseguí con los Lakers tuve a Kareem Abdul-Jabbar y Magic Johnson en mi equipo y en el que conseguí en la WNBA tuve a Diana Taurasi, posiblemente la mejor jugadora de la historia. Así que la lección que he aprendido es que, para ganar campeonatos, necesitas tener algunos de los mejores jugadores. Es una de las mejores opciones para conseguirlo.
-¿Qué diferencias ha visto en tu carrera en el baloncesto masculino y el baloncesto femenino?
El baloncesto masculino acostumbra a ser mucho más individual. Para mí, fue un placer y honor entrenar a Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, Dikembe Mutombo o Tracy McGrady. En este juego, recuerdas los nombres, los individuos. En cambio, en el baloncesto femenino recuerdas el equipo. Es mucho más un juego de equipo. La primera vez que entrené baloncesto femenino, el General Manager me dijo: "Los hombres necesitan ganar para sentirse bien. Las mujeres necesitan sentirse bien para ganar". Es la forma con la que expresas que necesitas todas juntas, formando un equipo, un grupo. Los chicos no necesitan que haya esa camaradería para tener éxito.
-¿Recuerda qué ocurrió el 16 de mayo de 1980?
Que ganamos el campeonato, ¿no? (se ríe). Lo recuerdo, y, especialmente, recuerdo que fue en mi lugar de nacimiento. Nací y crecí en Philadelphia y el sexto partido de ese año fue en esa ciudad. Sería como si alguien de Barcelona fuese campeón en Barcelona entrenando al Real Madrid. Habían 17.000 personas y únicamente mi esposa y mi familia iban conmigo, todo el resto con los Sixers. Fue interesante, ya que a un minuto para el final, íbamos ganando por diez puntos y otra gente cercana a mi esposa empezó a aplaudirme también. Recuerdo especialmente este hecho.
-¿Por qué decide poner a Magic Johnson como pívot en ese partido final?
En el partido anterior en Los Angeles, Kareem Abdul-Jabbar se lesionó gravemente su tobillo. No viajó a Philadelphia con nosotros, aunque los Sixers pensaron que no era cierto y que realmente viajaba. Y en el vuelo hacia Philadelphia, le pregunté a Magic si podía jugar de cinco puro. Y su respuesta fue clara: "sí, jugué de pívot en instituto hace tan sólo dos años. Puedo hacerlo". Llegamos a Philadelphia y tuvimos un primer entrenamiento en el que practicamos con Magic de cinco puro. Y cuando llegó la hora del partido, mi jugador más alto Jim Chones me vino y me dijo "sin Kareem, hago yo el salto inicial, ¿correcto?". Y yo le dije riéndome: "no, hombre. Vamos a dar la oportunidad al pívot de saltar. Así que saltará Magic". Así que Magic saltó, consiguió el balón para nuestro equipo y Magic, sin que le dijera nada, se puso a pedir el balón en el poste bajo y anotó un bellísimo gancho de derecha, un Sky-Hook. Fue más que una jugada, un símbolo hacia Kareem por parte de Magic.
-¿Es su mejor recuerdo de tus años entrenando a Magic y Kareem?
Es uno muy bueno, sin duda (se ríe). Seguramente, ganar ese campeonato con ese equipo y con esa forma, puede ser mi mejor recuerdo, sí.
-Después de esa experiencia, continuó entrenando en baloncesto masculino hasta 2005, cuando se enroló en el proyecto de las Phoenix Mercury como entrenador. ¿Por qué elige cambiar de baloncesto masculino a femenino?
Bueno, no tenía trabajo en ese momento. Estuve trabajando con Orlando Magic, pero cambiaron de staff técnico, así que ese verano, me propusieron entrenar baloncesto femenino en Phoenix. Y les dije que sí, que estaba convencido de poder hacerlo. Algo interesante y que me impactó fue que, cuando llegué a Phoenix para firmar el contrato y empezar a trabajar de forma oficial, Diana Taurasi me vino a buscar en el mismo aeropuerto y me llevó desde el aeropuerto hasta la oficina de las Mercury. Y me dije a mi mismo, amigo, esto no ocurre en el baloncesto masculino (se ríe). Fue su forma de decir que estaba encantada por mi llegada y con muchísimas ganas de empezar.
-Diana Taurasi habla maravillas sobre usted, sobre su estilo de baloncesto. ¿Qué puede decir sobre ella?
Puedo decir muchísimo, pero mis primeras palabras son muy claras. Ella es Michael Jordan. En mi opinión, ella es la mejor jugadora de la historia del baloncesto. De la misma forma que, en mi opinión, es Michael Jordan. Podría decir Kobe, podría decir LeBron, pero Michael Jordan está por encima. Ella es Michael Jordan porque es muy talentosa, puede jugar en múltiples posiciones y es dura. Como también fue Jordan. Quizás la gente no lo recuerda, pero Jordan fue un jugador muy duro. Tenía esa rabia interior y agresividad que Diana Taurasi también tiene. Y ella fue parte del cambio del baloncesto femenino, ya que las jóvenes promesas se fijan en su carácter y metodología de trabajo. Quieren ser como ella. Es curioso, hoy veníamos en el bus y su nombre ha aparecido en la conversación. Y alguien dijo que Geno Auriemma, cuando la reclutó para jugar en Connecticut, pese a que ella era de California, ya dijo que iba a ser la mejor jugadora de la historia del baloncesto. Ya lo sabía.
-Ahora está entrenando en la NCAA, pero hay algo en usted que nunca ha cambiado: su estilo de juego, con un tempo muy alto de juego y muchos tiros. ¿Cuáles son las claves de este estilo para que funcione?
Anotar cien puntos antes que el otro equipo (risas). El punto más importante es que en cualquier movimiento, ya sea defensivo o ofensivo, debes mantener el mismo ritmo. Puedes tirar en cuatro o tres segundos, eso es indistinto. Es mucho más difícil de implementar en baloncesto femenino, ya que no tienen tanto ese sentimiento agresivo que los hombres tienen, pero es una habilidad que puedes aprender, que entra dentro de este proceso. Yo practico el juego de la velocidad al máximo. Si puedo tirar en dos segundos, tiraré en dos segundos. Y si podemos anotar 120 puntos por partido, los anotaremos.
-¿Sigue siendo para usted una meta llegar a los 200 puntos anotados?
Sí, la verdad es que sigue siendo para mí todo un reto llegar a los 200. Hay un buen par de anécdotas sobre esto. La primera, cuando estuve en Loyola Marymount mi equipo anotó 181 puntos, así que nos quedamos a pocos puntos. La segunda, cuando estuve entrenando en la NBA a los Denver Nuggets jugamos un partido contra los Phoenix Suns y ellos llegaron a los 110 puntos en el tiempo de descanso contra mí. Mi asistente me cogió y me dijo "¡¡tenemos que anotar 200 puntos!!" Y le pregunté por qué quería llegar a esa cifra de puntos y me dijo que quería ganar el partido como fuera. Le dije que no se estresara, que estuviera tranquilo, pero perdimos el partido. Acabamos 180 a 160 y algo… Pero bueno, ¡¡seguramente algún día llegaré a los 200 puntos!! (se ríe)
-Tuvo la posibilidad en Phoenix Mercury de tener un equipo con Diana Taurasi, Penny Taylor y Cappie Pondexter… ¿es quizás el mejor trío de jugadores que has entrenado?
Sí, son el mejor trío de jugadoras que he entrenado nunca y que nunca he visto. Taurasi es dura, pero Cappie Pondexter es, quizás, más dura incluso. Y Penny Taylor fue Scottie Pippen. Una jugadora que hacía cualquier cosa que le pedías, con una sonrisa en la boca. Recuerdo un partido en el que otra jugadora le propinó un codazo a propósito. Y ella se giró y le dió todo un puñetazo en la cara. Y le dijo: "no me hagas esto a mí". Eran la combinación perfecta sobre una pista de baloncesto. Nunca ha sido más fácil entrenar, ya que si Taurasi no firmaba un buen partido, Cappie podía resolverlo o incluso Penny. Incluso la hice jugar como interior, aunque me decían que era una excelente tiradora exterior. Y anotó 20 puntos igualmente.
-Mójese, ¿cuál es su mejor jugador y jugadora que ha entrenado en su carrera?
Diana Taurasi, sin duda… y es difícil en el masculino, pero tengo que decir Kareem Abdul-Jabbar.
Y, para finalizar, ¿piensa usted en la retirada o ha pensado en la retirada en algún momento?
Tienes que hablar con mi mujer. Está ahí fuera y te va a responder: no. No, porque ella se gasta demasiado dinero en mí para que me retire. Ahora, mi objetivo es volver aquí en cinco años. Y seguir disfrutando de este maravilloso juego.