Klay Thompson está aquí, en las Finales de Conferencia, para quedarse. Su exhibición de hoy, en concreto la del cuarto cuarto -12 puntos, 4 de 5 en TC, en 10 minutos-, ha demostrado que merece recibir todo el dinero que pida, pues lo que da en noches como las de ayer lo compensa todo. Defensa, agresividad, confianza, química... un pack ideal y mortífero para sus enemigos a partes iguales.
Al mismo tiempo, Portland acusó el cansancio de la serie contra los Nuggets, en la que ya acabaron acarreando molestias tras el partido de las 4 prórrogas. Además del cambio de ritmo entre un equipo y otro, pues Golden State es uno de los conjuntos más rápidos y eléctricos de la competición, con una transición ofensiva letal que hizo mucha mella en el entramado defensivo de Terry Stotts. Un entramado defensivo que no llegó a encajar los engranajes necesarios para parar a los de la Bahía en ningún momento del encuentro, sin saber cómo cubrir los espacios o las ayudas tras bloqueo directo e indirecto.
Por acabar con las claves, debe salir el nombre de Draymond Green. Pues es un jugador que ha sufrido mucho a lo largo del curso, al que se ha atacado cuando las cosas no iban bien -recordemos aquel encontronazo con Durant en los partidos sin Steph- y que en PlayOffs ha vuelto a demostrar que aún le queda talento para largo, que es igual de importante que los Splash Brothers, y que es uno de los jugadores más completos y versátiles de la competición -12 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, 2 robos y 3 tapones-.
Portland trail blazers 94 - 116 Golden state warriors
El partido empezó comandado por Klay Thompson, que estaba haciendo mucho daño desde la media distancia, y por Draymond Green, que lanzaban contraataques a espuertas, consiguiendo así la primera superioridad del partido a los pocos minutos. Además, las pérdidas de Portland, que cometieron 6 en este primer cuarto respecto a las 4 que hicieron en todo el Game 7, y su falta de puntería desde el perímetro potenció que no se castigara que Curry no anotara su primer triple hasta pasados 9 minutos de partido. Entonces, Hood, que tardó en entrar por los problemas físicos que arrastraba, descorchó el aro para los de Oregon, y se fueron solamente 4 abajo tras el primer asalto.
Rodney Hood y Enes Kanter, monumental en la carga del rebote ofensivo, con 4 puntos, y CJ y Lillard con 5 fueron los máximos encargados de mantener la distancia con unos Warriors que a mediados de cuarto pisaron el acelerador, dándole el balón a Jonas Jerebko para que anotara 7 puntos seguidos situándose por primera vez con 10 puntos de ventaja. Y entonces volvió a aparecer Dray, que en vez de lanzar contras las finalizaba, y Steph. Que consiguió que su madre -con la camiseta de su hermano Seth, de Portland- se "cambiara" de equipo tras dos triples, el último cayéndose, para acabar el cuarto 9 arriba, con 19 puntos en su cuenta particular.
Llegaba entonces el tiempo de vestuarios y Stotts debía hacer varios ajustes. La defensa del bloqueo directo a Curry estaba siendo muy mala -Kanter ya le había dejado en más de una ocasión 3-4 metros de distancia- y Klay estaba recibiendo con facilidad tras los bloqueos indirectos. Además, debían involucrar más a Hood y a Harkless, pues era evidente que CJ y Dame estaban pasando dificultades para rendir a su nivel habitual, pues llevaban un 5-16 en TC en conjunto y un 1-6 en T3. Y aunque pudieron cumplir lo segundo, lo primero continuó siendo inveitable, y en lo que dura un chasquido los Blazers ya habían recibido otro triple más.
Tal y como empezó el 3º periodo Portland consiguió recortar parte de la distancia, pero esto les duró muy poco, pues en cuestión de minutos la caldera del Oracle Arena estaba celebrando una ventaja superior a 15 puntos. El baloncesto de 2015, de 2016, había vuelto, estaba de bienvenida, y el que fuera el estadio más ruidoso del mundo estaba superando de nuevo los 100 decibelios. Contraataques imparables, una defensa que llegaba a todos lados -Klay tuvo 4 minutos de trance en este sentido- y un Stephen Curry que estuvo acorde al momento. 14 puntos, 4 de 7 desde la línea de tres, acabando el cuarto con 33 puntos en 31 minutos.
Klay, que no estaba teniendo su mejor noche en cuanto a efectividad se refiere, también consiguió finalmente entonarse y aprovecharse de la debilidad atrás de Portland, algo que no habían conseguido solucionar, pues la mala comunicación de los de rojo y negro estaba costándoles muy caro.
Por cierto, esto es una MUY mala defensa de Portland. 0 comunicación entre Collins (defensor de bloqueo) y McCollum (recibe el bloqueo) que permite a Curry tirar con 2-3 metros de liberación.
— Andrés Weiss (@Enlalineade3) 15 de mayo de 2019
Y es algo que pasó TODO el partido. pic.twitter.com/cyF3dUMIs7
Y así empezó un 4º cuarto que no tuvo historia alguna, y que podría haber acabado mucho antes -una canasta a falta de 2:30 puso a GSW +17 y sentenció la noche de Portland-. Y es que si no llega a ser por un Mo Harkless que lideró a su equipo en anotación en el partido hasta que Lillard anotó un lejano triple que silenció el Oracle por unos segundos, y por un Rodney Hood que les ha venido a los Blazers estos PlayOffs como agua de mayo, las posesiones consecutivas de Cook y Klay -8 puntos- habrían acabado de matar a Portland. Un equipo que se "salvó" a lo largo del encuentro gracias al 27 de 31 que realizaron desde la línea de personal, cifra bastante superior a su media habitual, 19 de 23 en RS y 19 de 25 en PlayOffs.
Este Game 1, en definitiva, ha servido para demostrar varias cosas. La primera, que los Warriors sin Durant siguen siendo uno de los mejores equipos del mundo, sobre todo si juegan como si el calendario marcara el 73-9 de 2016. La segunda, que Lillard y CJ necesitan ayuda urgente, y que el cansancio físico está siendo superior a ellos. Y la tercera, que si Terry Stotts no hace algunos ajustes esta serie puede durar menos de lo previsto. Aunque, como siempre, que "MJ" nos libre de sobrerreaccionar.