La carrera de Kristaps Porziņģis desde sus inicios ha tenido varios momentos en los que ha tenido que superar varias adversidades. Polémico número 4 del draft de 2015. La afición de los Knicks abucheó la decisión del equipo neoyorquino y ahí, en ese momento, el letón de 2,21 cm empezó a remar hasta meterse en el bolsillo a la gran manzana y al baloncesto americano, siendo una de las grandes sensaciones de la temporada 15/16.
En su tercera temporada con los Knicks y a una semana de participar en su primer All Star Game en Los Ángeles, KP6 se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda tras 11 minutos de encuentro frente a los Milwaukee Bucks. Ese 6 de febrero la carrera de Porziņģis sufrió otro revés, y para un jugador con esa altura y ese físico, tener una lesión así, no te garantiza volver a tu mismo nivel.
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El 31 de enero de 2019, el unicornio fue traspasado a Dallas Mavericks para acompañar a Luka Dončić en el nuevo proyecto granador de la franquicia texana, la cual, hizo una apuesta de riesgo por un jugador que llevaba un año sin jugar y no se sabía si podría recuperar su nivel. Tras un año y medio sin jugar y un parón de casi 4 meses por el coronavirus, Porziņģis está mostrando probablemente su mejor versión y más madura desde que llegó a la NBA y sus números no han hecho otra cosa que confirmar, a parte de su talento, su carácter.
Está teniendo su mejor año en cuanto a rebotes por partido con 9.6, acompañados de 19.6 puntos y 2.1 tapones. La dupla que forma con el 77 esloveno ha llevado a los Mavs a playoff tras tres años ausentes y un porcentaje de victorias que no se veía desde la temporada 14/15. Tras el parón ha encadenado dos partidos excelsos a pesar de las dos derrotas en los últimos instantes del equipo, el primero con 39 puntos y 16 rebotes y el segundo de 30 puntos 8 rebotes y 4 tapones. El tercer partido en la burbuja, el letón tuvo una vez más problemas de faltas, pero anotó 20 puntos, aunque con un porcentaje bajo de tiro.
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El techo de Porziņģis, si las lesiones lo respetan, lo pondrá el mismo. Un jugador de 2,21m con un gran tiro de tres, imponente a la hora de modificar tiros en defensa y una forma física que cada año va mejorando puede convertirse en una pesadilla para los equipos rivales. Su futuro y el de la franquicia es prometedor y estos playoffs serán la primera piedra de toque del proyecto del equipo de Mark Cuban y un gran entrenador sobre todo en la postemporada como Rick Carlisle.