Los Dallas Mavericks eran, a mediados de los 80, una de las franquicias con un futuro más brillante de toda la NBA. Junto con los Pistons y, en menor medida, los Rockets, los Mavs parecían estar llamados a suceder en el trono a los Lakers de Magic y los Celtics de Bird, que, durante la primera mitad de década, habían dominado la liga. El quinteto formado por Derek Harper Rolando Blackman Mark Aguirre Sam Perkins y James Donaldson se constituía en la columna vertebral del equipo, por lo que el objetivo de la franquicia era reforzar la plantilla a través de jugadores que pudieran aportar desde el banquillo.
Con ese objetivo, en el draft de un ya lejano 1986 los Mavs utilizaron su primera elección (n.º 7) eligiendo a Roy Tarpley (New York, 28 de noviembre de 1964), jugador de 2.10 proveniente de la Universidad de Michigan. Este polivalente jugador interior, podía jugar tanto de 4 como de 5, había completado todo el ciclo universitario, totalizando en cuatro temporadas unos promedios de 13.1 puntos, 7.8 rebotes y 2 tapones por partido (destacaban los promedios de su tercer año, en el que anotó 19 puntos, recogió 10.4 rebotes y puso 2 tapones por encuentro, lo que le valió ser nombrado jugador del año en la división Big Ten de la NCAA y formar parte del segundo quinteto All-America). Era el perfil de jugador que buscaban los técnicos texanos; podía, desde el banquillo, completar la rotación interior, sustituyendo tanto a Perkins (tenía la suficiente habilidad y rapidez para jugar de ala-pivot), como a Donaldson (era alto, casi siete pies, duro físicamente y reboteaba con gran soltura).
En su temporada rookie, Roy cumplió perfectamente su rol, ofreciendo minutos de calidad desde el banquillo. Sus 7.5 puntos, 7.1 rebotes y 1.1 tapones de promedio en tan solo 18.7 minutos de media por noche son una buena muestra de ello. Esos número le permitieron formar parte del mejor quinteto rookie de aquella temporada 86-87.
En su segundo año, Tarpley dio un paso hacia delante. A pesar de jugar tan solo 9 de los 81 partido de la liga regular de la temporada 1987-88 como titular, sus minutos en la cancha fueron creciendo (28.5 por encuentro) y sus promedios llegaron hasta las dobles figuras en puntos (13.5) y rebotes (11.8). Esta gran temporada le llevó a ser designado como mejor sexto hombre de la liga.
Los play-offs fueron aún más exitosos para Tarpley. Su equipo estuvo a un solo encuentro de entrar en las finales de la NBA por primera vez (cayeron en las finales de Conferencia en el séptimo encuentro frente a los Lakers) y él llegó a subir sus promedios hasta unos más que notables 17.9 puntos y 12.9 rebotes por partido. Viendo estos progresos, se oteaba un brillante futuro para Tarpley, pero…
Los problemas de Tarpley con la drogas iban a comenzar en la temporada 88-89. La regular season comenzó bien tanto para él a nivel estadístico (en los primeros 20 partidos sus promedios eran de 17.3 puntos y 11.5 rebotes por encuentro), como para su equipo, que continuaba, viento en popa, comandando la División del Medio Oeste. En enero de 1989 llegó la noticia bomba, Tarpley era suspendido indefinidamente por consumo de drogas. Este suceso, los traspasos de Aguirre y Schrempf y la grave lesión sufrida por Donaldson dejaron noqueada a la franquicia texana, que fue cayendo en una profunda crisis que le llevó a perderse la play-offs.
Un supuestamente escarmentado Tarpley volvió a la liga la temporada siguiente (89-90), aunque pronto haría de las suyas; en noviembre de 1989 sería detenido por conducir bajo los efectos de las drogas y por resistencia a la autoridad. Entre sucesos de esta índole y las lesiones, la otra lacra que sufrió su carrera, esa temporada disputaría tan solo 45 partidos, promediando 16.8 puntos y 13.1 rebotes de media por encuentro. La franquicia, a pesar de los escándalos de Tarpley, lograría recuperarse de la desastrosa campaña anterior, clasificándose para la post-temporada, donde caerían en primera ronda por 3-0 ante los Blazers.
Cuando las cosas van mal, son susceptibles de ir peor; el 16 de octubre la NBA de 1991 decide expulsar definitivamente de la NBA a Roy Tarpley por violar por tercera vez su normativa sobre el consumo de drogas. A partir de ese momento, al jugador le quedaba dos caminos; retirarse del baloncesto profesional o continuar su carrera deportiva fuera de la liga profesional norteamericana.
Finalmente optó por continuar su carrera en Europa, concretamente en Grecia, donde jugaría en el Aris y Olympiacos. Nunca llegaría a ser el mismo, pero su labor sería muy destacada. Con el Aris lograría en 1993 la Copa de Europa, mientras que la temporada siguiente, con Olympiakos, llegaría a disputar la final de la Liga Europea que, a la postre, se llevaría el Joventut de Badalona gracias a aquel inolvidable triple de Corny Thompson.
Todavía realizaría Tarpley un último intento de volver a la NBA. Tras la experiencia helena, la NBA decidió darle una última oportunidad al bueno de Roy. Así, en la temporada 94-95, y ya con 30 años, volvía a firmar por los Mavs. Las lesiones sufridas y sus problemas de alcohol y drogas habían limitado con los años sus capacidades físicas, pero, pese a todo, cumplía su labor en estos jóvenes Mavs liderados por la tripleta Kidd Mashburn Jim Jackson, promediando 12.8 puntos y 8.2 rebotes en 55 partidos de liga regular. Sin embargo, Tarpley no había aprendido la lección, ya que sus problemas, en este caso con el alcohol, obligaron a los dirigentes de liga a expulsarlo de manera definitiva.
A partir de ahí, Tarpley seguiría vagando por el mundo, haciendo lo único que sabía hacer en esta vida, jugar al baloncesto. Primero volvió a Grecia, jugando con el Iraklis, pero en los últimos años estuvo disputando la CBA (la última noticia suya es que la temporada pasada disputó esta liga enrrolado en los Michigan Mayhem), intentando coquetear incluso, ya con 40 años, con una nueva vuelta a la NBA. Pero su tiempo pasó ya hace mucho tiempo…
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