Los Toronto Raptors están realizando una reconstrucción de libro desde que Masai Ujiri llegó a la dirección deportiva. Cuando el ejecutivo NBA de la temporada pasada tomó el control de las operaciones deportivas de la franquicia canadiense, los Raptors tenían un futuro a corto plazo desolador, salarialmente comprometido con horrendos contratos como los de Andrea Bargnani o Rudy Gay pero con una aspiraciones deportivas de, como mucho, lograr un séptimo u octavo puesto de Playoffs en la Conferencia Este.

Ujiri ha cambiado todo eso en menos de 5 meses con una habilidad casi mágica.

Su primer movimiento fue enviar el contrato de Bargnani a los Knicks, consiguiendo a cambio varias elecciones de draft y al tirador Steve Novak. Ayer mismo conseguía sacarse de encima la Player Option de 19,3 millones de dólares de Rudy Gay para la temporada 2014-15, mandándolo a Sacramento. A cambio de Gay, Aaron Gray y Quincy Acy –dos jugadores necesarios para cuadrar salarios– los Raptors reciben de los Kings a los siguientes 4 jugadores:

1.     Greivis Vasquez. Quizás el más interesante de todos. Este verano acaba contrato pero si los Raptors le ofrecen 3,2 millones de dólares para 2014-15 tendrán derecho a igualar cualquier oferta por él y quedárselo.

2.     Patrick Patterson. El ala-pívot de cuarto año está básicamente en la misma situación que Vasquez, aunque los 4,3 kilos que los Raptors tendrían que ofrecer a Patterson para asegurar el derecho de tanteo podrían hacer que se lo piensen dos veces.

3.     John Salmons, cuyo contrato de 7 millones para 2014-15 sólo tiene 1 millón garantizado. No estará el año que viene en Toronto, pues los Raptors lo cortarán para ganar la flexibilidad salarial que buscaban en este traspaso.

4.     Chuck Hayes. Uno de los pívots de culto de la NBA debido a su falta de altura y recursos físicos, y la pieza que menos le apetecía a Ujiri llevarse en el pack. Tiene casi 6 millones garantizados para 2014-15.

Con el traspaso de Gay los Raptors pierden a uno de sus mejores jugadores pero consiguen varias cosas. Una de ellas, la posibilidad de echar un vistazo a dos jóvenes como Vasquez y Patterson y decidir si les conviene quedárselos más a largo plazo o bien dejarlos ir este verano. Otra, el espacio salarial que les deja la marcha de Gay de cara al verano que viene. Un espacio salarial que podría no sólo serles de utilidad para traer agentes libres sino principalmente para absorber malos contratos de otras franquicias a cambio de rondas futuras de draft y crecer a partir de ahí. Finalmente, es interesante enfatizar que las múltiples piezas que acaban de llegar a Toronto pueden acabar saliendo hacia otro sitio en las cercanías de la fecha límite de traspasos NBA, en febrero. De momento la franquicia ya ha cortado al base D.J. Augustin para hacer hueco a los nuevos jugadores, y todo esto parece un primer movimiento de otros que Ujiri piensa realizar en los próximos dos meses.

Pongámoslo así: si juegas en los Raptors y no eres un pívot lituano de 7 pies, puedes acabar la temporada jugando en cualquier sitio.

El traspaso es más complejo de entender desde la perspectiva de los Sacramento Kings.

Rudy Gay es con diferencia el mejor jugador de los 7 involucrados en el acuerdo, y en el pasado ha estado a un nivel cercano a All-Star. No obstante, su efectividad ha ido cayendo en picado en los últimos tiempos. En dos temporadas Gay ha pasado de ser el jugador franquicia de Memphis a ser traspasado dos veces en apenas un año. Su porcentaje de tiro efectivo anda en caída libre y es con diferencia el jugador NBA que menos asistencias da entre aquellos que utilizan al menos un 30% de las posesiones de su equipo cuando están sobre la pista.

Ah, y tiene derecho a cobrar 19,3 millones en 2014-15. Eso es más de lo que cobra LeBron James esta temporada.

La lógica interna desde la perspectiva de Sacramento es que un jugador del nivel de Gay es difícil de firmar como agente libre, pues hay destinos más atractivos. Y su incorporación es probable que mejore los resultados de una plantilla que cuenta con bastantes jugadores jóvenes de talento como Cousins, Thomas, McLemore o Derrick Williams.

No obstante, parece una vez más que los Kings reman en la dirección opuesta al resto de la NBA.

El draft de 2014 que se avecina es según casi todos los analistas uno de los más atractivos que se recuerdan. Si con la incorporación de Gay los Kings empiezan a ganar partidos, sus opciones de acabar con un Andrew Wiggins o un Jabari Parker disminuirán considerablemente (además, los Kings perderían su elección si no eligen en el Top 12 de dicho draft). Quizás ganar partidos ahora mismo no sea la mejor estrategia ganadora para ellos.

Por otra parte, el contrato de Gay junto a la renovación de Cousins puede hacer que Sacramento necesite pagar el impuesto de lujo para conservar a Derrick Williams y Isaiah Thomas. Los equipos pequeños suelen evitar esa línea como sea incluso siendo candidatos al anillo (véase Oklahoma City, por ejemplo), por lo que pagar el lujo para tener un quinteto formado por Thomas, McLemore, Gay, Williams y Cousins es una idea un tanto exótica.

Una posibilidad que tiene Sacramento es ofrecer a Gay un contrato multianual generoso para que renuncie a su player option de 19,3 kilos para la temporada que viene. Entre el nuevo convenio colectivo y la caída de su juego, el precio de mercado de Gay está alcanzando mínimos históricos, y el jugador quizás podría entender esta vía como un modo de asegurarse su futuro. Aun así, esos casi 20 kilos por una sola temporada son demasiado jugosos como para renunciar a ellos alegremente.

Para Toronto, traspasar a Gay probablemente se convierta en uno de los movimientos clave en la reconstrucción de la franquicia. Para Sacramento, es fácil pensar que la franquicia básicamente ha usado a Greivis Vasquez como moneda para cambiar a Tyreke Evans por Rudy Gay buscando ganar unos cuantos partidos más en un momento nada oportuno. La esperanza para los Kings es que el precio de compra a los Raptors fue barato –ninguna ronda de draft cambió de manos– y que Rudy Gay suele ser más efectivo cuando el balón no pasa demasiado tiempo en sus manos –y los Kings ya tienen varios jugadores que acaparan balón–.

De cómo Gay se adapte a un nuevo rol en el tercer equipo que pisa en menos de 12 meses dependerá que este traspaso pueda llegar a funcionar. De momento, el movimiento parece generar más dudas que ilusión entre los aficionados de Sacramento.