Antes de lo esperado, el futuro de Shaquille O’Neal ya se ha resuelto. Y con el destino esperado. Al final, el deseo de intentar conseguir el anillo pesó más que sus elevadas exigencias económicas y jugará la próxima campaña en los Boston Celtics a cambio del mínimo para veteranos (algo menos de un millón y medio de dólares). Confirmado ya por la franquicia, la única duda reside en la duración del contrato. Mientras que algunos medios apuntan que el acuerdo sería por un año, otros aseguran que las pretensiones del jugador se han cumplido y ha firmado por dos temporadas.
Lo que sí es seguro es que se trata de un esfuerzo muy notable para el banquillo de los Celtics, que ponen un broche inmejorable a su rotación interior. Por supuesto que sus mejores años pasaron hace tiempo, pero es necesario recordar que no ha llegado para marcar diferencias y muy probablemente tampoco para ser titular. Su función será la de dar descanso a Garnett y ‘El Otro’, así como ayudar a tapar el hueco que dejará Kendrick Perkins, ausente durante los primeros meses de competición por culpa de su operación de rodilla.
En estas condiciones, no hay duda de que le incorporación de Shaq supone un excelente refuerzo para los célticos, y su presencia hará aún más correosa si cabe la dura defensa interior de Boston. Aunque cabría pensar en la posibilidad de problemas a la hora de aceptar este rol y exigir más tiempo de juego, la fuerte cohesión de los Doc Rivers y el peso de otros grandes veteranos como Garnett, Allen y sobre todo Pierce evitará a buen seguro este tipo de encontronazos.
Y es que si alguna franquicia podía arriesgarse con una contratación de este tipo, ésa eran los Celtics. La nómina de contratos hacen pensar que la gerencia estima en dos años más la vida de este proyecto. Como dos fueron por los que renovó Ray Allen. Por los que firmó Jermaine O’Neal. Los que le restan a Garnett. Y los que confesó Shaq que pretendía jugar antes de retirarse. Confirmada esa apuesta, hubiera carecido de sentido buscar sangre joven para cubrir esta vacante. Más aún viendo lo poco que hay disponible y la escasez de movilidad salarial.
Y es que dada la complicada situación salarial de la franquicia de Massachusets, que empleó su excepción salarial media en hacerse con los servicios de Jermaine O’Neal, Ainge sólo podía poner sobre la mesa un contrato por el mínimo, pero el montante ha sido suficiente para convencerle. Aunque se habló durante tiempo de la posiblidad de utilizar el contrato de Rasheed Wallace para poder ofrecer más dinero, e incluso no se descartaba la opción de Kwame Brown, Shaquille O’Neal vestirá de verde.
Se da la casualidad de que el año pasado fueron los Celtics quienes acabaron por partida doble con la temporada de Big Diesel. En febrero, sufrió una lesión en un forcejeo con Glen Davis y tuvo que ser operado del pulgar, perdiéndose lo que quedaba de liga regular. De vuelta en los playoffs, los Cleveland Cavaliers de un gris LeBron cayeron eliminados en las semifinales de Conferencia a manos de los verdes, que iban camino de su segunda Final de la NBA en tres años.
Ahí es donde esperan llegar de nuevo este año. Y ahí es donde desea llegar Shaquille O’Neal, que podría encontrarse en ese último peldaño con Los Angeles Lakers.