Con 14 temporadas en la NBA a sus espaldas, el icónico escolta/alero, Stephen Jackson, ha anunciado su retirada oficial del baloncesto profesional. El propio jugador lanzaba un emotivo mensaje en su twitter:

Money never made me. Love my people and was never too big, I always made the next man feel equally… https://t.co/QzI91MgKXQ

— IG: stak5ots (@DaTrillStak5) julio 23, 2015

Escogido en la segunda ronda (posición 47) del draft de 1997, Jackson ha vestido la camiseta de hasta ocho equipos diferentes en la NBA: Nets, Spurs, Hawks, Pacers, Warriors, Bobcats, Bucks y Clippers. Precisamente fue en San Antonio donde se alzaría con su único título de la NBA, jugando un papel esencial en aquel equipo comandado por el mejor Tim Duncan (temporada 2002-2003). No obstante, antes de debutar en la mejor liga del mundo estuvo en ligas y países tan dispares como Venezuela, Australia, y República Dominicana.

Durante toda su carrera, "Capitán Jack" ha sido un jugador que se dejaba el alma en cada proyecto en el que se embarcaba. Ha enarbolado a la perfección la esencia del "all-star role player", aquel jugador que brilla en un rol secundario, y que siempre hace lo que sea necesario para que su equipo termine ganando el partido (incluso disfrazarse de estrella de manera ocasional). Si hay una palabra que pueda definir a Jackson, esa es la de "competitivo".

No obstante, el jugador también se ha caracterizado por ser una de las voces más polémicas de la liga, debido a una personalidad fuertemente marcada por su lugar de origen, y a una lengua viperina que no se corta a la hora de expresar lo que siente y piensa. 

"¿Presión? Yo le hago el amor a la presión", es una de sus frases más famosas.

También fue una de las caras visibles de la mayor trifulca jamás ocurrida en la historia del baloncesto norteamericano, popularmente conocida como "Malice at the Palace", y en la que varios jugadores de los Indiana Pacers (entre ellos Ron Artest, Jermaine O'Neal y el propio Stephen Jackson) se enzarzaron físicamente con los aficionados de Detroit. Y es que Jackson nunca se ha arrepentido de aquel incidente, y asegura que "solo fue a dar la cara por un hermano". Criado en los duros barrios bajos de Port Arthur (Texas), su personal código ético y de lealtad solo se entiende si se comprende de donde viene:

"Hoy en día, hay solo un instituto. Cuando yo vivía allí, había dos institutos. Existe una calle principal con filas de casas bajas. Todos conocen a todos. El 60 % de ellos hacen lo mismo, vender drogas y formar parte de bandas callejeras. Y el 40 % restante son personas honestas que trabajan duro y solo tratan de sobrevivir. Es muy difícil salir de un ambiente así. Ha habido millones de jugadores de baloncesto que salieron de allí, y yo soy solo el segundo que ha logrado alcanzar la NBA. Ese sitio es un infierno."

Está claro que el baloncesto pierde a uno de sus iconos.