Hace unos días tuve la ocasión de intercambiar impresiones con el chico de moda en la LEB, Thomas Terrell, aunque está muy alejado de la NBA se ha batido con tipos que juegan allí, aquí y allá. Hablamos de un tal Demetrius Alexander, tremendo… en el campo contrario. Hablábamos de su participación en la liga Coreana, mucha pasta por unos 6 meses. Just Money! It’s all about money! Comentábamos.

Antes los jugadores norteamericanos llegaban a Europa con un claro objetivo, sacarse unos pavos y seguir probando suerte cada verano en los campus NBA, allí lo darían todo. Hoy en día tengo la impresión de que el concepto se está invirtiendo. Aquel sueño de todo jugador norteamericano hoy en día es un sueño devorado. El negocio está sobrepasando la línea. Demasiado Spam despojado por interlocutores que hacen bien su trabajo: negociar.

El ejemplo de las navidades: muchos de los jugadores saben que llegan los reyes y tipos como RON ARTEST le han pedido cambiar de camiseta, tipos como sus compañeros de equipo también han formulado sus pretensiones: que Ronny se vaya a… buscar mejor suerte.

El año pasado, al neoyorquino no le trajeron carbón a pesar hacerle un flaco favor al pájaro Bird, tras repartir algún que otro ‘polvorón’ a los aficionados de los Pistons. Por aquello este díscolo personaje se quedó casi toda la temporada grabando discos con discográfica que es muy cool. Me viene a la mente el propio Bird, un tipo al que la vida le ha dado tantos, ya que estamos en materia… polvorones como a Artest: sobreviviendo en un escenario austero y pobre. De hecho su padre se suicidó. El de French Lick sí amaba el basket porque… Ron trabaja duro pero… ¿seguro que lo ama? Yo diría, que unas pulgadas más que Keon Clark.

Y por último, les unen deseos en estas fechas por hacerse con nuevas de rodillas, espaldas y tobillos los Kerry Kittle, Tom Glugliota, Kevin Willis, Dale Davis, Doug Christie, Lamond Murray, Anthony Peeler, Wesley Person, etc, todo para este año, todos menos un tal ALLAN HOUSTON, que ha pedido un recambio para dentro de dos temporadas, que por entonces habrá expirado lo que le queda de pago con los Knicks, este es otro de los que no guarda en su corazón aquello de I love this game! Y ya van…

El día que Sam Mitchel se tragó un payaso

Saltamos de empleo en el mismo circo para transmitirle a los tres mágicos de a camello que también lleven algún que otro pedrolo de carbón al coach de José Manuel Calderón. Sam Mitchel que manejaba mucho mejor el tiro de media distancia que la verborrea. “Por este tiempo, hace un año, José estaba en España jugando con el conjunto español ‘El Gato’, o cualquiera que fuera” declaró bromeando “y ahora es un base titular en la NBA” así excusó los errores rookienianos de Calde.

Con esas palabras desde un país con muchos equipos al estilo del Gato, por suerte, se pueden colmar varias reflexiones. Si hasta la franquicia canadiense no quieren ir los grandes talentos de la liga por no salir del American Style se evidencia que muy mucho tendrá que tirar Rob Babcock, el MG, del la savia europea y latina si quiere conjugar algún día un cuadro que pueda asomar las zarpas en los playoffs. Al grupo de antifans que se pueda haber ganado, no quisiera desanimarlos pero este tipo, de jugador, aguantó 243 partidos consecutivos…

Este artículo fue publicado en la revista Gigantes