El pasado jueves, a las 9 de la noche hora peninsular, se puso punto y final a una de las más ajetreadas jornadas del cierre de mercado en los últimos años. Refuerzos deportivos y ajustes salariales nos dejaban movimientos que iban desde la llegada de Camby a Portland.
¿En qué detalles debemos fijarnos? ¿Qué ha sido lo más destacado? ¿Qué se ha echado en falta? Bajo diferentes puntos de partida, nuestros colaboradores repasan lo sucedido en unos días de vértigo y sus consecuencias en la competición.
Gonzalo Vázquez
Unas líneas, lógicamente, para los Knicks. Y sólo en el aspecto deportivo. Porque aunque parezca mentira hay dos meses por delante con el objetivo, todavía real, de alcanzar los playoffs. D’Antoni se ha deshecho de un plumazo de dos serios problemas que le resultaban insoportables: Nate Robinson y Larry Hughes. El traspaso de Hill confirma una tremenda decepción con su último gran pick pero en NY todo sigue pasando muy rápido y de repente hay nuevo mapa. Empieza por la posición de base, dolorosamente ausente en los dos últimos meses. Sería absurdo que esto quedara a la especulación. La crisis de Duhon ha despertado en D’Antoni un sentimiento de impotencia que en cada tiempo muerto ponía de manifiesto. Se trata de que la llegada de Sergio responda de veras a esa brutal necesidad. McGrady no es ningún descubrimiento. El mismo tipo de jugador de sus últimos años en Houston es lo que acaba de llegar. Y con una comodidad ofensiva mucho mayor por la ausencia de Jeffries. La llegada de Eddie House aporta ese punto de agresividad que, por desgracia, tan sólo parecía aportar Harrington. Y a falta de pruebas, Giddens y Walker podrían, por fin, ampliar la célebre rotación de ocho.
Los Knicks ganan. A la espera del Big Summer hay dos meses por delante que ven un rediseño de plantilla que debe incrementar con creces toda la fábula de D’Antoni, toda su estructura de juego, o sea, el ataque puro y duro. ¿No creímos ver esto en el Sergio de Madrid? Adelante, pues.
J.R. Sanchis
Carl Landry ha conseguido hacerse un hueco en la NBA. Su condición de segunda ronda del draft escondía una calidad y espíritu de lucha han tenido su reconocimiento en esta temporada, y ha sabido aprovechar muy bien la ausencia de Yao Ming. Precisamente el retorno del gigante chino de cara a la próxima temporada convierta esta pérdida en un mal menor. Y no sólo eso. Jared Jeffries aportará la dureza que era capaz de generar Landry, y ¿Jordan Hill..? Me detengo aquí porque aquí sí tengo muchas dudas. Los grandes guarismos acumulados en Arizona no le han servido para arrancar minutos a D’Antoni. Bien es verdad que el estilo tampoco le convenía. Si Adelman consigue que produzca, aunque sea en rebotes y tapones, ya se habrá avanzado mucho. De todas maneras pierden a Dorsey, que malvivía en la D-Leaugue. Quién sabe si de un pufo del draft se puede sacar petróleo…
Más cosas a favor de los Rockets. Sólo por haberse deshecho de una rémora como Tracy McGrady –y no me refiero sólo al sueldo- ya han ganado mucho. Llega, además, un consolidado anotador como es Kevin Martin (que está loco de alegría). Formará con Brooks uno de los mejores backcourts atacantes de la competición, complementado, además, por Lowry y Budinger. Si son competitivos sin Ming en esta temporada, todo apunta a que la próxima puede ser muchísimo mejor.
Juan Carlos Serrano
¿Era suficiente la propuesta ofensiva de Cleveland? Pues quizás hubiera bastado, entre lesiones y torpezas rivales. Suponemos que varias dudas (la mayor, retener a Hickson) abortaron la explosividad atómica del James-Stoudemire, sin olvidar que Jamison —con algún que otro lunar en series de playoffs con opciones, algo que Cavs sabe bien y querrán ver mejorado— asusta al recordar al último Donyell Marshall, uno de los mejores compinches de LeBron. Los ricos se pueden permitir estas recomposiciones proactivas, como la eterna de un Dallas que ha traído piezas de media cancha (Butler no está en forma) que hacen aún más doloroso el descalabro de Howard. Boston mantendrá al menos el interés en ellos con Robinson, y también Portland con Camby. Como estaba escrito, al “vaciado” de New York le correspondía el contrato de McGrady. Morey, el secreto mejor guardado de los despachos NBA, no podía librarse sin daños: recibe el de Martin, y pierde a un Landry que tendrá que mantener la efectividad en un equipo sin dureza. Más crudo será el retrato de Thomas en unos Bobcats serios, reino de aleros operando al poste alto. Brewer no debe fastidiar nada en Utah, Deron.
Y finalmente Sergio, que no deja de enseñarnos escenarios de la realidad profesional, como el jugar bien y no recibir minutos en Sacramento. Ninguna oportunidad como ésta, pavorosa, de ser el base de los Knicks con D’Antoni.
MEEJ
Uno no puede evitar sentirlo por los Blazers, obligados a quemar su caudal de alternativas en un parche para el puesto de pívot. De todo el movimiento que se ha producido este año, y cuyo único resultado visible a corto plazo es el refuerzo de los Cavs para el anillo, me llama la atención el riesgo asumido por Knicks y Rockets. Creo haber leído a Donnie Walsh admitir públicamente que si no consigue al menos una estrella de primer nivel, este verano se va a ver en la cola del paro. Claro que los Knicks no tenían más opciones, lo cual no era el caso de los Rockets. Es posible que las alabanzas unánimes que está recibiendo Daryl Morey sean prematuras, ya que pese a lo que dicen muchos análisis Tracy McGrady no era un jugador sin valor. Antes al contrario, era un expiring jugosísimo, y los Rockets han renunciado a librarse de ese peso salarial. A cambio llega Kevin Martin, un jugador valioso en ambos sentidos de la palabra. En fin, quizás es cosa mía, que me inspira dudas lo de leer que los Rockets han fichado a un alero sobrepagado con historial de lesiones.
El tiempo y las rondas de playoffs pondrán a cada uno en su sitio, y quizás a los Cavs en el campeonato (si Jamison recuerda cómo iba lo de anotar canastos).
Xesús Serrano
La bajada del tope salarial y las numerosas franquicias en territorio del impuesto de lujo se han combinado para dejarnos una de las más explosivas jornadas de mercado en los últimos años. El necesario reseteo de unos Wizards autodestruídos y el esfuerzo de los Knicks por disponer de espacio salarial han sido los protagonistas, y uno se acuerda de los Spurs cuando piensa en equipos que deben estar frustrados por no lograr los necesarios refuerzos. En el lado positivo, interesante retoque de los Bobcats para reforzar la pintura. En pleno proceso de venta, afianzan su juego interior y la llegada de Thomas -se le abre una ventana ideal para su progresión- y Ratliff intenta cubrir relativamente las espaldas en el caso de que Chandler siga con más tiempo entre enfermeras que en la pista. Buenos refuerzos de Dallas, aunque -pienso- insuficientes para luchar con Lakers, mientras la pregunta sobre el tiempo que se tardará en integrar a Jamison la tenemos todos en la cabeza.
Aunque, si nos ponemos a elucubrar, el gran perdedor podría ser Wally, sin poder hacer un McKie.