Apasionante se presentaba la serie entre Celtics y Cavs, resuelta tras un muy emocionante séptimo partido. Estos son, según nuestros colaboradores, algunos de los aspectos más importantes de lo sucedido.
Meej
Los Celtics deberían estar de enhorabuena, ¿no? Aunque Ray Allen no parece capaz de recuperar su puesto como miembro del Big Three, Rajon Rondo lo ha podido compensar. Kevin Garnett ha hecho una buena serie, Paul Pierce ha encontrado maneras de compensar su mala racha en el tiro con una defensa espectacular y ha rematado en un séptimo partido espectacular. Posey ha aportado desde el banquillo, y los demás han tenido su momento, no sólo los veteranos Sam Cassell y P.J. Brown (enorme su último partido) sino incluso los más secundarios Leon Powe y Glen Davis. La defensa ha funcionado, el ataque no se ha venido abajo y el banquillo ha aportado; incluso hay rumores de avistamientos de una rotación consistente por parte de Doc Rivers. Sin embargo, las dudas persisten en el entorno bostoniano. Garnett no ejerce de estrella y no parece capaz de dominar los partidos decisivos, Rivers no aporta seguridad desde el banquillo y ganar un partido fuera de casa parece misión imposible. Veremos qué pasa en la final de conferencia. Enfrente, los Cavs siguen empeñados en desmentir a los agoreros del con este sistema no se puede. A pesar de sufrir muchísimo por la buena defensa de los Celtics y de la terrible irregularidad de sus compañeros, LeBron James llevó a los Cavs hasta el último minuto del séptimo partido de los supuestamente superpoderosos Celtics. Aunque aún se le pueden poner pegas al tiro de media y larga distancia de LeBron, su mejora defensiva es visible y parece evidente que por más que aún deba progresar, el margen de mejora de los Cavs está en sus compañeros.
Juan Carlos Serrano
La eliminatoria arrancó lógicamente centrada en la defensa sobre James, y acabó desde claves más ofensivas, con el juego de pick and roll Celtic, que compensó en el séptimo con Pierce casi todo el despliegue de James, y que en los partidos anteriores posibilitó muchos tiros de Garnett -en el fondo siempre tuvo alma de alero y estos Celtics le permiten serlo hasta en defensa-, demasiado suelto con esas ayudas tan largas. Porque en el poste tampoco es que se prodigara demasiado con el fadeaway por la línea de fondo, la solución más cómoda frente a Wallace y la ayuda del centro. Todavía en tiempos caserísimos, el cambio de cancha siempre es de lo más interesante en una serie para obtener pistas que la expliquen. A pesar de la amplia derrota Celtic, en el tercero se confirmó que LeBron incluso llegaba a cambiar demasiado su juego por lo difícil que le resultaba penetrar. James nunca se detuvo y vio cómo el camino hacia el aro se despejó algo en el cuarto y parecía muy diáfano en la primera mitad del quinto. Esta progresión no cesó hasta marcando a Pierce, también muy trabajador en defensa- pero no bastó, que con Ilgauskas cansado, fue poca compañía sólo un Delonte West quizás válido para ese futuro Cav, con tan poca base actual que resulta algo descorazonador. Wallace y Smith ayudaron, y sorprendió la importancia de Szczerbiak, en lugar de un Gibson valiosísimo el año pasado y al que no se pudo usar aquí, por su estado de forma y el miedo a que tiraran por encima de él. Difícil confiar en Pavlovic, así que más vale que Varejao tenga salud en próximas intentonas.
Más piezas que eso es lo que está manejando Boston en su ahora o nunca. Tremendo ver que hasta House o PJ Brown han tenido sus momentos gloriosos. Se montó rápido pero es un proyecto afortunado nacido de una genialidad de Ainge, justo ejecutivo del año porque KG es uno de los fichajes más perfectos de la historia de la NBA.
Xesús Serrano
Empiezo por lo que menos me ha gustado: defensas muy físicas, utilización de las manos en el perímetro y carta blanca para atizar en las penetraciones, lo que ayudaba a unos pésimos porcentajes de tiro. Baloncesto espeso por momentos y dudas sobre el rendimiento de muchos jugadores. ¿Lo que más? Intensidad máxima, ajustes contínuos partido a partido, brillantes defensas, pasión, y memorables actuaciones de Pierce y James en el envite final, maravilloso cierre en una serie decepcionante.
En los Celtics, Pierce o Garnett han dado un paso adelante en determinados momentos, no se sabe nada de quién ha abducido a Ray Allen, y han surgido jugadores del banquillo en instantes puntuales para ser decisivos. No quisiera olvidarme de la importancia de ser un candidato al anillo desde el primer momento, facilitando que lleguen jugadores como Brown o Cassell a mitad de temporada, o de cómo Rivers ha ido modificando la rotación según el rendimiento de sus jugadores. Aunque resulta sorprendente que hayan sido incapaces de lograr una sola victoria como visitantes, recordemos que disputarán todas las eliminatorias con ventaja de campo, en el más claro ejemplo de la importancia de la liga regular.
Dudas y sombras sobre los Cavs, quienes me parecen el más perfecto ejemplo de que la famosa frase de el ataque gana partidos pero la defensa campeonatos no es más que un chiste de mal gusto y un tópico falaz. Ilgauskas y Szcerbiack se han ido evaporando según avanzaba la serie, West ha sido en muchas ocasiones el principal sustento de Lebron, hipermotivado ante su antiguo equipo, y James nos ha dejado una pésima racha de tiro en los primeros encuentros, mostrando una tremenda falta de confianza. Aunque los últimos partidos nos puedan engañar, ha sido así en la gran parte de la eliminatoria. ¿Y ahora qué? Por primera vez desde hace tiempo, la gerencia de los Cavs tiene piezas para poder realizar traspasos y mejorar drásticamente el equipo, en busca principalmente de mayores referencias ofensivas. LeBron lo necesita, y la franquicia también si no quieren que, antes o después, decida buscar el anillo en otro sitio. De momento, él ya ha dejado caer que espera cambios.