Lamarcus Aldridge (2'11/30 años) iba camino de ser uno de aquellos jugadores cuya carrera iba a finalizar sin el mayor premio para todo jugador de baloncesto: el anillo de la NBA. En una operación que rondó los 20 millones de dolares, el ex de los Portland se enfilaba en una de las franquicias más potentes de la máxima competición mundial.

En su última temporada en la franquicia de Oregon, Aldridge logró su tope en anotación, con 23.4 puntos por noche. Su evolución se conjugaba con la del equipo, pues se clasificaban para PO año sí año también. Pero Lamarcus dijo basta; apreciaba mucho el equipo que le hizo crecer, pero necesitaba una opción real de ganar el anillo. Por este motivo, decidió hacer las maletas e irse a San Antonio, equipo que le aseguraba ganar prácticamente 50 partidos cada temporada. Su tiro, su movilidad, su agilidad, su presencia en el campo y su liderazgo convencieron a Popovich y, en pocos meses, el jugador nacido en Texas ya se lucía en el AT&T Center.

Si bien empezó la temporada algo dubitativo, se ha ido acoplando cada vez más a la esencia de la franquicia tejana. Lo cierto es que su papel en el equipo ha ido creciendo conforme ha ido captando y leyendo el juego, principalmente, de los bases -sobre todo de Tony Parker, con quien coincide la mayoría de minutos-. Este cambio tan drástico se suponía que iba a pesar como una lona a Lamarcus, pero su influencia en el equipo ya se acerca al rendimiento que exhibió en los Trail Blazers. Realmente, no hace nada nuevo en los Spurs, sino que se limita a hacer lo que ya hacía -y muy bien- en Portland: anotar, rebotear y seleccionar de manera muy precisa los tiros de los que dispone. Estos factores le ayudan a seguir creciendo y a seguir empapándose de cultura baloncestística alrededor de unos jugadores que, sin hacer mucho ruido, están en proyección de alcanzar el tercer mejor balance de la historia. Sin duda, para lograr este hito, el ala-pívot ha sido fundamental, pues más allá de los 17 puntos por partido que promedia, le está dando descanso a un hombre curtido ya en mil batallas: Tim Duncan. Además de los dobles dígitos en anotación, recoge 8.4 rebotes y da 1 asistencia y media por encuentro. Eficaz en defensa, efectivo en ataque, será y es una pieza clave para este tramo de la temporada y para los Play Offs. En los últimos partidos, el 12 tejano ha promediado 25 puntos, más de 11 rebotes, con un magnífico 65% en TC, y eso que los Spurs tenían un back-to-back.

Fue noticia hace poco que el sempiterno jugador de los Spurs se había quedado en 0 puntos en un partido, pero a los San Antonio se le ven muy poco preocupados por este hecho; ellos van por un camino paralelo al de los Spurs, sin exhibirse demasiado, sin jugadores espectaculares y sin que nadie se dé cuenta de su récord. Vamos, lo que llevan haciendo más de una década. Pero como esto es la NBA, nadie sabe si los balances históricos de los Spurs y los Warrios servirán para que uno de los dos se lleve el anillo. Una cosa sí está clara: Lamarcus Aldrgidge puede ser clave para la consecución del mismo para los San Antonio Spurs.