Tiene detractores, tiene admiradores. Pero nadie duda que Kobe Bryant pasará a la historia como uno de los mejores de todos los tiemposQuizás el único al que se le ha podido comparar con Jordan por anillos, proezas y calidad. Parece que hablemos ya en pasado por las noticias que llegan desde Estados Unidos. 

Si en julio vimos imágenes de Kobe andando y muy animado con ganas de regresar a las pistas, hace unos días los médicos de los Lakers confirmaron que la estrella angelina no estará en la pretemporada del conjunto de púrpura y oro. Y las dudas que hace unos meses ya había en el seno de Los Ángeles y en los aficionados al espectáculo baloncestístico han vuelto a aflorar. ¿Volveremos a ver a ese Kobe ambicioso y feroz por ganarlo todo?

Seguramente tendremos al mejor Bryant a nivel mental. Dudo que él quiera que los aficionados tengan un recuerdo de él lamentándose de ese Talón de Aquiles, cojeando, sin poder hacer aquello que más le gusta: ganar. Dicen que la cabeza llega dónde el físico no da más de sí, pero la edad tampoco perdona (35 años). 

Nadie podría dudar de alguien que ha sido mejor anotador de la liga cuatro veces, que ha llegado a los 81 puntos en un partido, que ha sido 11 veces designado en el mejor quinteto de la liga, 9 veces en el mejor quinteto defensivo, 15 veces All-Star (con 4 MVP's) y ni más ni menos que 5 anillos con Los Ángeles Lakers. 

Seguramente uno de los jugadores más fiables en los últimos segundos, un jugador al que no le tiembla la mano, pero al que siempre le acompañará la leyenda de que sin una pareja fiable (O'Neal o Gasol), ha sido incapaz de ganar un anillo. Como si Jordan lo hubiera hecho sin Pippen o Rodman. 

Este mismo año estaba por encima de los 30 puntos de media, realizando mates como en aquel 97 que ganó el concurso de mates y sabiendo adaptarse para repartir más juego a Howard en beneficio del equipo. La madurez elevada a la perfección. Todo el abanico de calidades vertido en las pistas de baloncesto al máximo esplendor. 

Cuesta pensar en la posibilidad de que jamás se vuelva a ver a ese Kobe imparable y que metía canastas que dejaba a los aficionados pensando: "no puede ser, hombre, es científicamente imposible". Cuesta imaginar una NBA sin él. Igual que es impensable unos Lakers sin que el 24 reciba al poste, haga un fade-away y anote para después pasearse por delante de Jack Nicholson como si de un tiro libre hubiese anotado. 

Pero Kobe ya dijo que no estaría más de dos años en la mejor liga del mundo, que sus piernas se quedan sin fuerza, que su mente se agota. Y ese día tendrá que llegar. Pero hasta entonces se espera que Kobe vuelva en noviembre o en diciembre a ser ese jugador único e irrepetible, a ser ese jugador sobrenatural. El único que se le ha acercado a Jordan. Una leyenda viva.