Baskonia busca un revulsivo tras un arranque de temporada muy complicado en la EuroLeague. La llegada de un jugador con experiencia internacional y un regreso reciente a la NBA tras más de un año parado promete inyectar energía y liderazgo. Su identidad todavía es un misterio, pero su trayectoria reciente llama la atención: volver a la élite después de 351 días fuera de competición es un desafío que solo los jugadores con carácter pueden afrontar.

Energía y mentalidad: superación y liderazgo

Kobi Simmons se incorpora a Baskonia con una lesión que le mantuvo fuera de la NBA durante 351 días a sus espaldas. Tras su recuperación, Simmons firmó un contrato de 10 días con los Toronto Raptors en marzo de 2024, donde jugó cuatro partidos, promediando 5 puntos, 3 asistencias, 1.8 rebotes y 1.5 robos en 16.8 minutos por partido. Su regreso a la NBA después de más de un año sin jugar refleja su resiliencia y determinación para superar los desafíos físicos y continuar su carrera profesional.

Sus números avalan su impacto inmediato. En su última temporada en la CBA china con los Zhejiang Golden Bulls, Simmons promedió 15,4 puntos, 5,1 asistencias y 3,4 rebotes por partido. En un equipo que promedia solo 69 puntos y un 42% en tiros de campo en EuroLeague, su capacidad para crear juego y generar oportunidades puede ser clave para revertir la situación.

Solidez táctica y creatividad ofensiva

En lo táctico, Simmons aporta experiencia NBA que se traduce en dirección de juego y versatilidad ofensiva. Su habilidad para ejecutar pick-and-rolls, mover el balón con criterio y leer defensas permite abrir el juego y liberar a los tiradores del equipo, algo que Baskonia ha echado de menos en este inicio de temporada.

Intensidad defensiva, dirección y liderazgo desde el perímetro, algo que el equipo no tenía de manera tan marcada. Si Baskonia ya iba justo en ese aspecto, las lesiones generan un contexto ideal para esta llegada. En este sentido, no es un perfil que ya tuviesen exactamente en el equipo: combina anotación, visión de juego y agresividad defensiva en un mismo jugador, algo que da más equilibrio y versatilidad al perímetro de Baskonia. Veremos si es capaz de adaptar esas capacidades al baloncesto FIBA.