En el viejo continente hay un debate que siempre ha sido polémico, que genera airadas conversaciones y divide incluso a los cronistas deportivos, la rivalidad NBA vs. Euroliga. Uno de los entrenadores europeos más controvertidos, Ergin Ataman, ha vuelto a “agitar el avispero” del debate con una afirmación incendiaria que ha corrido como pólvora en redes sociales y que toca una fibra muy sensible: ¿se debería retirar al campeón NBA la vitola de “World Champions”?
El mensaje de Ataman que incendió las redes
En una entrevista reciente, Ataman fue tajante: “Si quitas a una estrella de los equipos NBA, creo que muchos equipos de Euroliga pueden vencerles”. No es la primera vez que el turco cuestiona la diferencia entre ambas ligas, pero esta vez lo hizo con más contundencia, señalando que la brecha es mucho más corta de lo que algunos piensan. Sus palabras reabren un debate histórico: el dominio NBA frente al creciente prestigio de la Euroliga, un torneo que cada vez atrae más talento internacional.
Los campeones del mundo, ¿de verdad?
La frase de Ataman también apunta a otro tema delicado: el uso del término “World Champions” para referirse a los campeones de la NBA. Un título que siempre ha generado polémica a este lado del Atlántico, porque aunque la NBA sea la liga más potente del planeta, sus equipos solo compiten dentro de Estados Unidos y Canadá. En contrapunto, la Euroliga agrupa a lo mejor de Europa y funciona como un campeonato de clubes que mide estilos y escuelas distintas. Para Ataman, llamar “campeón del mundo” a un título puramente doméstico es, como mínimo, discutible, que no es exclusiva de Europa
Un debate que no se apaga
La polémica está lejos de encontrar un punto de equilibrio. Cada cita en la que se encuentran sobre el parquet ambos continentes, Mundial FIBA o los Juegos Olímpicos, el baloncesto internacional ofrece pruebas de que la distancia no es insalvable. Además, el detalle de que jugadores europeos como Luka Doncic, Giannis Antetokounmpo o Nikola Jokic sean grandes dominadores en la NBA, le da combustible a la hoguera de la rivalidad. Voces como la de Ataman simplemente recuerdan que la Euroliga no solo compite en táctica y pasión, sino también en orgullo, negándose a reconocer un apelativo que fue un mero reclamo comercial a finales de los 60s.