El verano insufló ilusión entre los aficionados del Real Madrid Baloncesto. La era Sergio Scariolo comenzaba y lo hacía reforzando posiciones y roles en los que la plantilla tenía carencias. Al 3/4 llegaron piezas como Lyles o Chuma Okeke, como tirador David Kramer y en la generación Maledon. El equipo se las prometía muy felices en ACB y Euroliga, pero en algunos sentidos hay piezas que no acaban de carburar.
Chuma Okeke, el damnificado del juego del Real Madrid Baloncesto
No es el único recién llegado que atraviesa un bache en el Real Madrid Baloncesto, pero sí que es uno de los que más ha caído. En este sentido, Chuma Okeke deslumbró con sus primeras actuaciones en el equipo de Sergio Scariolo. Sin embargo, su luz se ha ido apagando poco a poco. En el encuentro Euroliga frente a Olimpia Milano, si bien sus números no son malos, las sensaciones fueron pobres y el -12 en el +/- es demoledor.
Más allá de lo que los guarismos puedan decir de Chuma Okeke, cualquiera que viera el partido pudo percirbir que no es esa presencia en pista de los primeros días en el Real Madrid Baloncesto. Este jugador brillaba en el caos y, con sus deficiencias, era capaz de ser determinantes cuando los partidos se enloquecían. Frente a Olimpia Milano en Euroliga, en sus primeras acciones defensivas regaló varios puntos sencillos y su presencia ofensiva volvió a brillar por su ausencia.
¿Por qué no está brillando el fichaje de Sergio Scariolo?
Este tipo de circunstancias siempre son multifactoriales, pero hay situaciones clave para entender la dinámica de Chuma Okeke. Al Real Madrid Baloncesto le venía costando mucho ser capaz de generar en 5 contra 5 media pista. Los blancos han vivido del contrataque mucho tiempo, pero Sergio Scariolo, que sabe que es pan para hoy y hambre para mañana, lleva tiempo poniendo remedio.
De unos encuentros hacia aquí, el Real Madrid Baloncesto juega mejor, los resultados en ACB y Euroliga están ahí. Como contraparte, la falta de brillo de un Chuma Okeke que destaca en la anarquía. Además de lo que el propio cuadro madridista ponga en práctica, también hay un crecimiento en los oponentes. Los rivales cada vez están más trabajados, son más difíciles de contra golpear y mejoran la praxis de su plan de partido, que contra los blancos suele pasar por no dejarles coger ritmo.