En la primera jornada del FIBA Asia que acaba de comenzar -y que dará una plaza para los JJOO de Rio del próximo año y otros tres billetes para el Preolímpico– ha sido noticia una de las mayores sorpresas del curso baloncestístico en cuanto a torneos pos selecciones se refiere. Filipinas, encuadrado en el Grupo B y vigente subcampeona de Asia, comenzaba su andadura en este torneo con un compromiso que se antojaba sencillo: enfrentarse a Palestina. Sin embargo, haciendo bueno aquello de "no hay enemigo pequeño", los palestinos han dado una auténtica lección de coraje, imponiéndose a Filipinas por 73-75 en un partido con tintes épicos.
Filipinas, que cuenta en sus filas con el ex NBA Andray Blatche, comenzó el choque imponiendo la lógica del más fuerte. Con un parcial de 27-12 en el primer periodo, el choque parecía claramente decantado a favor de los filipinos. Sin embargo, se durmieron en los laureles y se dejaron comer terreno ante un conjunto palestino, muy limitado en recursos pero con un corazón tremendo. A menos de cinco minutos para el final, Filipinas llevaba una renta de nueve puntos (71-62), margen suficiente para, aparentemente, afrontar los últimos instantes con cierta tranquilidad. Los palestinos no cejaron en su empeño y con un 0-10 de parcial alcanzaron el último minuto con opciones de victoria. Un 2+1 de Sani Sakakini, único jugador profesional de aquel país y cuya historia os relatamos hace ahgora un tiempo, consumaba el sorpasso a 15 segundos para el final. En la última jugada, un desacertado Andray Blatche (7/18TC) no podía evitar la victoria palestina.
Palestina logró este hito con tan solo 7 hombres en una corta rotación y nada menos que tres de ellos, Sani Sakakini, Jamal Abu-Shamala e Imad Qahwash, permanenciendo en pista los 40 minutos de partido.